Cómo despertar el tercer ojo 5 y 6

Cómo despertar el tercer ojo 5 y 6

Cómo despertar el tercer ojo. Capítulo 05º

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Cómo despertar el tercer ojo. Capítulo 06º

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Cómo despertar el tercer ojo. Capítulo 05º en Texto

Cómo Despertar el Tercer Ojo

CAPITULO 5º

VISION

5.1 El camino de los buscadores de la Verdad

La visión es una de las funciones más elevadas de la conciencia humana. Es una experiencia extraordinaria que nos permite desentrañar nuestra propia inmensidad. Por supuesto, hay diferentes niveles de visión. Nuestro constante propósito es evitar la clarividencia del plano astral inferior, propia de los psíquicos de trance mediúmnico, y pasar a la «visión de la Verdad», o visión del Ser Superior, la cual es como una explosión de todas las limitaciones de la mente.

Una diferencia clave entre estas dos formas de visión es que en la primera hay fijación a las imágenes que fluyen en la conciencia. Para alcanzar la visión de la Verdad, por otra parte, uno de los secretos es llegar a estar menos interesado en lo que se ve y, en cambio, enfocarse más en el proceso de ver, dejando que el propio estado de conciencia se expanda mediante la visión. Entonces se alcanza una percepción y comprensión del universo completamente diferente. Nunca se podrá traducir adecuadamente con palabras lo que se «ve», ya que la experiencia transciende a la lógica común de la mente. Ese es el motivo que hace que la visión verdadera alimente el Espíritu y disipe las falsas concepciones del alma. La «visión» no solamente debería considerarse como una herramienta para la percepción, sino como una experiencia que tiene en sí misma un valor transformador. La visión es una modalidad expandida de la conciencia. Es un «amplificador ontológico», esto es, una forma de ser más. Si se piensa acerca de la clarividencia en estos términos, habrá mucha menor probabilidad de ser engañado por las ilusiones de la visión del astral inferior.

Uno de los errores más comunes en los principiantes consiste en esperar ver las realidades espirituales con la visión ordinaria y los ojos físicos, como si de repente las auras y los seres espirituales fueran a añadirse a las imágenes del mundo que se reciben a través de la mente. No puede ser así, ya que la conciencia mental normal es precisamente la parte de uno mismo que es ciega. Para empezar a ver, lo primero que hay que hacer es salir de la mente.

Este es el motivo por el cual recordaremos constantemente que, si se quiere «ver», hay que dejar de mirar. En otras palabras, hay que dejar de procesar y analizar imágenes tal como se está acostumbrado a hacer con la mente. Hay que dejarse elevar a una forma distinta de conciencia y permitir que «algo» suceda.

Como siempre, el principal secreto del éxito descansa en tres palabras: práctica, práctica, práctica…

Nuestro primer objetivo será conseguir efectuar algunas incursiones fuera de las imágenes de nuestra conciencia mental normal, así como obtener vislumbres de las realidades no físicas. Para cumplir este propósito se introducirán una serie de técnicas que implican hacer contacto visual. Pueden practicarse con un amigo, o bien a solas mirándose a uno mismo en un espejo. Cada una de ellas tiene sus ventajas, siendo recomendable practicar ambas variantes.

5.2 Respecto a las prácticas de contacto visual

  • Los participantes no deberían sentarse demasiado lejos uno del otro. Una distancia de unos noventa centímetros es la idónea. Si no se puede tocar la cara de la otra persona con la palma de la mano es porque se está demasiado lejos. Si se practica con un espejo, la propia imagen debería aparecer a una distancia similar, o ligeramente superior.

Erróneo

Correcto

  • Es siempre preferible tener una pared blanca como fondo y usar velas en vez de luz eléctrica.
  • Los ojos de ambas personas deberían estar a la misma altura, utilizando cojines para compensar cuando se dé la circunstancia que tengan diferente estatura.
  • Puede estarse en sillas en lugar de sentarse en el suelo, aunque la espalda deberá estar recta y vertical en cualquier caso. Para facilitar la libre circulación de energías, no hay que apoyarse contra la pared ni contra el respaldo de la silla.

Cómo se distingue a un dios de un ser humano (según las escrituras hindúes)? Los dioses son inmortales, lo cual puede que no sea obvio cuando uno los vea y, por dicho motivo, los textos sánscritos describen otros signos. A diferencia de los seres humanos, los dioses nunca proyectan sombras. Además, los dioses pueden mirar fijamente al Sol sin que se dañen sus ojos.

Curiosamente, he tenido ocasión de ver a más de un paciente esquizofrénico que, de repente, comenzaba a mirar fijamente al Sol en medio de un delirio místico, dañándose gravemente la vista. La esquizofrenia es una enfermedad fascinante, en la cual no es raro que los pacientes relaten información genuina acerca de los mundos espirituales. Algunas de sus percepciones son bastante reales, aunque no estén integradas ni se hayan comprendido, sucediendo en el contexto de una desintegración general de la personalidad.

El caso es que, siendo humano, si se mira al Sol los ojos sufren un daño irreversible de forma extremadamente rápida. Las gafas de sol no atenúan dicho riesgo. Nunca debería practicarse forma alguna de mirar al Sol, bajo ninguna circunstancia. De igual modo, el contacto visual nunca debería practicarse en el exterior durante el día, para evitar que un exceso de luz pudiera dañar la vista. En cualquier caso, los mejores resultados se obtendrán en interiores en penumbra. Si se practica durante el día, es aconsejable dejar la habitación a media luz corriendo las cortinas.

Asimismo, se recomienda que no se mire a la Luna sin parpadear, dado que su luminosidad también puede ser perjudicial para la vista. Pero no hay restricción alguna cuando se trata de mirar a las estrellas, lo cual es una práctica realmente iluminadora que llena el alma.

  • Los espejos… nos asombrarán! Cómo es posible que una superficie física no solamente refleje nuestra imagen física, sino también nuestra aura, caras nuestras del pasado y del futuro, así como caras de nuestros guías? El conocido maestro tibetano Chogyam Trungpa relataba una vez a un amigo suyo que, en meditación profunda, podía ver el reino de Shambhala en su espejo.Y el espejo es uno de los elementos básicos de la iniciación en las escuelas occidentales de esoterismo.

En la antigüedad se debe haber tenido un sentido de la naturaleza misteriosa de los espejos, dado que la palabra espejo en algunos idiomas (en inglés, «mirror»; en catalán, «mirall») procede del latín mirariMirari significa «maravillarse» y «admirar», y es la fuente de otras palabras como «maravilla», «admirar» y «milagro».

5.3 Reconexión con el espacio

Antes de comenzar cualquiera de las prácticas de contacto visual, así como entre las mismas, hay que reconectarse con el tercer ojo del siguiente modo:

Siéntese con los ojos cerrados.

1)Comience realizando la fricción en la garganta (sección 2.1).

2) Hágase consciente de la vibración en el entrecejo, y conéctela a la fricción en la garganta. Siga fortaleciendo la vibración en el entrecejo durante un minuto.

3) Hágase consciente de patrones de luz o de color en el entrecejo. Conecte la fricción en la garganta a la luz. Continúe durante uno o dos minutos.

4) Hágase consciente del espacio oscuro o púrpura (el trasfondo de las luces y colores). Permanezca en el espacio durante uno o dos minutos.

Este conjunto de instrucciones (que deben practicarse con los ojos cerrados) es una versión abreviada de la meditación del tercer ojo, descrita en la sección 3.7. Como de costumbre, «el ojo» siempre quiere decir el tercer ojo, en el entrecejo, y no alguno de los ojos físicos.

Práctica 5.4 Contacto visual con foco en el ojo yestado de visión

Comenzaremos con las dos primeras partes de nuestro triple proceso de visión, el cual será descrito con detalle en la sección 5.13.

Siéntese con la espalda recta, frente a un amigo o un espejo, de acuerdo con lo expuesto en la sección 5.2.

Antes de empezar, pase tres minutos con los ojos cerrados haciendo una reconexión, según se describió en la sección 5.3.

Abra entonces los ojos y dirija la mirada a los ojos del amigo, o bien a los propios en el caso de que practique frente a un espejo.

