Cómo despertar el tercer ojo 7 y 8

Cómo despertar el tercer ojo 7 y 8

Cómo despertar el tercer ojo. Capítulo 07º

Cómo despertar el tercer ojo. Capítulo 08º

Cómo despertar el tercer ojo. Capítulo 07º en texto

Cómo Despertar el Tercer Ojo. CAPITULO 7º

VISION (2)

7.1 El uso de la oscuridad

En «Una Realidad Aparte», Don Juan enseña a Carlos Castaneda cómo hacer uso de la oscuridad. Cuando el último pregunta para qué se puede emplear, Don Juan le responde que «la oscuridad del día» es el mejor momento para «ver».

Hemos sido condicionados para correr hacia el interruptor de la luz, o a por una linterna, cada vez que tenemos que encontrar nuestro camino en la oscuridad. En muchas ocasiones nos manejamos muy bien sin luz alguna. Imagine que es un gato. Conéctese en «modo felino», confíe en el instinto y – por supuesto – esté muy consciente en el ojo. Todos los objetos tienen como un brillo de energía a su alrededor cuando es de noche, algunos de los cuales son bastante fáciles de ver. Este es uno de los casos típicos de percepciones que se pierde la gente, simplemente por no intentar nunca ver, y no porque sea difícil o requiera un entrenamiento avanzado. Por ejemplo, si se camina durante la noche por una senda escabrosa de un bosque, con frecuencia se descubrirá que la senda brilla cuando se la mira desde el tercer ojo. Intentar encontrar el camino sin luz artificial es un ejercicio valioso. También puede redescubrirse la propia casa por la noche, o en «la oscuridad del día». Explore.

7.2 Emplee más las velas y lámparas de aceite, y menos la electricidad

Cuando sea posible, use velas (o lámparas de aceite) en lugar de luz eléctrica. En la luz natural de las velas se tendrá un acceso mucho más fácil a la visión de auras.

Existen algunas razones simples por las que la luz eléctrica no es tan conductora de la apertura de percepción. La luz que procede de una bombilla aparenta ser continua; pero en realidad no es así, pues funciona a una frecuencia de cincuenta hertzios (corriente alterna). Esto quiere decir que la luz se enciende y se apaga cincuenta veces cada segundo. Este proceso es tan rápido como para poder engañar a la mente consciente, aunque a un nivel subconsciente esta frecuencia sí que es registrada, y por tanto tiene una acción sobre el cerebro.

Imagínese que la luz eléctrica se encendiera y se apagara cada medio segundo, de forma que pudiera apreciarse la pulsación de la luz. Cuál sería el resultado? Bastante doloroso! Tendríamos que cerrar los ojos, o al menos deberíamos hacer alguna construcción mental, como un apantallamiento, para protegernos. Es decir, tendríamos que cerrarnos en un cierto grado.

Cuando comencemos a usar el ojo nos percataremos de que tiene lugar, inconscientemente, un proceso semejante con la luz eléctrica, la cual se está encendiendo y apagando constantemente, a una cadencia de cincuenta veces por segundo. Es «duro» para el cerebro, y a un nivel profundo algo tiene que cerrarse para así protegernos.

Ahora bien, la percepción se dirige – por supuesto – hacia la apertura y la receptividad. Ya hemos visto cómo, cuando se intenta «ver», uno de los principales obstáculos es la tendencia a retraerse de la mente (sección 5.10). Por ejemplo, se está empezando a ver un aura y, de repente, la mente se queda sorprendida, o sobrecogida, o muy interesada… Y esta reacción de la mente crea una cerrazón instantánea, en una fracción de segundo se pierde la percepción y se ha de comenzar de nuevo la apertura. La luz eléctrica crea un proceso de cerrazón semejante a un nivel inconsciente profundo.

Pero debe quedar muy claro que no se está abogando por la eliminación de todas las luces eléctricas de la casa! Por ejemplo, cuando se lea o se escriba hay que utilizar luz eléctrica, por supuesto, ya que un nivel insuficiente de iluminación provocaría el cansancio de la vista, lo cual no ayudaría nada a alcanzar la clarividencia. Las técnicas de Clairvision se han diseñado para personas que viven en el mundo, y no se puede estar en el mundo sin utilizar la electricidad, ordenadores, etcétera.

Lo que en realidad se pretende remarcar es el hecho de que, cuando se practica contacto visual u otras técnicas de visión, es preferible usar velas. Aunque hay muchas circunstancias de la vida cotidiana, tales como comer o hablar con los amigos, en las que utilizamos la luz eléctrica por puro hábito y no porque realmente la precisemos. Por lo tanto, pueden aprovecharse dichas ocasiones para dar un merecido descanso al cerebro y practicar las técnicas de visión. Este es uno de los secretos del éxito en la práctica espiritual: usar con frecuencia cada vez mayor las actividades cotidianas para poner en práctica los procesos aprendidos, integrando el trabajo de apertura con las acciones más humildes.

Aun así, a largo plazo nos llegaría a preocupar el hecho de que la luz eléctrica es estresante. Sería una bendición para la humanidad que alguien inventara alguna forma de iluminación artificial que tuviera un impacto más suave en nuestra percepción inconsciente.

7.3 En busca de la pared ideal

Cuando se intente ver un aura se conseguirán resultados mucho mejores si la pared tras el objeto o persona es lisa y de color blanco, o bien de un tono muy claro. Si ver es realmente uno de los intereses esenciales de nuestra vida, debería reconsiderarse la decoración de las paredes de las habitaciones en las que se pasa la mayor parte del tiempo. Ciertas variedades de pintura blanca y acabados de pared tienen efectos mágicos: siempre que alguien se detiene junto a las mismas, automáticamente se empiezan a ver halos de luz.

7.4 El chal blanco

Cuando se practican regularmente las técnicas de contacto visual con las mismas personas, puede ser una excelente idea llevar un chal blanco por encima de la ropa (no se precisa cubrir la cabeza, basta con llevarlo sobre los hombros), lo cual hará que sea notablemente más fácil ver auras, además de atraer toda suerte de buenas vibraciones. Por el contrario, las ropas negras u oscuras hacen que la tarea de ver sea más ardua. También conviene ponerse el chal blanco cuando se practique a solas frente al espejo.

El tejido del chal puede ser de algodón, seda o lino… pero no de fibras sintéticas. Póngaselo siempre que medite y concentrará la energía de la meditación. El chal poco a poco se cargará con un poder protector que se hará más y más tangible: cada vez que se lo ponga, se activará la energía y podrá sentir cierto bienestar. No hay que dejar que nadie más use el chal, o todo el trabajo se perderá en pocos minutos.

Se sugiere un chal porque es extremadamente fácil de hacer: no hay nada que coser, sólo se necesita un par de tijeras! (Un tamaño de un metro por dos y medio es normalmente suficiente). Pero también puede diseñarse un vestido. Las ropas de los monjes originariamente estaban diseñadas para favorecer la concentración y protección, pese a que este conocimiento se ha perdido. Puede que haya llegado el momento de diseñar una nueva generación de «prendas de energía».

Antes de reanudar las técnicas de visión, es recomendable que relea los consejos dados en el Capítulo 1.

Práctica 7.5 La técnica básica para ver un aura

El procedimiento siguiente es una de las vías más directas para ver un aura, o bien para establecer contacto con los guías de alguien.

Sitúense uno frente al otro, a la distancia habitual de noventa centímetros, o bien dejen un poco más de espacio entre ambos, como en una situación normal de conversación. Aún mejor: comiencen en la posición de contacto visual, y después repitan la práctica en una posición más relajada y casual, comparando los resultados.

Cierre los ojos durante uno o dos minutos, respire con la fricción en la garganta. Opere una reconexión con el espacio en el ojo, haciendo una meditación corta en el tercer ojo, tal como se describe en la sección 5.3.

