Manos que curan. Parte 06ª

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Manos que curan. Parte 06ª

Este capítulo 06ª en audio

Capítulo 6

EL CAMPO ENERGÉTICO UNIVERSAL

Cuando, siendo ya adulta, empecé a ver de nuevo los campos energéticos vitales, me sentí escéptica y confusa. Todavía me era desconocida la literatura al respecto (a la que me he referido en los dos capítulos anteriores) y no había recibido ninguna de las guías que cito en el capítulo 3. Desde luego, como científica conocía los campos energéticos, pero eran impersonales y estaban definidos por fórmulas matemáticas. ¿Estaban ahí realmente? ¿Tenían algún significado? ¿Estaba creando mis propias experiencias? ¿Se trataba de un deseo, o estaba experimentando otra dimensión de la realidad con un significado y un orden, que suponía una gran ayuda para entender mis circunstancias vitales y, en realidad, la vida en su conjunto?

Anteriormente había leído cosas acerca de milagros, pero todos les habían sucedido en el pasado a personas desconocidas para mí. Muchos de ellos parecían bulos y fantasías. La parte de mi ser como profesional de la física me exigía observación y control para demostrar estos fenómenos «reales o irreales». Por tanto, empecé a acumular datos, es decir, experiencias personales, para ver si encajaban en alguna forma o algún sistema lógico, como sucede con los fenómenos del mundo físico. Creía, como Einstein, que «Dios no juega a los dados con el universo».

Comprobé que los fenómenos que observaba se parecían mucho al mundo con el que estaba

familiarizada: bien ordenados en forma, figura y color, además de claramente basados en la relación causa-efecto. Pero siempre había un poco más, siempre quedaba algo desconocido, inexplicable, misterioso. Llegué a comprender lo aburrida que sería la vida sin el misterio de lo desconocido flotando siempre ante nosotros a medida que avanzamos a través de… ¿qué? ¿Tiempo y espacio? Así es como solía pensar. Ahora veo que avanzamos a través de las experiencias personales de la «realidad»

pensar, sentir, palpar, ser, fundirse, individualizarse, sólo para sumirnos de nuevo en una danza infinita de transformaciones a medida que el alma se forma, crece y avanza hacia Dios.

Mis observaciones guardaban estrecha relación con los numerosos libros esotéricos escritos sobre el tema del aura y los campos energéticos. Los colores mantenían una correlación, al igual que lo hacían los movimientos, las figuras y las formas. Solía hacer la mayor parte de mis lecturas después de realizar las observaciones, como si aquella mano invisible se asegurara de que siempre experimentaba un fenómeno antes de leer acerca de él, de forma que no me fuera posible proyectar cualquier imagen mental que pudiera haberme formado con la lectura. Ahora creo firmemente en esta experiencia de guía que se desplaza a través de mi vida penetrando por completo en todo mi ser como una canción, que incluso me lleva a nuevas experiencias, nuevas lecciones, a medida que crezco y me desarrollo como ser humano.

El ejercicio de «ver» los campos energético-vitales universales

La forma más sencilla de empezar a observar el campo energético universal consiste, simplemente, en relajarse tendido de espaldas sobre la hierba en un agradable día soleado y dejar que la mirada vague por el cielo. Poco tiempo después podremos observar unos glóbulos diminutos de orgón que forman dibujos garabateados sobre el fondo azul celeste. Parecen diminutas bolas blancas, en ocasiones con una mancha negra, que aparecen durante un par de segundos, dejan una ligera estela y desaparecen de nuevo. Continuando con la observación y ampliando la visión, se empieza a ver que todo el campo late con un ritmo sincronizado. Si el día es soleado, las diminutas bolas de energía serán brillantes y se moverán con rapidez. Si está nublado, resultarán más traslúcidas, su movimiento será más lento y su número menor. En una ciudad con el cielo contaminado por los humos se verán en menor número, oscuras y con movimientos muy lentos; están poco cargadas. Donde observé los glóbulos más abundantes y brillantemente cargados fue en los Alpes suizos, donde son frecuentes los días soleados y la nieve lo cubre todo en densas capas. Parece que es la luz solar la que carga los glóbulos.