Parte 1: foco inmóvil en el ojo

Hágase consciente en el ojo, en el área del entrecejo, y permanezca extremadamente quieto. Trabajar para alcanzar la inmovilidad es más que una ausencia completa de movimiento. Al enfocarse en el ojo, todo se aquieta dentro de uno mismo, como si se fuera coagulando la propia energía. Puede sentirse que uno se hace cada vez más denso.

La quietud del contacto visual es una «inmovilidad conectada», por la cual puede sentirse la energía del ojo resonando con la vibración por todo el cuerpo. De ahí la sensación de mayor densidad o de frecuencia más elevada que se experimenta en el cuerpo.

Una vez se alcance el clímax de quietud, tendrá la sensación de que incluso si quisiera moverse, no podría hacerlo. Por supuesto, si realmente se quisiera, se podría; pero para hacerlo, primero habría que salirse de la experiencia.

A lo largo del presente libro, cuandoquiera que se emplee la expresión «el ojo» nos referimos al área del entrecejo. Pero hay que tener en cuenta que «enfocarse en el entrecejo» únicamente significa que debería permanecerse consciente de dicha área. No quiere decir que se deban dirigir los globos oculares a ningún sitio en particular, y cuanto más nos olvidemos de los mismos, tanto mejor. Asimismo, esto es aplicable a la meditación en el tercer ojo (Capítulo 3), en la que los ojos se mantienen cerrados, así como para todos los ejercicios de contacto visual.

Parte 2: Conciencia del estado de visión

(Las partes 1 y 2 deben realizarse simultáneamente).

A continuación se explica uno de los grandes secretos de los sabios, el cual puede crear importantes aperturas de la percepción. Generalmente, cuando se dirige la atención a un objeto con los ojos abiertos, se mira la imagen y sus diferentes partes. Y entonces los diferentes elementos son procesados por la mente consciente. Algunas técnicas que apuntan al desarrollo de la acuidad mental, incluso fomentan el entrenamiento para absorber el máximo de detalles de una imagen. Por ejemplo, se muestra un dibujo de varios objetos y se asigna un tiempo limitado de unos cuantos segundos para examinarlo. Entonces, se supone que hay que listar tantos objetos como la mente pudo retener conscientemente. Todo ello está relacionado con lo que podría llamarse el «modo mental de visión», o visión desde la conciencia mental ordinaria. Como se vio anteriormente, este plano es precisamente la parte de uno mismo que está ciega a los mundos espirituales. Para ser capaz de ver auras y seres espirituales, es preciso desconectar este modo mental de visión.

Hay un secreto para conseguirlo: en vez de mirar cualquiera de los detalles de la imagen, hay que hacerse consciente del hecho de ver. Normalmente, con el modo de visión mental se estaría ocupado mirando la imagen y averiguando si su contenido es cuadrado o redondo, verde o amarillo, bonito o feo, y así sucesivamente. Pero ahora, con el modo de visión no mental, se hará algo completamente distinto. Se hará que decaiga el interés en cualquiera de los componentes de la imagen, mientras que por otra parte nos haremos conscientes del hecho de ver. Para ver hay que dejar de mirar. Se traslada la atención desde el objeto de la percepción hacia el proceso de percibir. En lugar de observar el objeto, se comienza a observar la acción de ver, el hecho de ver, o estado de visin.

Resumen de la práctica 5.4

Este primer nivel de contacto visual está compuesto por dos partes, las cuales se efectúan al mismo tiempo mientras se está sentado frente a un amigo o un espejo:

1) Inmovilidad absoluta, con un fuerte foco en el ojo, parpadeando lo mínimo posible.

2) Conciencia del hecho de ver, o estado de visión, en vez de mirar.

La duración de la práctica de contacto visual será al principio de tres a cinco minutos. Auméntela de forma gradual hasta quince minutos o más. Para concluir la práctica, siga los pasos que se indican en la sección 5.5.

Si la ‘visión’ es un problema…

A lo largo del presente libro nos referiremos al triple proceso de visión, del cual la parte 1 es la inmovilidad en el ojo y la parte 2 el estado de visión. La parte 3 se relaciona con el corazón y se introducirá en la sección 5.13. Si encuentra difícil conectar con el estado de visión, es conveniente recordar los siguientes puntos:

  • La percepción del estado de visión no tiene por qué ser precisa. Un sentido vago del hecho de ver es suficiente para que se desarrolle el proceso.
  • En el caso de que ni siquiera pueda alcanzarse una vaga conciencia del hecho de ver, olvídese temporalmente de ello y procédase del modo que se explica a continuación. Primeramente, olvídese del amigo o espejo y de cualquier detalle de la imagen.

En lugar de mirar la imagen, trate de sentirla.

Reemplace el estado de visión por «sentir la imagen en vez de mirarla» y continúe con el proceso. (Observe que no es únicamente la imagen del amigo lo que hay que sentir, sino también el espacio alrededor del mismo).

Las cosas se clarificarán por sí mismas a medida que se progrese.

  • En la sección 7.12 se darán explicaciones más detalladas acerca del estado de visión..

5.5 Para finalizar cualquier práctica de contacto visual

Cierre los ojos

Frote las manos entre sí durante unos segundos.

Coloque las palmas de las manos (no los dedos) sobre los ojos cerrados, tocando la cara, de modo que estén en contacto con la piel, y no separadas de la misma.



Correcto


Erróneo

Deje que la calidez de las manos penetre en los ojos. Permanezca en esta posición durante medio minuto, o algo más, disfrutando de su efecto sanador.

Durante esta fase se tendrán experiencias trascendentales de luz interior.

Chasquee los dedos y abra los ojos.

Intercambie impresiones con su compañero.

Entonces, comience de nuevo. Haga una reconexión con los ojos cerrados durante dos o tres minutos (sección 5.3). Abra los ojos y reanude el contacto visual de la misma manera.

Comentarios

  • Que ocurre exactamente cuando se consigue la inmovilidad absoluta y se tiene la sensación de que la propia energía se coagula? Entre otras cosas, la conexión entre el cuerpo etérico y el cuerpo físico se afloja ligeramente. El cuerpo etérico es el plano de la vibración. Siempre que se sienta vibración se sentirá lo etérico. Cuando se alcance una inmovilidad total, lo cual es más que una mera ausencia de movimiento, ello implicará que el cuerpo etérico ya no estará tan atrapado dentro del cuerpo físico. Será liberado parcialmente y, por tanto, estará más disponible para realizar ciertas funciones independientemente del cuerpo físico. Por tanto se podrá sentir una intensa vibración por todo él.
  • En la medicina china tradicional se dice que «los ojos son las puertas al corazón», y que «el corazón es la puerta al shen«. En nuestro contexto, dicha frase podría traducirse por: «el corazón es la puerta al Ego Superior». Mientras se aplican las palmas de las manos sobre los ojos, ha podido sentir cómo el calor alcanzaba el corazón? Trate de amplificar esta transferencia de cálida energía que alimenta el corazón.

5.6 Parpadear o no parpadear

En Hatha-Yoga hay una técnica llamada trataka, en la cual se mira fijamente un objeto diminuto, tal como un punto en una pared o la llama de una vela. Los textos sánscritos indican que la práctica debería continuarse hasta que salten las lágrimas, y que entonces se curarán toda suerte de enfermedades de los ojos. He oído con frecuencia comentar a maestros hindúes que durante la trataka las lágrimas liberan muchos «venenos» y energías negativas que se han acumulado en los ojos. Como médico he encontrado que esta técnica es muy útil para corregir determinados defectos de la vista, siempre y cuando se aplique a tiempo. Numerosas personas han podido prescindir de sus gafas graduadas con solo hacer este ejercicio. Ha funcionado con personas que no hacía mucho tiempo que las llevaban, como máximo unos meses, y hasta uno o dos años. En concreto, la trataka obra maravillas con los adolescentes.

Todo lo antedicho es para explicar que, si se alcanza el estado en que los ojos bullen y las lágrimas corren por las mejillas, no hay que preocuparse, sino más bien regocijarse. De acuerdo con la antigua ciencia del Hatha-Yoga, esto liberará tensiones en los ojos y evitará diversas enfermedades. En todo caso, utilice el sentido común: aumente la duración gradualmente y no fuerce la práctica. No hay ningún mérito espiritual en el hecho de dañarse a uno mismo.