A continuación, deje la fricción y abra los ojos. La técnica consiste en mirar fijamente, de tres a cinco centímetros por encima de la cabeza de la persona cuya aura se desee leer, e implementar el proceso de triple visión descrito en la sección 5.13:

1) Hágase consciente en el ojo, con ausencia de movimiento. Pestañee cuanto menos mejor.

2) No mire ningún detalle de la imagen. Hágase consciente del hecho de ver o estado de visión. Si el estado de visión sigue siendo como un misterio, limítese a sentir la imagen en vez de mirarla.

3) Sienta a la otra persona desde el corazón, en el centro del pecho.

Permanezca totalmente inmóvil, absorto en este triple proceso.

Después de algunos minutos, comience a respirar con la fricción en la garganta. Conecte la fricción con la imagen.

Cuando se finalice, frótese las manos y ponga las palmas sobre los ojos. Deje que el calor alcance el interior de los ojos, sanándolos.

Comentarios

  • Resulta asombroso comprobar cómo la percepción de los halos se amplifica de repente al conectarla con la fricción en la garganta. Es una bella demostración del efecto amplificador generado por dicha fricción.
  • Para hacer una lectura de auras, el truco es sintonizar con los seres espirituales por encima de la cabeza de la persona y permitir que ellos hagan la lectura por uno mismo. Sintonice con su presencia y permita que ellos monitoricen su visión.

7.6 Hacia dónde exactamente hay que mirar cuando se hace contacto visual?

A ninguna parte, pues, para ver, el secreto reside en no mirar. Aún así, surge la cuestión: dónde dirigir la mirada? Especialmente, al principio de la práctica, antes de que la percepción se traslade al espacio. Pueden adoptarse las siguientes actitudes:

– Mire al entrecejo de la otra persona.

– Mire a uno de sus ojos.

– Intente mirar frente a sí mismo, sin «tocar» ninguna parte física de la otra persona con la mirada.

Experimente con estas opciones, yendo de una a otra. Tras algún tiempo la imagen física desaparecerá, por lo que no importa qué opción se escoja. Cuando nos enfoquemos en los ojos de la persona enfrente de nosotros, a veces sucederá que todo se hace borroso pero los ojos permanecen claros, o bien que la cara cambia pero los ojos siguen siendo los mismos. Independientemente de la posibilidad que se explore, es conveniente que ambas personas estén practicando la misma.

No debe olvidarse que «enfocarse en el entrecejo» nunca implica que se hayan de dirigir los globos oculares hacia dicha área, como si se intentara mirarla. Únicamente quiere decir que se debería permanecer consciente del tercer ojo.

7.7 Circulaciones energéticas de vez en cuando

Es recomendable – mientras se trabaje con estas técnicas de clarividencia – realizar algunas circulaciones energéticas de vez en cuando. Como se expuso en la sección 6.1, se estimulará todo el cuerpo etérico, dando un impulso al plano etérico del tercer ojo. En concreto, cuando parezca que haya un bloqueo en el progreso personal, vale la pena recurrir a las circulaciones energéticas.

7.8 Trabajo con auras

A continuación se indican diversas sugerencias para trabajar en el desarrollo de la percepción de auras. Comience con una reconexión: cierre los ojos, respire con la fricción en la garganta y construya la vibración en el entrecejo. Seguidamente, sintonice con la luz y hágase consciente del espacio púrpura oscuro durante uno o dos minutos. Luego abra los ojos y comience el triple proceso de visión:

1) Foco inmóvil en el ojo.

2) Estado de visión.

3) Sentimiento desde el corazón.

El objetivo es permanecer muy tranquilo interiormente, absorbido en este triple proceso, y pedir a la persona enfrente de nosotros que diga o piense distintas cosas, para ver si, como consecuencia de las mismas, se percibe alguna modificación en su aura. La mirada se puede situar unos dos centímetros por encima de la cabeza, o bien en el entrecejo, según se prefiera. Recuerde que hay que tener cuidado de no mirar demasiado, pues de otro modo no se vería nada.

  • Pida a la otra persona que repita «no, no, no…» durante un minuto aproximadamente. Debería ser un «no» con intención, un «no» que verdaderamente suene «no». Mientras tanto, sienta la cualidad de la luz en torno a la persona.

Luego pida que repita «sí, sí, sí…», con intención, durante otro minuto. Sienta la luz y compare la calidad de la energía.

Repita una o dos veces con «no» y luego con «sí».

  • Repita el procedimiento anterior, aunque esta vez la otra persona estará consciente tanto en el ojo como alrededor del ombligo mientras dice «no». En cambio, cuando diga «sí» la otra persona:

– Estará completamente consciente en el corazón durante un minuto.

– Pensará en la muerte durante un minuto.

– Pensará acerca de algo feliz que haya ocurrido en su vida.

– Se hará consciente de una emoción triste.

– Pensará en algo que normalmente le crea irritación o ira.

Pídale a la otra persona que se ponga serena de nuevo.

No hay que olvidar aplicar las palmas de las manos sobre los ojos cerrados al concluir la sesión, o bien cada vez que se haga un corto descanso con los ojos cerrados.

Comentarios

El ejercicio anterior puede repetirse mientras se pide a la otra persona que piense en:

– Un ser amado.

– Alguien que le disgusta.

– Alguien que ha fallecido.

A medida que se explore la práctica acudirán a la mente otras posibilidades. Cuando se haya digerido el contenido del capítulo sobre las líneas de energía, también podrá observarse el aura de la otra persona cuando esté sentada sobre:

– Un cruce nocivo de líneas de tierra, a sabiendas.

– Un cruce nocivo de líneas de tierra, sin saberlo.

– Un pozo de energía (si se localiza un pozo de verdad, la acción sobre el aura será inmediata y bastante notable, tan pronto como la persona se sitúe sobre el mismo).

7.9 Examen del aura

También es interesante pedirle a la otra persona que coja distintos objetos y sustancias, observando las modificaciones que ocurren en su aura. Pídale a la otra persona que sintonice con el objeto, el cual puede mantener frente al corazón y frente a diversas partes del cuerpo, viendo las posibles diferencias que ello suponga en el aura. Se sugiere, por ejemplo:

– Un recipiente de cobre.

– Una herramienta de hierro de gran tamaño (sin mango de otro material).

– La punta de un termómetro (que contenga mercurio).

– Una sartén de aluminio.

– Diversas latas de conservas alimenticias.

– Paquetes de comida congelada.

– Platos con distintos alimentos.

– Hierbas diversas, medicinas, remedios homeopáticos.

En general, pruebe con todo tipo de cosas, ordinarias y extraordinarias.

Comentarios

La técnica conocida como «prueba del músculo» se basa en la idea de que la fuerza de un músculo es mayor cuando se piensa en algo verdadero, o bien se sujeta algo que es «bueno» para uno mismo. Por el contrario, se supone que la fuerza del músculo disminuye si se sujeta el remedio inadecuado o si se está pensando en algo falso o perjudicial para la propia salud.

Por ejemplo, se pide a los pacientes que sujeten distintos recipientes con la mano izquierda, frente al corazón, y que estiren el brazo derecho horizontalmente. Entonces, el facultativo empuja la mano hacia abajo para examinar la fuerza del músculo deltoides (músculo del hombro).

Esta técnica tiene sus límites y no hay que pensar que sea un método universal de conocimiento, como algunos parecen creer. Aún así, es un hecho sorprendente que la resistencia del músculo es en ocasiones más fuerte o más débil, en función de lo que la persona piensa o sujeta.

En cuanto comience a percibir auras, descubrirá que pueden sentirse diferencias muy nítidas en la energía de la persona cuando piense en cosas diferentes o sujete sustancias distintas. Para notar esto no es preciso «ver» auras, es suficiente con sentirlas.

7.10 Vata, pitta, kapha

La medicina hindú tradicional, Ayurveda, se basa en reconocer la interacción de tres principios en el cuerpo:

– Vata, o viento (todo lo que se mueve en el cuerpo).

