Manos que curan. Parte 21ª

Mano que curan. Parte 21ª

Manos que curan. Bárbara Ann Brennan parte 21ª

Este capítulo 21ª en audio

QUINTA PARTE

CURACIÓN E SPIRITUAL

“Haréis milagros todavía mayores que éstos”. Jesús

Introducción

SU CAMPO ENERGÉTICO ES SU INSTRUMENTO

Ahora que ya tenemos una idea formada sobre lo que es la curación desde los niveles personal, humano, cien- tífico y espiritual, procedamos a explorar las diversas técnica- curativas que he podido conocer a través de mis largos años de práctica.

Como ya se ha dicho, la curación empieza por uno mismo. El primer requisito previo de cualquier sanador es el cuidado de su propia persona. Si se dedica a la curación y no se cuida a sí mismo, probablemente enfermará con mayor rapidez que en cualquier otra circunstancia. Ello es debido a que la curación requiere una enorme cantidad de trabajo procedente del propio campo energético, además de la importancia que tiene para la vida de uno. Lo que quiero decir con esto es que además de mantenerle sano y equilibrado, su campo será utilizado como conducto para las energías curadoras que necesiten otros. Puede que su campo no precise necesariamente las energías que transmitirá usted, pero deberá transmitirlas de todos modos. Para que pueda transmitir a la frecuencia requerida para la curación, es necesario que el campo vibre en dicha frecuencia, o en una armónica. Así, para poder proporcionar la curación, usted tendrá que activar su campo como si fuera una montaña rusa; deberá variar constantemente su frecuencia vibratoria. Tendrá que transmitir continuamente distintas intensidades de luz. Esto le afectará. Será bueno en el sentido de que acelerará su propio proceso de evolución, porque los cambios de frecuencia e intensidad romperán sus pautas normales de retención y liberarán los bloques de su campo. Puede quedar agotado si no se mantiene usted en condiciones óptimas. Al curar, usted no genera la energía que transmite, sino que, en principio, debe elevar su frecuencia hasta la que necesite el paciente, para atrapar así la energía procedente del campo energético universal. Esto se denomina inducción armónica y exige un alto grado de energía y enfoque. Tan pronto como su tensión energética sea más elevada que la del paciente empezará a transmitirla. Sin embargo, si intenta curar estando muy cansado, la tensión que pueda producir será más débil que la del paciente. La corriente fluye desde la tensión alta a la baja, por lo que usted podría recoger energías negativas patológicas de sus pacientes. Si usted goza de buena salud, su sistema las despejará energizándolas o repeliéndolas.  Si se encuentra agotado, puede que le cueste más tiempo deshacerse de las bajas energías que ha recogido.  Si previamente tiene tendencia hacia una enfermedad determinada, puede que ello empeore su propio estado. Por otra parte, si se cuida a sí mismo, la curación de alguien que tenga esa misma enfermedad hacia la que atiende usted puede ser de gran ayuda para que aprenda a generar las frecuencias necesarias para su auto curación.

En uno de los estudios realizados por Hiroshi Motoyama se medía la fuerza de las líneas de acupuntura de un especialista en esta técnica y de su paciente antes y después de la sesión de curación. En muchos casos, las líneas del sanador correspondientes a un órgano determinado eran bajas después de la curación, aunque recuperaban su fuerza original transcurridas unas horas. Motoyama demostró también que, por lo general, el meridiano del corazón del sanador era más fuerte después de la sesión de curación, lo que indica que siempre se empleaba en ésta el chakra cardiaco, como se expondrá en los capítulos que siguen.

En la próxima sección me propongo describir las técnicas curativas para las distintas capas del aura, presentar algunos ejemplos de curaciones y explicar de la forma más detallada posible las técnicas que han de aplicarse a la auto curación del sanador.