Desviemos ahora la vista a los bordes de las copas de árboles silueteadas sobre el cielo azul. Se puede ver una neblina verde que las rodea. Curiosamente, se puede observar también que la neblina no contiene glóbulos. Sin embargo, si se mira más atentamente se pueden ver, en el borde de la neblina verde, glóbulos que cambian su dibujo garabateado y penetran en el aura del árbol, donde desaparecen.

Aparentemente los absorbe el aura. El verde alrededor de los árboles aparece en la fase de nacimiento de las hojas, en primavera y verano. A principios de la primavera, el aura de la mayoría de los árboles tiene un matiz rosa rojizo, similar al color de sus yemas.

Si observamos atentamente una planta doméstica veremos un fenómeno similar. Sitúe el lector la planta bajo una luz brillante con un fondo oscuro detrás. Verá cómo las líneas de color verde azulado destellan hacia arriba, a lo largo de las hojas, siguiendo la dirección del crecimiento. Emitirán un repentino destello; luego, el color se desvanecerá lentamente para destellar de nuevo, quizá en el lado opuesto de la planta. Estas líneas reaccionarán con la mano, o con un trozo de cristal, si se aproxima al aura de la planta. A medida que se aleja el cristal de la planta, veremos que el aura de ésta y la de aquél se estiran para no perder el contacto. Se estiran como el caramelo.

Manos que curan 6-1-Efecto Lapizlazuli

Figura 6-1: Efecto del lapislázuli sobre el aura de la planta

En cierta ocasión intenté ver el efecto de hoja fantasma del que tanto se habla en la fotografía de Kirlian.

Empleando estos métodos fotográficos ha sido posible registrar la imagen de una hoja completa después de cortarle la mitad. En aquel caso observé el aura de la hoja. Era de un sencillo color azul aguamarina. Cuando corté la hoja, el aura de toda ella se tornó marrón sanguinolento. Lamenté haberla cortado y me disculpé con la planta. Cuando se restableció el color aguamarina, un par de minutos más tarde, mostró señales definidas de la parte que faltaba, pero no con tanta claridad como lo había visto en las fotografías de Kirlian.

Manos que curan 7-01

(Véase figura 6-2.)

También los objetos inanimados tienen aura. La mayoría de los efectos personales se empapan de la energía de su propietario y la irradian. Las piedras preciosas y los cristales muestran interesantes auras que se pueden emplear en la curación, con muchos y complicados dibujos formando capas. Por ejemplo, la amatista tiene un aura dorada con rayos de esa misma tonalidad que saltan de sus puntas cortadas en facetas naturales.

Características del campo energético universal (CAMPO ENERGÉTICO UNIVERSAL)

Como se ha dicho en el capítulo 5, el CAMPO ENERGÉTICO UNIVERSAL ha sido conocido y observado a lo largo de los siglos. Se ha estudiado hasta en las épocas más remotas de la historia. Cada cultura ha dado un nombre distinto al fenómeno del campo energético y lo ha considerado desde su punto de vista particular. En la descripción de sus observaciones, cada una de estas culturas encontró propiedades básicas similares en el CAMPO ENERGÉTICO UNIVERSAL. Con el avance de los tiempos y el desarrollo del método científico, la cultura occidental empezó a investigarlo con mayor rigor.

Conforme la técnica de nuestros equipos científicos se hace más compleja vamos siendo más capaces de medir las cualidades más refinadas del CAMPO ENERGÉTICO UNIVERSAL. Podemos dar por supuesto, a partir de estas investigaciones, que la composición del CAMPO ENERGÉTICO UNIVERSAL es urca energía no definida previamente por la ciencia occidental, o quizá una materia de sustancia más fina de lo que en general considerábamos que estaba formada la materia. Si definimos ésta como energía condensada, el CAMPO ENERGÉTICO UNIVERSAL puede existir entre los reinos que actualmente se consideran de la materia y de la energía. Como hemos visto, algunos científicos denominan bioplasma al fenómeno del CAMPO ENERGÉTICO UNIVERSAL.