– Pitta, o principio de fuego/calor.

– Kapha, o principio de agua y tierra, fuerza de inercia.

En la medicina ayurvédica, el diagnóstico reside en discernir cuál de dichos principios (llamados los tres doshas) predomina en el paciente, clasificándose entonces a los pacientes como «vata«, «pitta«, «kapha», «vata-pitta» (si ambos doshas están superactivos, vata más que pitta), «pitta-vata«, «kapha-vata«, etcétera. El método ayurvédico para alcanzar dicho diagnóstico consiste en tomar el pulso.

En una ocasión, mientras estaba trabajando con un médico ayurvédico en Calcuta (India), diseñamos un procedimiento (en verdad, más bien como un juego) según el cual él tomaba el pulso a los pacientes y yo observaba sus auras respectivas. Antes de que él pronunciara su diagnóstico yo tenía que escribir el mío en un papel, de modo que pudiéramos compararlos. Este médico era bastante famoso, siendo visitado por unos cien pacientes diarios, lo cual no es raro en India. El procedimiento demostró ser de utilidad como «muestra» significativa para ver hasta qué punto coincidíamos. Y solíamos llegar al mismo diagnóstico en más del noventa por ciento de los casos.

Pero no piense que se requiere alcanzar un estadio avanzado para poder realizar lo antedicho, pues apenas si se precisa ver auras, bastando con tener una sensación de las mismas. Pruebe a sentarse en un café ubicado en una calle animada, vaya al triple proceso de visión, y mire a las personas que pasan por allí. Intente determinar si son «vata«, o «pitta«, etc. Mejor aún, hágalo con un amigo, de modo que puedan compartir las impresiones, y verá cuán a menudo coinciden.

7.11 Comunicación verbal silenciosa

Siéntese frente a un amigo y prepárese para el contacto visual.

Tápese las orejas y realice el triple proceso de visión.

A continuación, la otra persona enunciará cinco frases respecto a sí misma, repitiendo cada frase tres veces. Cada vez que comience una frase nueva, indique el número correspondiente con los dedos (frase 1, frase 2…). Una de dichas frases será falsa y la tarea consiste en hallarla tomando el aura como única referencia.

Repita el ejercicio sin taparse las orejas e intente fiarse únicamente del aura – no de lo que oiga – para discernir qué enunciado es falso.

Comentarios

  • Una conclusión iluminadora es que, a veces, se tendrá más éxito no escuchando nada y sólo mirando el aura, que analizando el contenido de los mensajes.
  • No duden decir más de una frase falsa, para dar más emoción al juego!

7.12 Más acerca del estado de visión

Veamos algunos ejemplos para comprender mejor el estado de visión. Esoteristas occidentales como Rudolf Steiner y Max Heindel han descrito que, en un lejano pasado, los seres humanos tenían una forma muy diferente de percibir el calor. Había una especie de órgano en forma de bolsa en la parte superior de la cabeza, el cual se corresponde con la fontanella, una suave membrana entre los huesos parietales que se encuentra en la parte superior de la cabeza de los niños pequeños. Si miramos muy hacia atrás en los archivos de la naturaleza, encontraremos que la Tierra estaba llena de volcanes y áreas con gases calientes y plasma. Los seres humanos tenían que poseer algún sentido de la dirección para evitar perecer asados vivos, y el órgano en forma de bolsa en la parte superior de sus cabezas cumplía dicha función: era el órgano primitivo del calor.

Qué ha sucedido en términos evolutivos? La parte bolsiforme se reintegró en la cabeza y, lentamente, se convirtió en la actual glándula pineal. Nuestro sentido del calor dejó de estar localizado en un órgano concreto, para distribuirse por todo el cuerpo. Así podemos observar cómo se desarrolla una función sensorial durante un período muy prolongado de tiempo. Inicialmente depende de un órgano y está restringida al mismo, para después irse lentamente esparciendo por todo el cuerpo. Ahora no sentimos calor mediante ningún órgano en particular, sino por todo el cuerpo.

Steiner predijo que nuestros actuales sentidos seguirán un proceso evolutivo similar y, por tanto, que los seres humanos llegarán a oler, ver, oír, saborear… con todo su cuerpo y no solo mediante un órgano concreto. Es como si el órgano estuviera para enseñarnos una lección acerca de un sentido en particular y, cuando se ha aprendido la lección, dejamos de precisar dicho órgano.

Como el sentido del calor es mucho más antiguo y, por tanto, está más integrado en nuestro ser, nos resulta más fácil reconocer qué es el calor, independientemente de cualquier objeto. Podemos sujetar la pura cualidad del calor, concepto que desarrollaremos como analogía para comprender más acerca del estado de visión.

Al comienzo puede resultar difícil tener un sentido del estado de visión queriendo con ello decir el hecho de ver, independientemente de cualquier imagen en particular. Entendemos que es ver un árbol, una luz, o incluso un aura… pero el claro estado de visión puede que no sea tan obvio..

En términos generales, la sensacion de calidez es al calor lo que el estado de visión es a las imágenes percibidas. No hemos de referirnos a conceptos como «caliente como un fuego», «caliente como el Sol» o «caliente como un horno» y tratar de entender lo que es común a los mismos (no es preciso referirnos a conceptos … para tratar de entender lo que puedan tener en comun). Nos basta con ir a la esencia y reconocer la calidez, independientemente de cualquier fuente de calor. Hay que desarrollar una cualidad similar con la visión para poder discernir el estado de visión.

Dicho de otra forma, para que la percepción tenga lugar se precisan tres elementos: 1) una persona que perciba, 2) un objeto percibido y 3) el proceso de percepción. Esto se aplica a cualquier percepción física, como oír u oler, y no solo a ver auras.

Actualmente, en la vida cotidiana de los seres humanos se ha perdido el primer y el tercer elemento de la percepción, esto es, la conciencia de quien percibe y la del proceso de percepción. Por ejemplo, cuando se ve un árbol hay un reconocimiento mental del árbol; pero no hay conciencia de quién ve el árbol, ni del proceso mediante el cual es percibido el árbol. Tiene lugar una asimilación con el objeto de la percepción. Hacerse consciente el estado de visión significa hacerse consciente de: 3), es decir, del proceso de percepción.

El propósito real de nuestro trabajo es encontrar al Ser Superior, no estamos empleando las técnicas con el único fín de alcanzar la percepción. Estamos utilizando la percepción para alcanzar al Ser Superior.

Si se tienen dos naranjas y una cereza en un cesto, la cereza puede ser fácilmente ocultada por las naranjas; pero si se extraen las dos naranjas del cesto, la cereza se hará evidente. La primera naranja es el objeto de la percepción, la segunda es el proceso de percepción, y la cereza es la conciencia del Ser Superior de quien percibe. Cuando se separa estado de visión del objeto de la percepción, se consigue un estado de discernimiento que podemos comparar al hecho de quitar las dos naranjas del cesto. Por dicho motivo, pueden llegarnos enormes destellos de despertar interior cuando nos hagamos conscientes del estado de visión – súbitas explosiones internas, en las cuales se revela el Ser Superior.

A medida que se practique el triple proceso de visión, se desarrollará gradualmente el estado de visión. Al principio parecerá débil; pero, a medida que se ejercite, se convertirá en una cualidad cada vez más tangible, haciéndose tan clara y obvia como la percepción del calor. También se puede comparar el estado de visión con un músculo que no se haya movido en mucho tiempo. Al principio, es probable que reactivar dicho músculo sea un proceso lento: apenas se sentirá, ni siquiera se notarán sus contracciones, y dichas contracciones serán flojas. Cuando se haya hecho el trabajo, activar el estado de visión llega a ser un proceso tan claro y tangible como contraer el bíceps. Esta parte del proceso de alquimia interior es afín a la cultura física – pero en vez de ser una construccion física es la construcción de los cuerpos sutiles.