Comentarios

  • Como siempre que se trata de energías, hay días en que es fácil estar sin parpadear, sin esfuerzo y durante largos períodos de tiempo. En cambio, en otras ocasiones es como si se tuviera una nube de humo tóxico delante de los ojos, y resulta imposible no parpadear cada dos segundos. La mejor perspectiva consiste en aceptar que la energía es cambiante y caprichosa por naturaleza, y continuar practicando sin dar demasiada importancia a estas fluctuaciones.

5.7 Algunas experiencias comunes al practicar contacto visual

  • La imagen se distorsiona. Las líneas nítidas se transforman en borrosas.

No hay que resistir, deje que la imagen se distorsione cada vez más. Al principio, hay que dejar que se vaya la imagen física antes de que se puedan percibir las imágenes no físicas. En consecuencia, hay que dejar que la imagen física se distorsione y se haga borrosa. Hay que fluir con lo que nos llega, incluso si no tiene ningún sentido. Más adelante se podrá analizar la experiencia. Si se intenta pensar mientras ocurre, no ocurrirá.

En un estadio más avanzado será posible tener al mismo tiempo tanto la imagen física como la no física. Pero, al principio, hay que dejar que los contornos nítidos desaparezcan y permitir que la imagen se haga borrosa antes de poder ver halos y colores astrales.

  • La persona frente a nosotros parece que esté mucho más alejada de lo que en realidad está.

Es un signo excelente. Indica que se está cambiando de la visión de la realidad física a la visión de los planos sutiles. Tan pronto como se alcance la percepción del mundo astral, las distancias tomarán un aspecto muy diferente. No es raro que la persona que se sienta enfrente parezca que esté muy lejos. Cuandoquiera que esto ocurra, indica que se está viendo más allá del plano físico.

  • Se ven colores.

En los mundos astrales, la luz no procede de un sol ni de ninguna fuente externa, como por ejemplo una lámpara. Los objetos y los seres se ven debido a su propia luminosidad, derraman su propia luz. Parece como si estuvieran «hechos de colores» inmersos en una atmósfera de penumbra.

Sin embargo, siempre debería recordarse que los colores astrales son bastante diferentes de los físicos y, por tanto, es virtualmente imposible describirlos con precisión debido a la falta de referencias en nuestro entorno físico. Una diferencia importante es que los colores astrales con frecuencia parecen una mezcla de distintos matices. Pero los diferentes componentes de un color astral nunca se mezclan lo más mínimo, a diferencia de lo que puede observarse en el mundo físico. En el mundo físico, cuando dos colores se mezclan, ambos desaparecen y surge un tono intermedio. Por ejemplo, si se combinan azul y amarillo se obtiene el verde. El azul y el amarillo desaparecen y sólo queda el verde. En el plano astral la situación es bastante diferente: los colores parece que estén compuestos por miles de puntos diminutos e híperbrillantes. Por ejemplo, hay un «azul-amarillo-verde» en el que pueden apreciarse puntos brillantes azules, amarillos y verdes intrincadamente entretejidos. Los colores astrales raras veces son completamente uniformes, su gran variedad y asombrosa belleza está más allá de cualquier comparación con lo que pueda observarse en el mundo físico.

Debido a la dispar naturaleza de los colores astrales y físicos, no tiene mucho sentido intentar etiquetar un aura como «verde», o «azul», o «amarilla». Por este motivo hay que ser cautos cuando, en determinados libros, se lee que verde en el aura indica una emoción en particular, azul otra distinta y así sucesivamente. Al simplificar en exceso se puede incurrir en afirmaciones sin ningún sentido.

  • La habitación en la que se esté practicando parece que esté más oscura, cambia la calidad de los colores.

El trasfondo de los colores astrales es lo que los ocultistas han denominado «luz astral». Es el color básico que impregna el espacio astral, no siendo distinto de la luz púrpura que se ve cuando se medita en el ojo. Bien podría denominarse «penumbra astral», dado que aparece como una semioscuridad, definitivamente más apagada que la luz diurna del mundo físico, aunque de diferente naturaleza que la oscuridad de la noche. La oscuridad física es una ausencia de luz, mientras que la oscuridad astral reluce, de ahí la expresión «penumbra visible» que se emplea en la tradición masónica.

Cuando se practique el contacto visual y el espacio de la habitación de repente aparezca oscuro, incluso en el caso de que sea en pleno día, quiere decir que se está viendo la luz astral. Se está trasladando la percepción desde el mundo físico al espacio astral. Muy a menudo, estará acompañada por una percepción diferente de los colores, que aparecerán tal y como se indica en los párrafos precedentes.

El espacio astral no es ni único ni uniforme. A medida que se vaya avanzando en la meditación y en los viajes astrales, se aprenderá a saltar de un espacio astral a otro. Una de las referencias que permitirá encontrar el camino es la calidad de los colores y el matiz básico de la luz astral, los cuales varían en función del espacio en que se esté. En ciertas regiones del espacio el trasfondo de la luz astral es lechoso, en otros es oscuro, casi negro, o incluso verde azulado como bajo el océano. Aún antes de alcanzar la etapa de los viajes astrales, cuando se medite en el ojo se podrán observar dichas variaciones en el color del espacio.

El prodigio es que sea posible – cuando haya madurado el estado de visión – contemplar varios planos astrales a la vez. A determinado nivel durante el proceso de apertura, incluso se llegará a acompasar simultáneamente el mundo físico con la visión.

En esta explosión de colores, la magnificencia del universo llega a ser tal que fuerza la apertura del corazón. La belleza a veces alcanza el límite de lo que puede soportarse. La vida se convierte en una maravilla y en una gran diversión.

Al otro lado de los mundos astrales hay otro mundo, llamado devachan por los ocultistas occidentales y svarga-loka, o mundo de los dioses, en la tradición hindú. En este mundo, nuevamente se puede percibir una gama de luces completamente distinta. Estos son a los colores astrales lo que el día es a la noche.

  • Otra cara aparece en vez de la cara de la persona con quien se realiza la práctica:

Esta es una de las experiencias más comunes cuando se practican las técnicas de contacto visual: la cara de la persona sentada enfrente desaparece y en su lugar puede verse otra cara. Si se está practicando a solas, con un espejo, es la propia cara la que desaparece y es reemplazada por otra. Dichas caras corresponden, principalmente, a cuatro posibilidades: 1) Guías espirituales. 2) Vidas pasadas. 3) Una subpersonalidad. 4) Un ente.

1) Guías espirituales: Para los propios guías espirituales es bastante común manifestarse de esta manera a la persona con la que se está practicando. Conforme se progrese, se adquirirá la capacidad de manifestar conscientemente a los propios guías sobre la propia energía; de una manera que será visible a otros incluso si su clarividencia es mínima. El contacto visual es realmente una de las formas más simples y directas para lograr ver los guías espirituales.

Una variación de esta experiencia a menudo ocurre mientas se escucha una charla dada por un maestro espiritual. Si uno se queda muy quieto, deja de parpadear y practica el método de visión mientas le mira fijamente, a veces puede verse desaparecer su cara y ser reemplazada por la de su maestro o la de otro ser elevado que haya tras él.

2) Cuando cambien las caras, otra posibilidad es que se esté viendo la imagen de uno mismo, o la del amigo con quien se practica, en una vida anterior.

3) La cara también puede ser una subpersonalidad propia o del compañero de práctica. Aunque esto no es muy diferente de lo que se ha tratado en el punto 2), si se considera que las subpersonalidades han sido formadas por las circunstancias de vidas pasadas.

4) La cara también puede ser la de un ente, o sea, una presencia adherida a uno mismo. Un ente puede ser considerada como un parásito no físico. Así como algunos parásitos físicos pueden pegarse a diversas partes del cuerpo físico, asimismo algunas energías o presencias no físicas pueden adherirse a la propia energía.

5.8 Qué hacer con las experiencias

Este es un punto que puede evitar muchos problemas si se entiende en su totalidad: Se recomienda encarecidamente que no se trate de analizar demasiado lo que se vea. Mientras se practiquen estos ejercicios vendrán diferentes visiones. Se ha de aceptar lo que vaya llegando, pues se precisará cierto tiempo antes de que pueda comprenderse lo que significa, puesto que poder interpretar con seguridad lo que significan las visiones conlleva unos elevados conocimientos esotéricos y experiencia interior.