Los doctores John White y Stanley Krippner han descrito numerosas propiedades del campo energético universal: el CAMPO ENERGÉTICO UNIVERSAL empapa todos los objetos, animados e inanimados, del espacio y los conecta entre sí; fluye de un objeto a otro y su densidad varía en relación inversa a la distancia desde su fuente. Sigue, además, las leyes de la inductancia armónica y la resonancia simpática (el fenómeno que se produce cuando se golpea un diapasón y otro situado cerca empieza a vibrar a la misma frecuencia, produciendo idéntico sonido).

Las observaciones visuales revelan que el campo está muy organizado en una serie de puntos geométricos, puntos de luz pulsantes aislados, espirales, tramas de líneas, chispas y nubes. El campo palpita y se puede detectar mediante el tacto, el gusto y el olfato y su sonido y luminosidad son perceptibles para los sentidos superiores.

Los investigadores de este campo afirman que el CAMPO ENERGÉTICO UNIVERSAL es básicamente sinérgico, lo que indica una acción simultánea de distintos medios que en conjunto tienen un efecto total más elevado que la suma de sus efectos individuales. Este campo es lo opuesto de la entropía, término utilizado para describir el fenómeno de la lenta degradación que observamos corrientemente en la realidad física, el derrumbamiento de la forma y el orden. El CEM tiene un efecto organizador sobre la materia, y crea formas. Parece existir en más de tres dimensiones. Cualquier cambio en el mundo material va precedido por una modificación en este campo. El CAMPO ENERGÉTICO UNIVERSAL está asociado siempre con alguna forma de conciencia, que va desde la extraordinariamente desarrollada hasta la muy primitiva. La conciencia muy desarrollada está asociada con «vibraciones» y niveles energéticos más altos.

Vemos, pues, que el CAMPO ENERGÉTICO UNIVERSAL no es, en cierto modo, tan distinto de todo lo demás que conocemos en la naturaleza. Sin embargo, debemos esforzar nuestras mentes para entender algunas de las propiedades que posee. A determinados niveles es una cosa «normal», algo así como la sal o la piedra; tiene propiedades que podemos definir empleando métodos científicos normales. Por otra parte, si seguimos sondeando más a fondo en su naturaleza, se escapa de las explicaciones científicas ordinarias. Se hace escurridizo. Cuando creemos que «lo hemos puesto en su sitio», junto con la electricidad y otros fenómenos no tan inusuales, se desliza de nuevo entre los dedos y nos obliga a preguntarnos: «¿Qué es realmente? No obstante, también podríamos preguntarnos: ¿qué es la electricidad?».

El CAMPO ENERGÉTICO UNIVERSAL existe en más de tres dimensiones. ¿Qué quiere decir esto? Que es sinérgico y crea formas, lo que significa que va contra la segunda ley de la termodinámica, referida al crecimiento continuo de la entropía; según dicha ley, el desorden en el universo crece siempre y no es posible extraer más energía de algo que la que se haya depositado en ese algo. Siempre se obtiene un poco menos de la que se puso.

(Jamás se ha logrado construir una máquina de movimiento perpetuo.) No es éste el caso con el CAMPO ENERGÉTICO UNIVERSAL.

Parece que continúa siempre creando más energía. Como el cuerno de la abundancia, se mantiene eternamente lleno, por mucho que se tome de él. Estos son conceptos asombrosos que nos ofrecen una visión muy esperanzadora del futuro frente al riesgo de hundirnos en el pesimismo de la era nuclear.

Quizá algún día podamos construir una máquina capaz de conectarse con la energía del CAMPO ENERGÉTICO UNIVERSAL, lo que nos permitiría disponer de toda la que necesitamos sin la amenaza de causarnos daños a nosotros mismos.

Revisión del capítulo 6

1. ¿Qué es un aura?

2. ¿Tiene aura una moneda?

3. ¿Qué es lo que no tiene aura?

4. Describa el CAMPO ENERGÉTICO UNIVERSAL.