Ahora bien, existe una paradoja: qué hay que hacer cuando se quiere llegar a ser consciente del estado de visión? Hemos de asegurarnos que no estemos mirando nada en particular y que el contenido de la imagen no nos importa. En otras palabras, tenemos que sacar fuera del cesto una de las dos naranjas. Al eliminar el objeto de la percepción, la segunda naranja, la primera del estado de visión, (el proceso de percepción) se hará evidente.

Una vez el estado de visión haya evolucionado, operaremos de modo diferente. Sintonizaremos en un objeto o persona, «conectaremos» el estado de vision y, automáticamente, «veremos». No importa en absoluto si el objeto de la percepción está enfrente o al otro lado del planeta, o incluso al otro lado de la galaxia, pues lo veremos. Y con frecuencia ocurre algo extraordinario: puede muy bien decidirse cerrar los ojos, para así ver mejor algo que está enfrente.

Entonces surge la siguiente cuestión: cómo es posible carecer completamente de interés por el objeto si se emplea el estado de visión como un medio para ver dicho objeto? La clave de esta paradoja es que, una vez se haya alcanzado dicho nivel, ya no se mirará nunca más al objeto con la mente. La mente se ha callado y se está viendo desde un plano mucho más profundo y verdadero de uno mismo. Un requisito previo para la percepción más elevada yace en el silencio del plano de la conciencia mental ordinaria.

Por dicho motivo, se recomienda que al principio no se mire al objeto, que no nos interesemos demasiado por el mismo. De otro modo la mente se activará, puesto que hemos sido condicionados durante muchísimo tiempo a operar únicamente desde la mente. Tan pronto como nos interesamos por algo, la mente inmediatamente intenta sujetarlo. Por lo tanto, es preferible no pensar para nada en el objeto, con el fín de permitir que se desarrolle el proceso de visión.

Con frecuencia, al principio ocurrirá una experiencia interesante. Se comenzará a ver un aura, un rostro diferente o un ser espiritual. Entonces, de repente, nos daremos cuenta de que estamos viendo algo… e instantáneamente perderemos la percepción. Por qué? Pues debido a que la mente ha reaccionado. De momento nos hemos interesado, o asustado, o lo que sea, y ha tenido lugar una sujeción de la mente, estamos mirando de nuevo desde la mente. Es por tanto bastante lógico que se pierda la percepción, pues la conciencia mental ordinaria es completamente ciega por naturaleza. Cuando se arranque el proceso de percepción, éste continuará durante tanto tiempo como pueda estarse sin reaccionar, y parará a la primera sujeción de la mente.

La percepción siempre tiene el límite

de la propia capacidad de no reaccionar.

7.13 Intermezzo: de qué ojo eres?

Algunas personas argumentan que uno de los (dos) ojos corresponde al Ser más profundo y verdadero, mientras que el otro es el espejo de la personalidad superficial. Dado que nuestra filosofía es no creer en nada sino tratar de percibirlo por nosotros mismos, permítasenos no mencionar qué ojo es cuál. A continuación se presenta un ejercicio diseñado para poder descubrir si hay alguna diferencia en lo que se percibe desde cada ojo.

Siéntese frente a un amigo, o un espejo, y prepárese para el contacto visual, recordando que la espalda esté recta y que la distancia sea la adecuada (si no se puede tocar la nariz de la otra persona con la palma de la mano es porque se está demasiado lejos).

Practique una corta reconexión en el ojo, con los ojos cerrados, como se vio en la sección 5.3.

Abra los ojos y empiece a mirar al ojo derecho de la otra persona. El foco estará – para ambos participantes – en el ojo derecho de la otra persona. Para evitar cualquier confusión se recomienda que ambos eleven la mano derecha al principio de la práctica, al objeto de comprobar que ambos están mirando al ojo derecho.

A continuación practique el triple proceso de visión (sección 5.13) con el foco inmóvil en el entrecejo, la conciencia del estado de visión y el sentimiento desde el corazón.

Continúe la práctica durante unos cinco minutos y entonces cierre los ojos y descanse brevemente, caldeando los ojos con las palmas de las manos como se describió anteriormente.

Seguidamente abra los ojos y levante la mano izquierda, para evitar confusiones. Comience a mirar al ojo izquierdo de la otra persona y repita la práctica durante unos minutos, tras lo cual cierra cierre los ojos y cúbralos con las palmas de las manos, caldeando el corazón (sección 5.5).

Por último, intercambie impresiones con el otro participante.

  • Después de haber examinado este ejercicio con cientos de personas, no me creo ni una palabra de la asunción de que uno de nuestros ojos es el espejo del Ser Superior y el otro de la personalidad superficial (dicho sea de paso, es del ojo derecho del que se presume que refleja el Ser Superior). Aún así, es fascinante ver la diferente forma en que se mira dependiendo del ojo en que se enfoca. Obviamente, se conecta con subpersonalidades bastante distintas a través de cada uno de los ojos y, verdaderamente, hay más de una subpersonalidad relacionada con cada ojo. Es interesante recordar que la palabra «persona» procede de un vocablo latino procedente de un nombre etrusco, persu, el cual significaba máscara!

7.14 La técnica del sí/sí

Seguidamente se explicará una técnica que es bella a la vez que devastadora. En verdad, qué es lo que impide que uno se convierta en un buscador de la Verdad? Por supuesto, hay que construir los cuerpos sutiles para aplicar las técnicas… Sin embargo, el órgano de la visión sutil puede estar ya operando, pues de vez en cuando se tienen repentinos destellos, breves momentos benditos, en los que se «ve»! Y luego se van, y a veces hay que esperar meses para que tenga lugar otro destello.

Y por qué? Barreras, pantallas mentales, hábitos perezosos de autoprotección de la conciencia mental, condicionantes espesos como murallas en torno a nosotros… en realidad, esto son los bloqueos.

La presente técnica se ha diseñado para ayudar a diluir las barricadas de la mente. Requiere que alguien se siente enfrente y practique también, puesto que no puede practicarse a solas en el espejo.

Siéntense uno frente al otro con la espalda recta y a la distancia correcta para el contacto visual. Cierren los ojos y hagan una reconexión. Respiren con la fricción en la garganta. Construyan la vibración en el ojo, para a continuación pasar de uno a dos minutos en el espacio púrpura.

Abran los ojos y realicen el triple proceso de visión (foco en el ojo, el estado de visión y sentimiento desde el corazón, como se explicó en la sección 5.13). Intenten recibir a la otra persona, acogerla dentro del corazón.

Entonces uno dice «sí», y el otro responde «sí». Ambos continúan diciendo «sí» alternativamente, uno tras el otro.

Esta es una práctica del corazón, no es posible engañar. Si se mantiene alguna barrera o restricción, el otro la sentirá de inmediato, y el milagro no ocurrirá. Hay que decir un sí que sea un sí de verdad, y poner cada vez más significado y apertura en el mismo. El sí debe proceder del corazón. Hay que trabajar para que cada sí profundice un poco más, hasta conseguir una total aceptación de la otra persona. Y entonces, vaya más allá, dé un sí que sea una aceptación de todo el mundo a través de la persona que está enfrente.

Esta práctica puede continuarse cuanto tiempo se desee. Luego descansen dos o tres minutos, cubriendo los ojos cerrados con las palmas de las manos y permitiendo que la calidez de las manos alcance el corazón a través de los ojos.

Comentarios

  • Es sorprendente cuánta gente profiere un sí que en realidad significa «no». O bien dicen que sí mecánicamente, de una forma que no significa nada de nada.

Hay que emplearse a fondo en esta práctica y, tras algunos minutos, apenas se podrá pronunciar nada. La palabra parecerá que provenga de muy, muy lejos, lo cual puede conducir a una experiencia intensa de la propia verdad.

  • No existe límite alguno respecto al tiempo que puede prolongarse esta práctica – horas si así se desea.