Por ejemplo, cuando se vea otra cara durante el contacto visual, al principio será muy difícil saber si pertenece a la otra persona o a uno mismo. Aparte del hecho de que pueda confundirse un ente con un guía espiritual (lo cual es extremadamente habitual en estos días), no hay que ignorar nunca la posibilidad de que lo que se esté viendo en la cara del amigo sea una proyección de uno mismo. Si se trata de analizar las cosas con excesiva rapidez, se correrá el riesgo de acabar completamente equivocado.

En general, visiones y experiencias han de ser profundamente digeridas al nivel del alma, más que ser mentalmente evaluadas. Es mucho más sabio coger unos lápices y hacer unos dibujos de las visiones, por ejemplo, que preocuparse por las mismas. Deje que las experiencias trabajen en sí mismo, más que tratar de trabajar en lo que ellas significan. Deje que las experiencias figuren en su proprio ser, en lugarde tratar de figurar lo que ellas significan.

Recuerde que el énfasis está en el hecho de ver, o estado de visión, y no en el contenido de las visiones. Cuando se practique de acuerdo con los principios expuestos en este libro, la visión es un avance en las regiones de conciencia más elevadas. Esto creará brechas en nuestra fachada de rigidez mental y nutrirá el crecimiento de nuestro Ser Superior mediante sofisticados mecanismos de alquimia interior. A este respecto, el contenido de la visión es secundario.

Si se practica siguiendo estas directrices, poniendo más énfasis en el hecho de ver que en el contenido de las visiones, entonces no se construirán castillos en el plano astral, y el viaje espiritual será seguro. Definitivamente, será la luz pura del Espíritu lo que nos permitirá discriminar y movernos hacia la Verdad, incluso en las circunstancias más confusas.

5.9 Observando las sujeciones de la mente

Prepárese para el contacto visual (sección 5.2). Recuerde que la distancia entre ambos ha de ser tal que la palma de la mano no pueda alcanzar la nariz del compañero.

Haga una reconexión (sección 5.3) durante dos o tres minutos.

Practique el contacto visual tal como se vio en la sección 5.4:

1) Hágase consciente en la zona del entrecejo. Emplee el foco en el ojo para lograr estar absolutamente inmóvil y pestañear lo menos posible.

2) En vez de mirar algunos de los detalles de la imagen que hay frente a uno mismo, hágase consciente del hecho de ver, o del estado de visión (si el concepto de estado de visión aún no está claro, limítese a «sentir la imagen» en lugar de mirarla).

La tendencia natural es que se altere la imagen física. Los contornos se harán borrosos, aparecerán nuevos colores y ocurrirá todo tipo de modificaciones de la imagen, tal como se describió en la sección 5.7.

A medida que se vaya practicando podrá observarse un mecanismo de gran interés. De vez en cuando algo parece retraerse dentro de uno mismo. De repente se pierden los colores o caras (no físicos), los contornos se hacen nítidos otra vez y se está de nuevo en la imagen física. Es como si algo nos tirara hacia atrás, como si una parte de uno mismo no pudiera asimilar la expansión de la visión. En la fracción de un segundo se está otra vez en el modo usual de percepción de la realidad física. Los halos han desaparecido y los contornos se han vuelto a delinear con claridad de nuevo.

En este caso no hay que cerrar los ojos, sino relajarse y volver al ojo, comenzando el proceso otra vez. Construya el foco de quietud en el ojo, hágase consciente del hecho de ver… y lentamente pasará de nuevo al modo de visión «no mental»: la imagen se hará borrosa otra vez y reaparecerán los halos y/o colores.

Otro hallazgo interesante es que, cuando se esté en el modo expandido de percepción (la imagen borrosa «no mental»), la visión se hará periférica y abarcará por completo el campo frente a uno mismo. Se verá mucho más que lo que hay a cada lado de la imagen. Pero, tan pronto como sea traído hacia atrás, a la imagen de contornos definidos, la visión se hará de nuevo selectiva. La percepción se limitará a algunos detalles en el centro de la imagen y se perderá de vista lo que haya a los lados. Únicamente se estará en contacto con una fracción del campo.

Para resumir, esta práctica consiste en ir al interior del ojo y estarse muy quieto, sin parpadear y dejando que la imagen se haga borrosa. Entonces, hay que observar cómo «algo interno» se retrae de vez en cuando y nos proyecta hacia atrás, a la imagen de contornos definidos. Relájese, déjese trasladar de nuevo a la imagen borrosa, en la que podrán aparecer colores alterados… Hasta que «algo interno» se contraiga otra vez; y entonces será como si se cayera: se pierde la percepción de forma abrupta. Trate de hacerse consciente al máximo de la naturaleza de dicho «algo» que provoca que se caiga del estado de percepción.

Continúe la práctica durante cinco a diez minutos, o algo más.

Entonces cierre los ojos. Frótese las manos. Póngase las palmas de las manos sobre los ojos cerrados, como se indicó en la sección 5.5.

5.10 La naturaleza de la mente es la sujeción

Cuál es la parte de uno mismo que se retrae cuando se realiza el ejercicio anterior (sección 5.9)? Es el plano de la conciencia mental ordinaria, el cual se corresponde con el cuerpo astral del Vocabulario Clairvision (y del vocabulario de Steiner) y al manas de la tradición hindú. Es un plano que funciona mediante la reacción. Los maestros tibetanos emplean un vocablo muy adecuado para describirlo: sujeción. Obsérvese cómo opera normalmente la mente. A la mente llega un pensamiento, por ejemplo acerca del frigorífico. Inmediatamente, la mente sujeta dicho pensamiento y lo encadena a otro. Es como una reacción al pensamiento previo. Se piensa, «tengo que ir al supermercado para llenar el frigorífico». Y entonces ocurre otra sujeción, y se conecta otro pensamiento con el primero: «también tengo que pasar por el banco»… y así sucesivamente. Se teje una cadena de pensamientos, la cual nos lleva lejos del pensamiento original.

Durante el contacto visual la propia experiencia confirmará lo adecuado del término «sujeción» para describir esta pequeña aunque rápida reacción que nos hace perder la percepción de la imagen borrosa y nos proyecta hacia atrás en la imagen física nítida. Cuando esto ocurra, seguro que se siente una especie de contracción pequeña – no una contracción física, sino una sujeción de la mente.

La percepción sutil requiere dejarse llevar, y eso es exactamente lo que la conciencia mental ordinaria – la mente-manas – no puede asimilar. La mente tiene que sujetar, pues esa es su verdadera naturaleza. La mente-manas nos sujeta hacia atrás, hacia la imagen física, del mismo modo que un músculo del cuerpo físico se tensa en una situación de estrés emocional.

Es fundamental que nos mantengamos observando cuidadosamente este proceso. Volvamos al foco en el tercer ojo y en el estado de visión, dejemos que la imagen se altere de nuevo… y, de repente, aparecerá otra sujeción de la mente, y desaparecerán todas las percepciones. Cuando un maestro como Sri Aurobindo dice que una mente silenciosa es prerrequisito para la experiencia yóguica más elevada, no está implicando otra cosa que la erradicación de dichas sujeciones. Cuanto más se observen las sujeciones, más aparecerán como algo superpuesto a la propia percepción natural.

5.11 Qué estado de percepción es el alterado?

Este punto se desarrollará in extenso, dadas las enormes repercusiones que tiene en la forma en que vemos el mundo.

Cuando las personas comienzan a trabajar sobre sí mismas, generalmente tienen una concepción previa implícita: consideran que el mundo, la forma en que lo ven cada día a través de su mente, es el «mundo real». E infieren que las auras y los seres espirituales pueden superponerse sobre su visión de la realidad física mediante algún tipo de percepción adicional.

Ahora bien, el ejercicio anterior (sección 5.9) demuestra exactamente lo contrario. La imagen mental de contornos nítidos es la que aparece como una realidad construida artificialmente. Tan pronto como se abandonen las sujeciones de la mente, la imagen explotará en una fluida multitud de colores astrales. No es cuando se ven auras, seres espirituales, etc. que algo se ha añadido, sino cuando se ve a través de la mente. La mente se contrae y añade una fachada de contornos rígidos sobre la realidad fluida. Cuanto más se adentre en el funcionamiento de la mente, más se verá que es una especie de restricción. Liberando la restricción desaparecerá la nítida realidad física: los mundos no físicos se abren ante uno mismo.