 Cómo despertar el tercer ojo. Capítulo 08º

Cómo Despertar el Tercer Ojo

CAPITULO 8

PRACTICAS EN EL CUERPO ETERICO

Continuaremos con las técnicas de circulación energética, tras haber ganado – en los capítulos 4 y 6 – una mayor familiaridad con la vibración y sus circulaciones. Pasaremos ahora al siguiente estadio: la conciencia del cuerpo de energía en su totalidad, o plano etérico.

Es preferible que no se efectúen los ejercicios del presente capítulo al comienzo de una sesión. Empiece con unas cuantas prácticas de circulación energética para precalentar el cuerpo etérico.

Práctica 8.1. El plano etérico como un todo

Siéntese en postura de meditación, con la espalda vertical. Mantenga los ojos cerrados durante la práctica.

Frótese las manos y permanezca inmóvil durante unos segundos, con las palmas boca arriba. Hágase consciente de la vibración en las manos y en el ojo. Emplee la fricción en la garganta para intensificar la vibración, así como para conectar el ojo y las manos.

Efectúe circulaciones energéticas en unos cuantos meridianos, tal como se indicó en la sección 6.3.

Entonces, hágase consciente de la vibración en todas las líneas – simultáneamente – sobre las que antes ha trabajado: conciencia de todos los meridianos al mismo tiempo. Conéctelo todo al ojo mediante la fricción.

Ahora, hágase consciente del plano de la vibración como un todo. Conciencia de todo lo que está vibrando, tanto dentro como alrededor del cuerpo. Permita que la percepción sea absorbida por completo en la vibración.

Cuando se sienta la vibración por todo el cuerpo, y nada más que la vibración, querrá decir que la conciencia se ha elevado por completo desde el cuerpo físico al cuerpo etérico.

Práctica 8.2. El éter de vida

Repita la práctica 8.1: entre en la percepción del plano etérico como un todo. Permanezca totalmente inmóvil, sintiendo la vibración por todo el cuerpo.

Entonces, trate de discernir: dónde está la fuerza vital en esta vibración? Qué es lo que mantiene vivo al cuerpo físico? Sintonice con el principio de vida.

Consejos

  • Pese a que la totalidad del cuerpo etérico está relacionada con la fuerza vital, uno de sus niveles está más específicamente relacionado con la vida: el éter de vida. Tradicionalmente, los ocultistas han discernido cuatro niveles en el cuerpo etérico: el éter de vida, el éter químico, el éter luminoso y el éter cálido. La palabra «nivel» puede inducir a confusión, ya que los cuatro éteres no se hallan uno encima del otro como los niveles de un pastel. Más bien se interpenetran unos con otros, tal como el agua empapa una esponja.

Los cuatro éteres pueden agruparse del siguiente modo: dos inferiores y dos superiores. Los éteres vital y químico se denominan éteres inferiores, y los éteres luminoso y cálido, éteres superiores. Actualmente, en la mayoría de los seres humanos los dos éteres superiores no están muy desarrollados, y todavía precisan ser cultivados.

  • La fuerza vital de hecho es una energía muy valiosa. Ningún laboratorio de nuestra civilización científica ha sido nunca capaz de sintetizar un solo organismo viviente! Conectar de forma específica con el éter de vida es una experiencia muy especial. Es imposible describir solo con palabras el sabor de conciencia asociado a ello. El éter de vida aparece como un principio universal, ciertamente no confinado a los límites del cuerpo físico. Si se trata de trazar su origen, la conciencia será llevada a lugares misteriosos. Seguir los éteres hasta su fuente es una poderosa técnica de clarividencia y de viaje.
  • Trate de repetir esta práctica en diferentes momentos del día, tales como por la mañana y por la tarde, al objeto de sentir si puede detectar alguna diferencia en su energía vital. Obsérvela también cuando se sienta muy cansado.

Pese a que ahora sería un tanto prematuro dedicar mucho tiempo tratando de discernir estos cuatro niveles, es aconsejable tener en mente esta división cuatripartita del plano etérico. Hará que sea más fácil discriminarlos a medida que se desarrolle la percepción.

Un hecho interesante es que siempre encontramos más fácil de percibir aquello que nuestra mente es capaz de entender. Las percepciones para las que no tenemos modelo o explicación alguna es más probable que se pierdan, especialmente si son vagas, como suele ocurrir al principio.

Hay una curiosa observación antropológica sobre este tema: se mostraron diversos vídeos a ciertos indígenas sudamericanos que siempre habían vivido en la selva, aislados de la civilización y de los productos industriales. Uno de dichos vídeos mostraba un cuadrado, como el marco de una ventana, girando sobre sí mismo. Los nativos, habitantes de un mundo totalmente exento de cuadrados, simplemente no podían ver el cuadrado que giraba. Sólo veían líneas que se movían. Al no disponer de cuadrados en su trasfondo mental, ignoraban por completo la rotación del marco de ventana.

Considero que algo semejante ocurre a menudo cuando las personas comienzan a ser clarividentes. Se pierden muchas percepciones debido a la ausencia del trasfondo que les permitiría integrarlas. Si algo llega a su campo de percepción que no puedan relacionar con ningún modelo comprensible, simplemente no se darán cuenta de ello. Por lo tanto, cierto conocimiento de la «geografía» de las esferas no físicas y de unos cuantos fenómenos astrales básicos puede demostrar ser de gran ayuda para la apertura de la percepción.

Práctica 8.3. Exploración de las distintas cualidades del etérico

Hágase consciente de su plano etérico como un todo, tal como se describió en la práctica 8.1.

Permanezca totalmente inmóvil y trate de discernir diferentes cualidades en el éter.

Entonces, explore diversas partes del cuerpo y compare la diferencia en la calidad de la vibración de una a otra parte. Si ha podido obtener una sensación del éter de vida, por ejemplo, vea si puede igualmente encontrarlo en cada parte del cuerpo.

Primero compare las extremidades y el tronco. Qué diferencia puede sentir entre la vibración en las extremidades y en el tronco?

Después, compare el tronco y la cabeza. Cómo difiere la vibración en la cabeza de la del tronco?

Pase entonces a explorar una parte tras otra del cuerpo. Es la vibración más intensa en alguna de ellas?

Cómo difiere la calidad de la vibración de un órgano a otro?

Tiene la impresión de que algunos órganos o partes del cuerpo rebosan de fuerza vital? Siente que otros órganos o partes del cuerpo carecen de ella?

Comentarios

  • Tradicionalmente, el hígado es considerado el órgano del etérico y de la fuerza vital – en inglés, vivir («live») e hígado («liver») son vocablos obviamente conectados, al igual que en otros idiomas.
  • Si sufre algún desorden físico, incluya el área correspondiente del cuerpo en el ejercicio.
  • Puede resultar interesante repetir esta práctica en diversas circunstancias, por ejemplo una o dos horas después de ingerir una comida pesada.

Práctica 8.4. Explorando los límites

Hágase consciente del plano de la vibración como un todo, como en la práctica 8.1. Hasta qué distancia se extiende la vibración más allá de los límites del cuerpo físico?

Es la vibración dentro del cuerpo físico similar a la vibración fuera del mismo? Qué diferencia observa entre la calidad de la vibración dentro y fuera del cuerpo físico?

Continúe explorando la vibración fuera de los límites del cuerpo físico. Son sus límites claros y definidos? Se mezcla la propia vibración con la de otros objetos próximos?

Práctica 8.5. Explorando las circulaciones del etérico

Hágase consciente del plano de la vibración como un todo, como en la práctica 8.1. Suponga que tiene la misión de reinventar la acupuntura. Explore el plano de la vibración, buscando las circulaciones. Indague cualquier cosa que sienta como un flujo dentro del cuerpo de vibración.

Comience con todo el cuerpo. Hágase consciente del cuerpo de energía como un todo y busque circulaciones.

Son algunas de las circulaciones más intensas que otras? Hay circulaciones grandes y pequeñas?

Cualitativamente, pueden percibirse diferencias entre los diversos flujos? Hay flujos que se sienten más cálidos y otros más fríos? Hay algún flujo que comunique una sensación semejante a la de alguno de los cuatro elementos (fuego, agua, aire o tierra)?

Explore una parte del cuerpo tras otra: cabeza, cuello, hombros y parte superior del pecho, brazos, pecho, parte del abdomen sobre el ombligo, parte del abdomen bajo el ombligo, piernas.

Vuelva a la percepción del cuerpo etérico como un todo, de la vibración por todo el cuerpo.

Repita la secuencia varias veces.

Práctica 8.6. La vibración etérica fuera del cuerpo

El presente ejercicio se practicará mejor en plena naturaleza, por ejemplo en un bosque. No obstante, es suficiente un patio con algo de hierba y uno o dos árboles. Unas cuantas macetas y un gato también bastarían!

Haga una corta meditación en el tercer ojo (sección 3.7.) y pase a efectuar la práctica 8.1 para reconectar con todo el plano de la vibración dentro de sí mismo. Sienta la vibración de la fuerza vital permeando su cuerpo. Al mismo tiempo, permanezca plenamente consciente de la vibración en el entrecejo.

Entonces, sintonice con un árbol o una planta y trate de hacerse consciente de la vibración en el interior del objeto. No hay que tocar la planta, sino limitarse a sintonizar con la misma desde la distancia. Continúe explorando la calidad de la vibración de la planta durante unos minutos.

Cuánto se extiende la vibración de la planta, más allá de sus límites físicos?

Cuando se sintoniza con la vibración de la planta, puede percibirse alguna circulación?

Ahora sitúe las manos planas, a pocos centímetros de la planta, sin tocarla. Repita la misma secuencia: sentir la vibración de la planta, explorar sus cualidades.

Pase a sintonizar con otra planta desde la distancia. Repita la misma secuencia, aunque comparando al mismo tiempo la calidad de la vibración de ambas plantas. Después ponga las manos próximas a la planta y explore de nuevo su vibración.

Repita el proceso con diferentes plantas.

Por último, trate de sintonizar con animales y explore la calidad de sus vibraciones.

Comentarios

  • Esta práctica hace de la naturaleza un campo de investigación fascinante. Con solo avanzar un paso más, la comunión con la naturaleza se convertirá en una realidad tangible.
  • Un hecho sorprendente aunque básico respecto a la percepción es que, una vez pueda sentirse algo dentro de uno mismo, también podrá sentirse exteriormente. Por ejemplo, cuanto más familiarizado se llegue a estar con la vibración en el interior del cuerpo, más fácil resultará sentirla alrededor del mismo. Conviene remarcar que esto no es únicamente aplicable al plano etérico, sino a todo el espectro que abarca la percepción sutil.

Ocurre a menudo que, cuando se sienten ciertas cosas fuera de uno mismo, se empieza a poder percibirlas interiormente. Al aplicar la percepción al mundo exterior tienen lugar algunos «clics» que, de repente, nos permiten discernir la presencia de algún plano o nivel interior que hasta ahora se había pasado por alto. El mundo se convierte en un espejo en el que podemos descubrir nuevas modalidades de nosotros mismos – de ahí el concepto de «clara-visión», o visión del Ego.

  • Mientras se implementen estos ejercicios no debe olvidarse de mantener el foco en el ojo: permanezca completamente consciente de la vibración en el entrecejo.

No es raro olvidarse de ello y tratar de hacerlo todo desde la mente ordinaria, «desde la cabeza». Por supuesto, en dicho caso no se sentirá nada. Pero tan pronto como recuerde volver al ojo y trate de percibir desde el mismo, inmediatamente entrará en contacto con la vibración del objeto.

  • Ciertos arroyos y lagos tienen una calidad de vibración particularmente rica, y cuando se sintonizan comunican bellas fuerzas del alma. Lo mismo ocurre con el mar. Pasar tiempo en la naturaleza ayuda a desarrollar la percepción. Aparte de ampliar la experiencia de la vibración, sintonizar con las fuerzas de la naturaleza podrá brindar vastas realizaciones.

Práctica 8.7. Vibración en las comidas

A medida que nos familiaricemos con la percepción de la vibración, es fundamental que la integremos en nuestras rutinas diarias. Esto añadirá otra dimensión a nuestra gama de experiencias conscientes.

Durante las comidas, por ejemplo, puede jugarse con la vibración. Sentirla en los alimentos antes y después de comerlos. La comida ingerida sin percepción es como veneno para el alma. Sentir la vibración nos dará perspectivas completamente distintas sobre el valor de ciertas comidas. Algunos platos muy atractivos, de repente nos parecerán horribles, y otros, aparentemente sencillos y aburridos, se convertirán en fascinantes.

Compare la vibración de las comidas congeladas, enlatadas, cocinadas en microondas… Puede sentir alguna diferencia entre verduras y frutas cultivadas o no orgánicamente?

Aplique la percepción cuando haga la compra. Verá que algunas verduras casi nos saltan a las manos.

Durante la digestión también proporciona bastante información la sintonización con el estómago (justo debajo del corazón, detrás de las costillas de la izquierda) y tratar de sentir la vibración en dicho órgano mientras realiza la primera parte de la digestión. Nos percataremos de que comidas distintas crean tipos de vibración diferentes.

Práctica 8.8. La vibración en el baño

Introdúzcase en la bañera.

Deberíamos sumergirnos con la parte trasera de la cabeza y las orejas inmersas en el agua, así como el resto del cuerpo. Una buena posición consiste en yacer en el agua con las piernas cruzadas, aproximadamente como cuando nos sentamos con las piernas cruzadas. De este modo, el tronco y la cabeza flotan armoniosamente y sin esfuerzo. Mantenga los brazos a los lados, en vez de estar sobre la barriga, para expandir el pecho. No conviene tener las piernas dobladas en esta postura de otra manera ya que el tronco tenderá a hundirse en el agua y se tensarán los músculos abdominales.

Si está familiarizado con el Hatha-yoga, también puede intentar tomar el ba ño en matsyasana, o postura del pez.

Pero la postura explicada al comienzo de la presente sección es bastante apropiada. Dado que se precisa permanecer cómodo y relativamente inmóvil tanto tiempo como sea posible, es preferible adoptar una posición que no requiera esfuerzo alguno. Adopte la postura y relájese en el baño durante un rato.

Fortalezca la vibración en el ojo y hágase consciente de su vibración etérica como un todo. Respire con la fricción en la garganta. La fricción adquirirá una nueva dimensión al tener las orejas bajo el agua.

A continuación hágase consciente de la vibración del agua. Olvídese por completo del cuerpo, limitándose a sintonizar con el agua. «Conviértase» en el agua y sienta su vibración. Descubrirá que no toda el agua tiene las mismas cualidades. Incluso, de un día a otro, la vibración del agua de la misma bañera puede variar de forma significativa.

Cuando haya pasado un tiempo suficiente, comience a sentir la interacción entre la vibración del agua y su propia vibración. ¿Cómo afecta la primera a la última?

Consejos

  • El cuerpo físico se considera relacionado con el elemento tierra, el cuerpo astral con el elemento aire, el Ego con el elemento fuego y el cuerpo etérico con el elemento agua. Es, pues, bastante apropiado explorar el cuerpo etérico en profundidad cuando se está en el agua. No dude repetir todas las prácticas del presente capítulo, descubriendo las cualidades, circulaciones y límites del cuerpo etérico mientras esté en el baño.
  • Nunca pierda la ocasión de sintonizar con la vibración cuandoquiera que esté en el agua. Le sorprenderá cuán refrescado se sentirá después de tomar un baño siguiendo estos principios. También se pueden incorporar algunos aceites esenciados y diversas sustancias (naturales) al agua del baño, investigando si se siente alguna modificación en la calidad de la vibración (en el agua y en uno mismo). Los aceites esenciados son sutiles: cuando se sintoniza con su energía es cuando más beneficio se obtiene de sus efectos.
  • Puede prepararse un excelente zumo para agregar al agua del baño rallando un poco de jengibre e hirviéndolo durante diez minutos. Filtre y añada el líquido al agua del baño. Es notable el efecto limpiador sobre la piel.
  • Esta nueva percepción del agua hará que sea fascinante bañarse en lagos, ríos, cascadas o el mar. Aunque no necesariamente hará que sea más atrayente bañarse en piscinas públicas, en las que a veces se acumulan todo tipo de vibraciones indeseables.