Por supuesto, es un proceso gradual que no sucede de la noche al día. La mente es tenaz, y no va a permitir que se consiga con rapidez. No obstante, a medida que se haga el trabajo se irá desarrollando lentamente una nueva percepción. De vez en cuando, uno se encuentra a sí mismo solamente «siendo». Es un estado de conciencia muy sencillo e inocente, y será estando en dicha simplicidad cuando se percibirán auras y otros mundos.

La mayor parte del tiempo estamos inmersos en el funcionamiento normal de la mente; pero a medida que se avance, la mente se verá cada vez más como una corteza por encima del propio ser. Se hará evidente que la mente es algo añadido, superpuesto, que solo puede operar sujetando y apegándose. Consiguientemente, se comienza espontáneamente a considerar dichas imágenes nítidas como una construcción artificial de la mente, y el nivel fluido de luces y colores como la realidad que está detrás. Se empieza a estar cada vez más interesado en ver el mundo de la forma en que es, y no del modo en que lo inventa la mente.

Una de las razones por las que insisto sobre este punto es porque no es una teoría filosófica, sino algo que puede observarse fácilmente en uno mismo a través de la práctica. Conforme se continúe trabajando con el ejercicio de la sección 5.9, las sujeciones de la mente se harán cada vez más obvias.

Llegamos aquí a una de las características esenciales de la perspectiva de Clairvision. Nuestro objetivo no es añadir unos cuantos trucos al plano mental ordinario para así poder alcanzar la clarividencia. Nuestro propósito es emplear la percepción para alcanzar una condición pura de conciencia más allá de falsas apariencias, liberada de las sujeciones de la mente-manas. Todo el proceso apunta al abandono de las construcciones mentales y la vuelta – como en el vigesimocuarto hexagrama del I Ching – al estado incorrupto.

5.12 Clímax Atlante

Cierre los ojos y comience la reconexión (sección 5.3): Fricción en la garganta y conciencia de la vibración en el ojo. Entonces permanezca consciente del espacio oscuro o púrpura durante unos dos minutos.

Abra los ojos e implemente el doble proceso de visión descrito en la sección 5.4:

1) Hágase consciente en el entrecejo, con inmovilidad total.

2) Simultáneamente, en lugar de mirar hacia ninguno de los detalles de la imagen de enfrente, hágase consciente del hecho de ver, o estado de visión (o, más sencillamente, sienta la imagen en vez de mirarla).

Para esta práctica en concreto es fundamental que se parpadee lo mínimo posible, y preferiblemente nada en absoluto. Hay que construir una fuerte presión en el entrecejo, y alcanzar un clímax de quietud. Ambos se llevan bien: cuanto más enfocado se esté en el ojo, más inmóvil se permanecerá. Y cuanto más se permita que la energía se densifique (o «cristalice») mediante la inmovilidad, más se podrá fortalecer la vibración en el ojo.

Hágase cada vez más inmóvil. Fortalezca la presión en el entrecejo hasta que el cuerpo se sienta tan sólido como una estatua – una estatua de vibración – Lentamente, el estado se convierte en una inmovilidad conectada que da la sensación de una gran acumulación de poder, como si el ojo estuviera recibiendo la fuerza de una columna de energía que descendiera directamente sobre el mismo. Cuanto más pueda cesarse el movimiento de cada simple célula del cuerpo, más podrá el ojo recibir la fuerza, y más densa e intensa se hará la vibración.

Continúe fortaleciendo la vibración durante unos cuantos minutos. Explore el clímax, el máximo poder que pueda recibirse en el ojo mediante la quietud absoluta. Deje que el poder brille por todo el cuerpo.

Entonces cierre los ojos. Frótese las manos. Coloque las palmas de las manos sobre los ojos cerrados, como ya se indicó en la sección 5.5.

Comentarios

  • Durante los últimos períodos de la Atlántida, mediante prácticas bastante similares a la descrita era posible lograr una gran maestría sobre las fuerzas de la naturaleza. Ahora la rueda ha girado y los métodos de antaño ya no dan los mismos resultados. Varias leyes de la naturaleza operan de modo completamente distinto y no sería posible alcanzar dicha maestría empleando dichas técnicas. Hay que seguir nuevos caminos de iniciación.
  • Cuando se practica con la intensidad requerida, este ejercicio fortalece un estado de conciencia con dos características principales. La primera es una extraordinaria sensación de poder. La segunda es una obvia falta de compasión. Este estado está ausente de cualquier sentimiento de empatía hacia la persona que se sienta enfrente. Estos dos aspectos resumen bastante bien la situación en la Atlántida, así como algunas de las razones de su desaparición.
  • Esta práctica no debe realizarse con regularidad. Sólo se ha expuesto aquí con el fín de facilitar una vislumbre de estados de conciencia remotos. Es especialmente interesante practicar la próxima técnica (sección 5.13) para así comparar la diferente vibración y atmósfera que aporta el sentimiento de corazón.

5.13 Contacto visual, técnica completa: el triple proceso de visión, incluyendo la visión del corazón

Siéntese con la espalda recta frente a un amigo, o un espejo. Cierre los ojos y haga una breve reconexión de la forma descrita en la sección 5.3: fortalezca la vibración en el ojo respirando con fricción en la garganta. Luego hágase consciente del espacio oscuro o púrpura. Permanezca en el espacio durante uno o dos minutos.

Abra los ojos y reanude el proceso de visión descrito en la sección 5.4:

1) Permanezca enfocado en el entrecejo, y muy quieto. Parpadee lo mínimo posible. Deje que la energía «cristalice» mediante la quietud.

2) En vez de mirar ningún detalle de la imagen, hágase consciente del hecho de ver, del estado de visión. Si todavía no puede percibirse el estado de visión, limítese a sentir la imagen en lugar de mirarla – la imagen de toda la escena frente a uno, y no solo la imagen del amigo – Siéntala de un modo «táctil», sintiendo la presión de la luz (no física) en el ojo.

Ahora añadiremos un tercer componente para que se implemente simultáneamente con los dos primeros:

3) Hágase consciente del centro del corazón, en el centro del pecho. Trate de sentir a la otra persona (o a sí mismo, caso de mirarse en el espejo) desde el corazón. No hay que prestar atención alguna a la imagen, incluso si los ojos están abiertos. Únicamente hay que enfocarse en el ojo y sentir al amigo desde el corazón.

El foco es ahora doble, en el ojo y en el corazón. Pero no está partido. Más bien es como anclar el ojo en el corazón. No se está mirando desde el ojo y el corazón a la vez, sino que se está viendo desde el corazón mediante el ojo.

Comentarios

  • Este es nuestro triple proceso de visión: el ojo, el estado de visión, y el corazón. Puede jugarse con estos tres elementos, poniendo más énfasis en uno que en otros en función del flujo de energía del momento.
  • Cuál es la localización exacta del centro del corazón? Cuando se desee localizar un chakra, es preferible no pretender ser demasiado preciso. Un chakra no es un punto, sino una zona, un área de vibración. Así, podría decirse que el centro del área del chakra del corazón está aproximadamente en el centro del esternón (alrededor del punto de acupuntura Concepción 17) y también detrás del mismo, en el interior del pecho. Pero no hay que buscarlo demasiado. Más bien hay que hacerse consciente en dicha área y dejar que la sensación surja por sí misma. Mientras se permanezca en el centro del pecho y no nos extraviemos en el plexo solar, todo irá bien.
  • Esta perspectiva introduce un modo de percepción que es bastante distinto de la forma en que usualmente opera la mente. Normalmente, la mente trata de conocer el mundo mediante la sujeción de detalles de las imágenes que pasan frente a nosotros, y extrae conclusiones de las mismas. En cambio, en este caso la percepción se basa en el sentimiento de corazón, independientemente de cualquiera de las características de la imagen. Se sintoniza con la persona que está enfrente y se establece una conexión desde el corazón a un nivel completamente distinto del de la mente. Se ve a la otra persona más allá de su imagen.
  • Esta técnica muestra un claro contraste con la precedente («Clímax Atlante»), ya que introduce una suavidad que estaba previamente ausente. En términos de la historia oculta de nuestro planeta, la aparición de esta empatía de corazón que estaba tan dolorosamente ausente en nuestros ancestros atlantes, está íntimamente relacionada con la manifestación de la Conciencia de Cristo.