Práctica 8.9. Excreción etérica al final del baño

Al final del baño, mientras se está completamente consciente de la vibración por todo el cuerpo, busque en su interior energías que sienta como negativas o poco claras. Emplee un minuto explorando y sintiendo vibraciones indeseables.

Entonces, libere dichas vibraciones negativas en la vibración del agua. Haga exhalaciones largas y conscientes, acompañadas por una vigorosa fricción en la garganta, mientras se empujan las vibraciones indeseables fuera del propio plano etérico. Esta es una de las claves de la excreción etérica: trabaja mejor cuando exhalamos. Y, por tanto, funcionará todavía mejor si se exhala «con intención», poniendo todo el ser en el acto de empujar el aliento fuera, en vez de exhalar mecánicamente. Para este particular propósito de excretar, haga la fricción mientras se exhala, y no mientras se inhala. Y la fricción debería ser significativamente más intensa que lo habitual.

No hay que permanecer demasiado tiempo en el baño después del proceso de excreción.

Comentarios

  • Procure emplear esta técnica cuando sufra dolor de cabeza. Cuando se utiliza suficientemente pronto, al comienzo de la crisis, suele dar excelentes resultados.
  • Las prácticas del presente capítulo ciertamente abren nuevas perspectivas para la hidroterapia, una disciplina en auge creciente.
  • Tras la práctica de excreción no debe permitirse que nadie se sumerja en el baño. Hay que vaciar el agua. En circunstancias normales, no hay que preocuparse demasiado respecto a la limpieza de la propia bañera. No obstante, hay que ser cuidadoso en el caso de que una misma bañera sea compartida por muchas personas (los gurús hindúes hacen gran énfasis en disponer de su propio baño privado).
  • Algunas personas tienden a sentirse incómodas si se quita el tapón y se vacía la bañera mientras todavía están dentro del agua, como si algo de su propia energía fuera arrastrada con la misma. Experiméntelo y vea si se nota algo.

8.10 Excreción etérica y excreción física

No puedo dejar de insistir en la importancia de la «excreción etérica». Es una función vital que los seres humanos han perdido en gran medida. Este hecho es sumamente obvio para el clarividente, pese a ser actualmente pasado por alto tanto por las terapias convencionales como por las alternativas, con la excepción de unas cuantas técnicas de drenaje en homeopatía, acupuntura y herbalismo. Sin embargo, ninguna de ellas es muy eficiente si comparamos con la capacidad excretora que se desarrolla mediante el despertar consciente del plano etérico.

Cuanto más se ejercite la capacidad de excreción etérica, más se desarrollará como una función tangible. Se sentirá que ciertas vibraciones etéricas abandonan el cuerpo etérico con tanta claridad como se nota que los excrementos salen del cuerpo físico.

Ciertas excreciones etéricas pueden tener lugar sin que haya excreciones físicas. Sin embargo, debe quedar claro que todas las excreciones físicas deberían ir acompañadas por excreciones etéricas. Pero, debido a lo que los homeópatas denominan miasma psórico, inherente a todo el mundo, las excreciones etéricas no son lo que deberían ser.

Hágase consciente de su plano de vibración mientras orina o defeca. Procure conseguir que las vibraciones etéricas negativas salgan al mismo tiempo que la materia física. Quedará realmente sorprendido por la intensidad de los resultados, así como por el bienestar general que ello genera.

  • Pese a que suelen pasar desapercibidos, tienen lugar movimientos de energía insospechadamente fuertes mientras se orina y, en menor medida, cuando se defeca. Esto podría explicar el hecho de que un número significativo de enfermos del corazón expiren mientras están en el inodoro.

Práctica 8.11. Eliminación en la tierra

A medida que se desarrolle la capacidad de excreción etérica, será posible excretar en la tierra, además de en el agua.

Quítese zapatos y calcetines y coloque las plantas de los pies y las palmas de las manos sobre la tierra.

Mantenga los ojos cerrados. Active la fricción en la garganta y sienta la vibración en el ojo y por todo el cuerpo. Entonces, olvídese del cuerpo y sienta la vibración de la tierra.

Después de uno o dos minutos, comience a excretar vibraciones etéricas en la tierra. Emplee exhalaciones largas, reforzadas por una fuerte fricción en la garganta. Traslade a la tierra las vibraciones indeseadas mientras el aire esté saliendo por la boca. Para la tierra estas vibraciones no son nocivas, ya que serán descompuestas y procesadas como fuerzas de la naturaleza renovadas.

Comentarios

  • Esta práctica también puede servir para liberar tensiones o ira.
  • Como todo lo que es poderoso, esta técnica debería emplearse con moderación. De otro modo podría acarrear cierto vaciado de las propias energías.

Práctica 8.12. Abrazar los árboles

Este es otro ejercicio relacionado con la excreción etérica. La próxima vez que esté en un bosque, sintonice y elija un gran árbol, un árbol con el que sienta afinidad.

Entonces, acérquese y abrace el árbol. Procure que haya tanta superficie de contacto como sea posible: conforme se abrace el tronco con los brazos, presione el pecho, la barriga y las piernas contra el mismo.

Libere cualquier vibración sobrante en el árbol. Excrételas del mismo modo que lo hace en el agua del baño. Ofrézcalas como un regalo para el árbol. Agradézcaselo al árbol cuando termine.

Comentarios

  • Respecto a las energías negativas, primeramente hay que tratar de operar las descargas en el agua o en la tierra. Deje los árboles para vibraciones más sutiles, o para el tipo de energías que no sea capaz de eliminar por otros medios. De cualquier modo, no crea que está dañando al árbol al obrar así, sino que más bien le está ofreciendo algo valioso. Pese a que, para uno mismo, la vibración relacionada con un estado depresivo o con el comienzo de una gripe pueda parecer negativa, para el árbol es una energía altamente evolucionada y sofisticada. Si ejercita la sensibilidad, podrá discernir qué árboles suspiran por lo que está tratando de eliminar de sí mismo.
  • Esta técnica puede obrar milagros. Pero hay que permanecer contra el árbol durante suficiente tiempo, unos 10 á 15 minutos, o incluso más si se puede. Hay que dar al árbol suficiente tiempo para que reciba lo que se pretende ofrecer.

Práctica 8.13. Llanto

Derramar lágrimas puede ser ocasión para liberar una gran cantidad de energías indeseables y tensión emocional, especialmente si se emplea la capacidad de excreción etérica recientemente adquirida. Transmita a las lágrimas todo aquello que pretenda eliminar.

Ser capaz de llorar (a voluntad, si es posible!) es una herramienta valiosa en la senda de la autotransformación. Permite limpiar con profundidad el corazón. Si es el tipo de persona que no puede llorar nunca, es recomendable que se esfuerce por recobrar esta habilidad. Ha que probar cualquier truco que se le pueda ocurrir, desde pelar cebollas hasta los métodos más sofisticados del arte dramático.

Por otra parte, si es el tipo de persona que llora demasiado, puede ocurrir que al liberar más a través de las lágrimas ya no necesite llorar tanto. Es decir, al aumentar la calidad del llanto tal vez se reduzca su cantidad.