Cómo despertar el tercer ojo. Capítulo 06º

Cómo Despertar el Tercer Ojo

CAPITULO 6º

CIRCULACIONES ENERGETICAS (2)

6.1 El trabajo en el cuerpo etérico

Antes de reanudar los ejercicios en los canales del cuerpo etérico, examinaremos algunos de los objetivos a que apunta esta parte del trabajo. Seguramente se ha notado – y no es sorprendente – que una fuerte conciencia en el tercer ojo tiende a reforzar la vibración a lo largo de los canales de energía. Cuanto más se está en el ojo, más se siente la vibración en los meridianos, lo cual es lógico, dado que el ojo es el principal conmutador del cuerpo de energía. Al operar el conmutador se activan circulaciones de la vibración por todo el cuerpo.

Pero lo contrario también es cierto! Cuando se despierte una fuerte vibración en los meridianos podrá sentirse mejor la vibración en el ojo. Con frecuencia, con solo frotar las manos y estimular la energía de la «picazón» en las mismas puede sentirse un inmediato estímulo en el ojo, el cual aparece más tangible, más denso, más «cristalizado» y más activo.

Hay un mecanismo profundo tras este simple hallazgo. El etérico no es un manojo de trozos disociados entre sí, sino un plano coherente, con unidad. Todas sus partes están mucho más directamente interconectadas que las del cuerpo físico, pues, a causa de la naturaleza fluida del cuerpo etérico, cualquier onda vibracional en una de sus partes resuena por todo él. Por consiguiente, cuando se agitan o frotan las manos y se despierta una fuerte vibración en las mismas, se estimula el plano etérico en su totalidad y, por lo tanto, lo mismo ocurre con la parte etérica del tercer ojo. Una de las consecuencias será la estimulación de la clarividencia.

El tercer ojo está compuesto por distintas partes, una de las cuales pertenece al plano astral, otra al plano etérico. Únicamente cuando todas las partes han sido construidas por completo y se comunican entre sí, la clarividencia llega a ser fiable. Imagínese una tubería de un metro de longitud: si sólo un milímetro está obturado, ni agua ni aire podrán pasar a su través. Ni siquiera se podría ver a través de dicha tubería.

Por este motivo, para desarrollar la visión de los mundos no físicos vale la pena dedicarse a este trabajo de desarrollo del cuerpo etérico. Mientras se efectúan las prácticas de ‘visión’ (Capítulos 5 y 7) es aconsejable hacer algunas circulaciones energéticas al principio y durante dichas sesiones.

Más adelante, en el proceso de construcción del cuerpo de inmortalidad, las circulaciones energéticas se retomarán en una modalidad más elevada. Entonces el propósito será infundir la conciencia del Ser Superior en el estrato etérico, en busca del Elixir de Vida o cuerpo etérico transubstanciado, una de las piedras angulares del cuerpo de gloria. La presente fase de las circulaciones energéticas, aún siendo humilde, tiene el valor de preparar la llegada a dichas cumbres espirituales, al iniciar una conexión entre el etérico y el ser consciente.

6.2 Zu shao yang, Meridiano de la Vesícula Biliar

Para las circulaciones energéticas en este meridiano frótese una línea desde el lado externo del pie hasta dicho lado de la cabeza, pasando por el lado de la pierna, muslo, cadera, caja torácica, pecho (junto al brazo) y cuello, tal como se muestra en la figura. Al igual que en los meridianos mencionados con anterioridad, este es bilateral, es decir, tiene su equivalente exacto en el otro lado del cuerpo.

Una vez se haya explorado por uno mismo, véanse las notas del Apéndice 1 para más detalles acerca del recorrido y conexiones de este meridiano.

6.3 La técnica completa de circulaciones energéticas en un meridiano

Siéntese en postura de meditación con la espalda recta. Si se está sentado en una silla, no hay que reclinarse sobre el respaldo.

Mantenga los ojos cerrados durante la práctica.

Frote las manos entre sí durante unos cuantos segundos y permanezca inmóvil, con las palmas de las manos hacia arriba, y hágase consciente de la vibración en las manos y en el ojo. Respire con la fricción en la garganta para amplificar la vibración y para conectar las palmas de las manos con el ojo.

Haga que la mano esté recta y firme. Comience a frotar a lo largo de la línea del meridiano con el puente de la palma de la mano (véase la figura 4.5).

Permanezca absolutamente inmóvil y hágase consciente de la vibración en la línea que se acaba de frotar. Conecte la vibración en la línea con la vibración en el ojo. Emplee la fricción en la garganta para intensificar la vibración y la conexión.

A continuación, trate de hacerse consciente del flujo natural de la vibración a lo largo de la línea. Una vez más, conecte este flujo con el tercer ojo y amplifíquelo con la fricción.

Trate de ubicar el camino de este meridiano más allá del área que se ha frotado. Sienta el flujo de energía en la mano (o en el pie). Entonces, siéntalo en el tronco, en el cuello y en la cabeza.

Trate de aumentar el flujo mediante la contracción de las «manitas» de energía a lo largo de toda la línea (sección 4.10). Cuanto más progrese en las circulaciones energéticas, más se convertirá esta fase en la fundamental.

Repita la secuencia completa en el mismo meridiano del lado opuesto del cuerpo.

A medida que nos familiaricemos con el proceso, también se podrá optar por frotar ambos meridianos con rapidez, uno detrás del otro, y entonces hacernos conscientes de la vibración e implementar la secuencia completa en ambos lados a la vez.

Comentarios

  • Lograr mover conscientemente la vibración mediante la contracción de las «manitas» de energía, requiere un trabajo paciente. Hay que perseverar, perseverar, perseverar… hasta que la sensación se haga cada vez más clara y tangible. Hay que practicar diariamente, contrayendo los «músculos etéricos» alrededor de la línea, poniendo la energía en movimiento, y entonces dichos «músculos» se irán fortaleciendo.
  • En las circulaciones energéticas, primero se realiza una acción, como frotar un meridiano. A ello sigue un efecto posterior: una fase de «quietud conectada». Durante esta fase es cuando ocurre lo más importante: el movimiento de energía, la onda. Frotar, o cualquier otro movimiento, es como tirar la red; y permitir el movimiento de energía durante la etapa de inmovilidad, es como coger el pez.

Ahora bien, en la fase de inmovilidad el arte consiste en permitir que la energía se ponga en movimiento. No se está haciendo nada; pero aún así, no es suficiente no hacer nada para que surja la onda de energía! Se ha de desarrollar una habilidad yin, como un magnetismo pasivo que permite que aparezca el movimiento de energía. No puede hacerse, hay que dejar que suceda; pero si no se hace nada, tampoco ocurrirá nada.

En el Taoísmo se da el ejemplo de la mujer que seduce a un hombre. Ella no hace nada, solamente «es». Y el hombre es atraído a ella. Pero, por otra parte, si la mujer no hace nada, queriendo decir con ello que no extrae su poder yin, pues no sucede nada! El hombre no sería atraído. Exactamente lo mismo se aplica a la capacidad de crear ondas en el cuerpo de energía. Puede hacerse, pero aún así, hay que dejar que suceda. Sugeriría que se descanse en este principio y que se explore durante las prácticas, pues conduce a vastas realizaciones.

En sánscrito, uno de los nombres para la energía es shakti. Se describe como un principio altamente femenino. Si se practican los ejercicios como si se estuviera diseccionando una rata en un laboratorio, si se está demasiado serio y frío, la Fuerza o shaktinos encontrará aburridos y no se mostrará. Hay que aproximarse a la energía como si nos acercáramos a un amante, hay que ser cálido y juguetón, y entonces la Fuerza danzará con nosotros. Hay que entregarse a fondo en los ejercicios, ya que ella se aburre con los amantes tibios. Sólo se da a quienes se entregan a Ella.

6.4 Variación sin frotamiento

En vez de frotar los meridianos con las palmas de las manos, también es posible emplear las puntas de los cinco dedos, con apenas contacto físico con la piel.

Una las puntas de los cinco dedos y frótelas con mucha suavidad contra la palma de la otra mano, para estimular la vibración en su interior.

A continuación, en lugar de frotar el meridiano, mueva las puntas unidas de los dedos a lo largo del mismo. Emplee un tacto suave, apenas en contacto con la piel, o incluso un milímetro por encima de la misma. Hay que poner todo el ser en este tacto conectado.

A medida que se desarrolle la sensibilidad, también puede usarse solo uno de los dedos para estimular energéticamente la línea. Un hallazgo interesante es que quizás cada dedo despierte cualidades distintas de energía en los meridianos.

Práctica 6.5 El sonido de la vibración

Realice las circulaciones energéticas, tal como se ha descrito en la sección 6.3, en un meridiano cualquiera.

A continuación, en la fase de inmovilidad que sigue al frotamiento, mientras se conecta con la vibración a lo largo de la línea, trate de percibir el sonido (no físico) de la vibración.

No hay que escuchar con los oídos, sino con el ojo, en el entrecejo! Hay algo que llega con la vibración, como si fuera un zumbido o el sonido de una línea de alta tensión.

Recuerde nuestra principal clave para alcanzar la clarividencia: sentir la luz en lugar de intentar verla. Con frecuencia, la visión surge cuando se deja de tratar de ver. Del mismo modo, no hay que intentar oír el zumbido sino tratar de sentirlo.

Hay que estar muy inmóvil en el ojo. Como de costumbre, no hay que concentrarse. Si se insiste demasiado, no ocurrirá nada. Hay que cultivar una actitud abierta y receptiva.

Comentarios

Cuandoquiera que haya una vibración, habrá un sonido. El sonido es como el aspecto más elevado de la vibración. En realidad, sería más exacto decir que la vibración es la manifestación más baja del sonido. Verdaderamente, los sonidos llegan primero y entonces se densifican en vibraciones. Conforme se desarrolle esta percepción, el universo completo podrá sentirse como una vasta melodía, materializándose a sí misma mediante la densificación de los sonidos en vibraciones cada vez más densas. Esto conducirá a una lectura diferente de los primeros versos del evangelio de Juan: «Al principio era el Verbo; y el Verbo estaba con Dios; y el Verbo era Dios… Todas las cosas fueron creadas por Él».

6.6 Zu tai yang, Meridiano de la Vejiga Urinaria.

Frote desde la parte de atrás del talón hasta la parte trasera de la cabeza, pasando por la parte trasera de la pantorrilla, muslo, glúteo, y a lo largo del lado correspondiente de la espina dorsal y del cuello (véase la figura de la Práctica 6.6). Después de explorar por completo este recorrido de energía, puede examinarse el Apéndice 1 para más detalles.

Más que nunca, el nombre «Vejiga Urinaria» dado a este meridiano es una trampa. Las funciones del zu tai yang son amplias y múltiples, y ciertamente no limitadas a la vejiga urinaria. En particular, a lo largo de las áreas lumbar y torácica de la espina dorsal de este meridiano se hallan varios puntos extraordinarios de acupuntura, los cuales gobiernan algunas funciones espirituales muy elevadas. Cuando se sea más experto en las circulaciones energéticas, será posible entrar en dichos puntos y explorar sus funciones desde dentro y no meramente a través de los libros.

Práctica 6.6

Repita la secuencia completa de la sección 6.3, aunque esta vez en el Meridiano de la Vejiga Urinaria.

  • Este meridiano está ubicado a un lado de la espina dorsal, y no en la propia espina dorsal. No hay que frotar la espina dorsal. Frotar es una forma preliminar y grosera de mover la vibración. La energía de la espina dorsal es extremadamente sutil y puede ser perturbada con facilidad por la manipulación. Siempre es preferible activar la vibración en la espina dorsal desde el interior, más que con masaje o contacto físico.

Cuanto más abiertos y receptivos nos hagamos, más recomendable será evitar que la espina dorsal sea manipulada con excesiva ligereza por facultativos de cualquier tipo. Si ha de efectuarse alguna manipulación terapéutica, como por ejemplo la osteopatía, recomiendo que se elija a alguien que realmente sepa lo que hace, no solo en el ámbito de su disciplina en particular, sino también en el campo de las energías.

INTERMEZZO: EL COSMOS EN SUS MANOS

Práctica 6.7 Posición para modificar la energía de las palmas de las manos

Siéntese con la espalda recta. Mantenga los ojos cerrados durante todo el ejercicio.

Fase 1: Colgar / Descansar

Frote las manos entre sí durante diez a veinte segundos. Entonces, quédese inmóvil con las palmas hacia arriba.

No descanse las manos en las rodillas, manténgalas suspendidas en el aire con las palmas boca arriba.

Hágase consciente de la vibración en las manos y en el ojo. Respire con la fricción en la garganta y conéctela con las palmas y con el ojo para intensificar la vibración.

Entonces, mantenga la misma conciencia y fricción, pero descansando las manos sobre las rodillas con las palmas todavía mirando hacia arriba.

Sienta la vibración de las manos y compárela con la de la posición anterior, cuando las manos estaban en el aire. Permanezca medio minuto con las palmas sobre las rodillas.

Después suba nuevamente las manos, volviendo a la posición inicial. Compare la diferente vibración en las palmas de las manos.

Vaya yendo de una a otra posición, comparando cada vez la calidad de la energía.

Fase 2: Palmas hacia arriba, palmas hacia abajo

Siéntese con la espalda recta, las palmas hacia arriba. No descanse las manos sobre las rodillas. Emplee medio minuto fortaleciendo la vibración en las palmas y su conexión con el ojo, mientras respira con la fricción en la garganta.

A continuación, vuelva las palmas boca abajo. Las palmas todavía estarán suspendidas en el aire y aún se estará respirando con la fricción en la garganta; pero ahora las palmas mirarán hacia abajo.

Sienta la calidad de la vibración en las manos y en todo el cuerpo.

Vuelva a la posición inicial, con las palmas boca arriba. Sienta la calidad de la energía en las manos y compare con la posición anterior.

Observe la sensación general en el interior de sí mismo, y vea si puede percibir alguna diferencia con lo que sentía en la posición precedente.

Vaya intercambiando una y otra posición, sintiendo y explorando las sensaciones.

Comentarios

  • Cuanto más sintonice con la percepción de la energía, más nítida se hará, no sólo la calidad de la vibración en las palmas de las manos, sino también la energía por todo el cuerpo, la cual variará de una a otra posición. El «sabor interior», la atmósfera de conciencia, cambiará por completo. Al principio, dichas variaciones podrán parecer sutiles; pero tal como se progrese se harán cada vez más tangibles e inequívocas.

Esto nos conduce a una ciencia dirigida a la introducción de estados de conciencia determinados mediante la sintonización con las diferentes posiciones de las manos y, más generalmente, del cuerpo. Los rituales de todas las tradiciones que se encuentran en el planeta han incorporado elementos de dicha ciencia sagrada. Por ejemplo, dichos «gestos de energía» son denominados mudra en sánscrito.

Como puede juzgarse por uno mismo mientras se realizan dichos ejercicios, los gestos de energía sólo cosechan sus efectos reales si la percepción está abierta y receptiva.

A continuación exploraremos dos de estos gestos tan tradicionales.

Práctica 6.8 Gestos de energía

Siéntese con la espalda recta. Frótese las manos durante algunos segundos y entonces quédese inmóvil, con las palmas de las manos hacia arriba.

Hágase consciente en el ojo, hágase consciente en las manos.

Respire con la fricción en la garganta.

Hágase consciente de la vibración en las manos y de la vibración en el ojo.

Sienta la calidad general, el «sabor» de su propia energía.

Fase 1

Junte las manos en postura de oración. Hágase consciente de la vibración en las manos y en todo el cuerpo. Permanezca medio minuto en esta posición.

Vuelva a la posición original, con las palmas hacia arriba.

Alterne de una a otra postura, comparando la energía. Observe qué disposición de conciencia aparece cuando las manos están juntas.

Fase 2: jnana-mudra

Vuelva a la posición con las palmas de las manos hacia arriba (sin descansarlas en las rodillas). Respire con la fricción en la garganta, amplificando la vibración, y conecte las manos y el ojo. Pase un minuto reenfocando.

A continuación, doble los dedos índices y únalos con los pulgares, en la posición llamada jnana-mudra, tal como se muestra en la figura. Emplee la fricción en la garganta para amplificar la acción del gesto. Continúe sintiendo las variaciones de energía dentro de sí mismo durante uno o dos minutos.

Seguidamente, reanude la posición con las palmas hacia arriba. Pase medio minuto amplificando la vibración con la fricción en la garganta. Sienta la calidad de la energía.

Entonces, haga jnana-mudra de nuevo. Continúe alternando las posiciones, explorando los cambios en el interior de sí mismo.

Cómo varía la energía?

Cómo varía la conciencia?