Práctica 8.14. Sorbiendo limón

Madre, además de estar a cargo durante muchos años del Ashram de Sri Aurobindo en Pondicherry (India), también fue una de los grandes ocultistas del siglo XX. Ella recordaba que una vez trabajó con una mujer extraordinariamente psíquica, la señora Theon. La señora Theon era capaz de colocar un pomelo sobre su pecho mientras yacía en el suelo y absorber su energía con su cuerpo etérico. Tras cierto lapso de tiempo, toda la fuerza vital del pomelo había sido extraída. Incluso físicamente el fruto parecía seco.

Podría coger una naranja o un pomelo y hacer lo mismo?

Túmbese. Coloque sobre el esternón una naranja buena, saludable (y preferiblemente orgánica), directamente sobre la piel.

Cierre los ojos. Hágase consciente de la vibración en el ojo. Hágase consciente de la vibración por todo el cuerpo, y en el pecho en particular. Entonces, hágase consciente de la vibración en el interior de la fruta.

Comience a traspasar la vibración de la fruta al propio plano de vibración.

Práctica 8.15. Bostezos

Bostezar es uno de esos pequeños movimientos internos que puede liberar ondas de energía inesperadamente grandes. Bostezar puede considerarse como una circulación energética propiamente dicha: es una acción, un movimiento físico que puede ser seguido por un movimiento de energía u onda etérica. Como ocurre con todas las circulaciones energéticas, el movimiento de la energía es mucho más importante que el movimiento físico. Aunque, como vimos anteriormente (sección 6.3.), este movimiento de energía debe ser permitido, pues de otro modo no tendría lugar, o bien sería muy débil. Es una de las funciones naturales que el cuerpo etérico ya no efectúa de forma automática.

Suprimir los bostezos es un condicionante perverso, proveniente de una educación represiva. Cuando se realiza plenamente, bostezar libera el corazón, lo mismo que llorar. También libera muchas tensiones que de otra manera se acumularían en los ojos, de ahí la lagrimita que aparece en la comisura de los ojos después de un bostezo generoso, completo.

Veamos cómo puede obtenerse el máximo del acto de bostezar. Si observa desde el ojo verá que, cuando bosteza, la mayoría de la gente tiende a liberar energías por la boca. Hacernos conscientes de esta liberación de energía y amplificarla «con intención» cuando bostecemos, ya supondrá una mejora significativa.

Aunque hay una modalidad de bostezo más iluminada. El principio general es bostezar hacia arriba. Hay que manejar todos los músculos de la parte trasera de la garganta para que el movimiento de energía se dirija hacia arriba, hacia la parte superior de la cabeza, en vez de hacerlo horizontalmente por la boca. Mientras se bosteza hay que tratar de alargar la faringe. La boca no debe estar muy abierta, sino más bien casi cerrada. Enfoque toda la atención en la parte superior del área posterior de la garganta, detrás de la cavidad nasal. Dicha área, en el techo de la faringe, está estrechamente asociada con el metabolismo del néctar de la inmortalidad.

Comentarios

  • Si es lo suficientemente rápido, también puede emplear los estornudos para liberar energía.
  • Seguro que se habrá observado la contagiosidad de los bostezos. En una serie de conferencias dadas en Kassel entre junio y julio de 1.909, Rudolf Steiner explicaba que en la Atlántida las influencias del subconsciente solían pasar con mucha más libertad entre los seres humanos. Un hombre poderoso era capaz de levantar su brazo y, solo por la acción de dichas influencias subconscientes, toda la gente a su alrededor se sentía automáticamente compelida a levantar su brazo. Bostezar es el último remanente de dicho tipo de inclinación.

8.16. El lado correcto del anillo

Si lleva un anillo puesto, quíteselo (si lleva varios, quíteselos todos, de forma que puedan examinarse uno a uno).

Cierre los ojos, hágase consciente de la vibración en el ojo y de la vibración en el dedo correspondiente. Emplee la fricción en la garganta para amplificar la sensación.

Entonces, póngase el anillo y hágase de nuevo consciente de la vibración en el ojo y en el dedo. Permanezca inmóvil durante medio minuto aproximadamente.

Después, quítese el anillo, vuélvalo del otro lado y póngaselo de nuevo. (Un anillo tiene dos lados. Así, tras ponerse el anillo del otro lado, la parte que antes estaba más cerca del nudillo estará ahora más lejos).

Permanezca inmóvil nuevamente, sintonice con la vibración en el ojo y en el dedo. Haga fricción en la garganta. Compare la vibración con la que sentía en la posición previa. La corriente de vibración generada por el anillo con frecuencia se siente bastante diferente.

Cuál es el lado correcto? Intente cada posición varias veces, hasta que pueda decidirse cuál siente como correcta, «directa» y favorecedora de las propias energías, y cuál se siente incorrecta, «retrógrada» y trabajando en su contra.

Comentarios

  • Un anillo puede almacenar un monto considerable de fuerza, tanto si tiene montada una piedra como si no. Cuanto más potente sea el anillo, más importante será llevarlo en la posición «correcta».
  • También puede usarse un péndulo para confirmar cuál es el lado «correcto» del anillo.

8.17. Nota acerca de los relojes de pulsera

Cuidado! Vistos desde el ojo, los relojes son mucho más tóxicos de lo que normalmente se cree. Esto es particularmente aplicable a los relojes de cuarzo: con cada vibración del reloj hay como un débil chasquido, el cual se envía al cuerpo etérico. Pero, aunque no sean de cuarzo, todos los relojes tienden a crear un campo etérico perverso, y suponen una gran interferencia para el flujo natural de nuestras energías.

Mostraremos un experimento sencillo para comprobar los efectos perniciosos de los relojes. Para ello se precisará un péndulo y un amigo. Una llave o un anillo al final de un hilo de algodón de unos 15 centímetros (6 pulgadas) servirá adecuadamente como péndulo. Es preferible evitar hilos sintéticos.

Pida al amigo que se quite su reloj. Mantenga el péndulo en una mano y con la otra tome el pulso de la mano derecha de su amigo. Esto, suponiendo que nuestro amigo siempre lleve el reloj a la izquierda. En caso contrario, comience tomando el pulso de la mano izquierda.

Cómo hay que tomar el pulso? Utilice los dedos índice, medio y anular, situándolos sobre la arteria radial, justo sobre la línea de la muñeca, en el lado del dedo pulgar. Observe que esta parte de la arteria radial esta ubicada en el Meridiano Pulmón (sección 4.8.).

Mientras mantiene el péndulo en una mano y toma el pulso con la otra, vaya al ojo, hágase consciente de la vibración y respire con una ligera fricción. Entonces, sintonice con la energía del pulso. Trate de sentir la vibración en la arteria. El péndulo comenzará a girar en una dirección.

Luego repita la operación con la otra mano de nuestro amigo. Sintonice con la vibración del pulso. Se observará que, en la mayoría de los casos, el péndulo comienza a girar en la dirección opuesta. Este hecho es bastante normal: muestra que la energía de cada brazo tiene distinta polaridad.

Por último, repita la operación tras pedir a nuestro amigo que se ponga el reloj. Tome el pulso de la mano con el reloj, sintonice y… sorpresa! El péndulo, o bien deja de girar, o bien gira en dirección opuesta a la que tenía cuando el reloj no estaba puesto. Esto significa que el reloj de pulsera elimina o invierte la polaridad de la energía del brazo en que se lleva – una observación verdaderamente impactante!

No hay ningún lugar del cuerpo donde sea correcto llevar un reloj. El hábito de algunas enfermeras de llevar el reloj cerca del corazón no es precisamente aconsejable. En la medida en que el reloj esté en contacto con el cuerpo, o cerca del mismo (menos de 5 centímetros), creará una importante interferencia con nuestro etérico. Por esto, dicho efecto sería aproximadamente el mismo si se decidiera a llevarlo en el bolsillo en lugar de la muñeca.

El reloj debería llevarse en el bolso o cartera, y no encima. Por ejemplo, se puede poner el reloj en una de las correas del bolso, de forma que pueda verse la hora fácilmente. ¿Por qué no lanzar una nueva moda?