Jnana-mudra

Fase 3: La acción de jnana-mudra en los pulmones

Mantenga el mismo gesto de energía, jnana-mudra, tal como se describió en la fase 2. Los ojos deben estar siempre cerrados. En esta ocasión hay que hacerse consciente de la vibración en los pulmones al mismo tiempo. Vaya alternando de una a otra posición e intente sentir cómo varía la vibración en el interior del pecho.

A continuación, pruebe con jnana-mudra (dedos índice y pulgar unidos) solamente en la mano derecha, estando plana la otra mano. Hágase consciente en el ojo; hágase consciente en el pecho. Continúe durante medio minuto y compare la energía en cada uno de los pulmones.

Entonces alterne, haciendo jnana-mudra (dedos índice y pulgar unidos) solamente en la mano izquierda, estando plana la mano derecha. Hágase consciente de la vibración en el ojo y a cada lado del pecho. Compare con la posición precedente.

Siga variando de una a otra posición durante algunos minutos, explorando las variaciones de la energía en todo el cuerpo, y en los pulmones en particular.

Comentarios

  • Con frecuencia el gesto de «oración» de la fase 1 nos da la sensación de que la energía es más concentrada, más vertical, como una columna.
  • He observado en muchas personas que el jnana-mudra (literalmente, «gesto del conocimiento») parece tener una acción directa en la energía de los pulmones, lo cual encaja bastante bien con el hecho de que en acupuntura el Meridiano del Pulmón se dice que termina en el dedo pulgar. Los estudiantes a menudo describen la vibración en sus pulmones como más intensa o densa, reforzada, más cerrada… cuando se ejecuta dicho gesto.

Ahora propondré un enigma: algunas personas parecen encontrar más fácil respirar cuando hacen jnana-mudra. Otras, en cambio, encuentran más difícil respirar. Cómo se explica esto? La respuesta la veremos en la sección 6.13, al final del presente capítulo.

Práctica 6.9 La energía entre las manos

Siéntese con la espalda recta, con las manos paralelas y frente a sí mismo. En ningún momento, durante el presente ejercicio, se tocará una mano con otra, siempre habrá espacio entre las mismas.

Hágase consciente de la vibración en el ojo y en las manos. Respire con la fricción en la garganta para amplificar la vibración y conecte las manos al ojo.

A continuación, hágase consciente de la vibración en el espacio entre las manos.

Comience a mover lentamente la mano derecha hacia la mano izquierda, como si la mano derecha empujara a la izquierda a través de la vibración. La mano izquierda se moverá hacia la izquierda, suavemente repelida por la presión de la vibración proveniente de la mano derecha. Continúe moviendo ambas manos hacia la izquierda muy despacio.

Seguidamente, cambie la dirección. La mano izquierda se empezará a mover hacia la derecha, repeliendo a la mano derecha mediante la vibración. Siga respirando con la fricción en la garganta para intensificar la vibración entre las manos.

Después de mover muy despacio las dos manos hacia la derecha durante un minuto aproximadamente, cambie de dirección nuevamente. Comience a empujar hacia la izquierda, repeliendo a la mano izquierda con la vibración proveniente de la mano derecha.

Repita la práctica en dirección vertical, con la mano derecha encima y la izquierda debajo. Mueva las manos muy despacio, arriba y abajo, repeliendo la una con la otra, siguiendo el método anteriormente descrito. Mantenga la fricción en la garganta. Observe el campo de vibración entre las manos.

A continuación extienda este ejercicio a diversas direcciones del espacio.

Práctica 6.10 Antenas cósmicas

Siéntese con la espalda recta y las manos encaradas como en el último ejercicio. Seguidamente, vuelva las manos hacia arriba. Sienta la diferencia de la vibración en las manos y en el ojo según pasa de una a otra posición.

A continuación, coloque manos y brazos en distintas posiciones en el espacio, las que mejor le parezcan. Pero moviéndose despacio y conscientemente. Será como un «movimiento inmóvil» lo que nos transportará de una a otra posición.

En cada posición se generará una «frecuencia» de vibración diferente en el interior de sí mismo. El campo de conciencia cambiará de aroma en función de la orientación de las manos. Continúe jugando con las manos durante algunos minutos, explorando cómo posiciones distintas originan estados internos diferentes.

Seguidamente, levántese y comience a mover todo el cuerpo, lentamente, yendo de una posición inmóvil a otra.

Comentarios

  • Esta práctica introduce una perspectiva del movimiento completamente distinta. Cada posición es ahora percibida en su relación al cosmos. No se mueve el cuerpo solamente para realizar acciones concretas, sino para sintonizar con diferentes frecuencias de energía y de conciencia. El cuerpo se convierte en una antena cósmica. Una vez se penetra en este estado de percepción, se es consciente de la propia riqueza y vastedad. Puede imaginarse cuán mágico es danzar de acuerdo con estos principios?
  • Esta práctica es excelente para trabajar con el sonido interno. Si se está sintonizando con el sonido (no físico) de la vibración, se percibirán claras variaciones en el sonido conforme se cambie de posición. Sintonícese con el sonido de la vibración en el centro de la cabeza, detrás del punto en el entrecejo. A medida que dance se revelará una melodía real – la armonía de las esferas.

6.11 Práctica de la caja torácica

Reanudaremos las circulaciones energéticas con un ejercicio vigorizante.

Siéntese con la espalda recta.

Hágase consciente de la vibración en el ojo. Respire con la fricción en la garganta. Seguidamente, realice un frotamiento vigoroso de la caja torácica con las palmas de las manos. Frote verticalmente toda la caja torácica durante medio minuto. A continuación, use los puños para estimular la parte trasera de la caja torácica, a los lados de la espina dorsal; pero no hay que frotar la propia espina dorsal.

Entonces permanezca inmóvil y permita el movimiento de la energía.

Este ejercicio da buenos resultados para disipar la ansiedad, la cual siempre tiende a acumularse alrededor del plexo solar. También ayuda a ganar más control consciente del diafragma. Asimismo, es bastante eficaz para ayudar a despertar por la mañana, o en cualquier otro momento.

6.12 Zu yang ming, Meridiano del Estómago

Para trabajar en este meridiano, frote el dorso del pie, y a continuación la parte frontal del tobillo, la pierna, rodilla, muslo, parte interna de la ingle, y desde allí en línea recta hasta el pezón.

Repita la práctica completa de las circulaciones energéticas (sección 6.3) en este meridiano.

Hasta este momento hemos experimentado seis meridianos: los tres yin de la mano y los tres yang del pie. Para desarrollar la percepción de la vibración y reforzar el estrato etérico, se sugiere que se sigan practicando las circulaciones energéticas en estos seis meridianos todos los días durante varios meses. Como se explicó al principio de este capítulo, no es tanto un efecto local lo que se pretende con estos ejercicios, sino más bien un despertar general del plano etérico, el cual fomentará la apertura de la visión.

(Téngase en cuenta que la figura no muestra el recorrido del Meridiano del Estómago, sino el área donde frotar, para así facilitar el ejercicio. Para la exacta descripción de dicho recorrido del meridiano, consúltese el Apéndice 1).

Los lectores con un interés especial en la energía etérica y la sanación pueden consultar los manuales de acupuntura para obtener una información más amplia acerca de los meridianos. La aplicación de la percepción de la energía a los puntos de acupuntura dará resultados espectaculares, será como activar pequeños chakras por todo el cuerpo, creando todo tipo de movimientos de energía. Comience con los puntos que son grandes y fáciles de encontrar, tales como el Colon 4, Colon 10, Colon 11, Estómago 36…

6.13 Jnana-mudra y la energía en los pulmones

Suponga que hay demasiada energía en los pulmones. Haciendo jnana-mudra se añade incluso más. Por lo tanto, de repente puede hacerse algo difícil respirar. Añadir energía donde ya hay a rebosar, hará que los síntomas empeoren. Este es un principio muy básico de la medicina china tradicional.

Por otro lado, si hay una deficiencia de energía en los pulmones, al añadir más vibración se hace que la persona se sienta mejor, y por tanto que le resulte más fácil respirar. Esta prueba es de elevada sensibilidad, y permite ayudar a detectar si hay exceso o defecto de qi en los pulmones.

Hágase este ejercicio varias veces, dejando un intervalo de unos cuantos días entre cada práctica, antes de reconciliarse con la propia mente.