Capítulo 21

PREPARACIÓN PARA LA CURACIÓN

Preparación del sanador

Lo primero que debe hacer el sanador que se prepara para curar es abrirse a las fuerzas cósmicas y alinearse con ellas. Esto quiere decir que no sólo debe hacerlo antes de una sesión de curación, sino a lo largo de su vida en general. Ha de mantener una absoluta dedicación a la verdad y ser meticulosamente honrado consigo mismo en todas las áreas de su ser. Necesita el apoyo de sus amigos y algún tipo de disciplina espiritual o pro- ceso purificador. Necesita maestros, tanto espirituales como físicos. Precisa mantener su propio cuerpo saludable por medio del ejercicio y la nutrición sana, una dieta equilibrada (incluyendo una elevada ingesta de vitaminas y minerales, que el cuerpo gasta más cuando funciona con alta energía), descanso y ocio. Con este alimento, mantendrá su propio vehículo físico en una condición que le permitirá elevar sus vibraciones para alcanzar y superar el campo energético y conseguir esas energías curadoras espirituales que fluirán entonces a través de él. Lo primero que tiene que hacer, antes de que se pueda producir la canalización, es elevar sus propias vibraciones para conectar con las energías curadoras.

Antes de iniciar la sesión diaria de curación, es aconsejable hacer por la mañana algún tipo de ejercicio físico, además de meditar, a fin de concentrarse y abrir los propios chakras. No tiene por qué ser un ejercicio prolongado; es suficiente con treinta a cuarenta y cinco minutos. Los ejercicios que, en mi opinión, tienen mayor efectividad son los que a continuación se citan. Yo suelo alterarlos periódicamente para acoplarlos a las necesidades cambiantes de mi sistema energético.

Ejercicios diarios para que el sanador abra las líneas de acupuntura

  1. Tiéndase de espaldas con los brazos extendidos y las palmas de las manos hacia arriba. Separe ligeramente los pies de manera que la posición sea cómoda. Cierre los ojos. Relaje todo su cuerpo concentrándose en cada parte del mismo, una tras otra. Respire con naturalidad. Concéntrese en su respiración y cuente: uno inspirar, uno espirar, dos inspirar, dos espirar, y así sucesivamente, durante cinco minutos. Si su pensamiento empieza a vagar, concéntrese en la cuenta y, si se olvida de por dónde va, empiece de nuevo.

Al mantener su atención durante unos minutos en contar las respiraciones, la mente y el cuerpo se van relajando gradualmente.

  • El mejor ejercicio para iniciar el día lo puede hacer antes de saltar de la cama. Permanezca tendido de espaldas, extienda los brazos en sentido perpendicular al cuerpo y levante las rodillas hasta que las plantas de los pies queden apoyadas en la cama. Con los hombros abajo, haga que las rodillas caigan a la derecha mientras gira la cabeza para mirar a la izquierda. Levante ahora las rodillas y repita el ejercicio hacia el lado contrario, rodillas a la izquierda, cabeza a la derecha. Siga haciéndolo hasta que sienta la espalda bien distendida. Los ejercicios de las articulaciones resultan especialmente adecuados para crear un flujo suave de energía en los canales de acupuntura a través del ajuste de dichas articulaciones. Todos los meridianos pasan a través de éstas, por lo que al moverse se activan aquéllos. Estos ejercicios de articulaciones fueron desarrollados por Hiroshi Motoyama para abrir los canales de acupuntura. Se describen en el folleto «Relación funcional entre los asanas de yoga y los meridianos de acupuntura».
  • Siéntese erguido sobre el suelo con las piernas estiradas por delante. Apoye las manos en el suelo, a los lados de las caderas, e inclínese hacia atrás empleando como soporte los brazos rectos. Centre su atención en los dedos de los pies y mueva sólo éstos. Flexiónelos y extiéndalos lentamente sin mover las piernas ni los tobillos. Repita el ejercicio diez veces. Véase la figura 21-1A.
  • Permanezca en la posición sentada descrita anteriormente. Flexione y extienda la articulación del tobillo tanto como pueda. Repita el ejercicio diez veces. Véase la figura 21-1B.
  • Siguiendo en la posición descrita en el número 3, separe las piernas ligeramente. Manteniendo los talones en contacto con el suelo, gire los tobillos diez veces en cada dirección.
  • En la misma posición inicial, doble y eleve la pierna derecha por la rodilla tanto como pueda, llevando el talón hasta cerca de la nalga derecha. Estire la pierna derecha sin dejar que el talón o los dedos del pie toquen el suelo. Repita el ejercicio diez veces y hágalo a continuación con la pierna izquierda. Véase la figura 21-1C.
  • En idéntica posición sentada, sujétese el muslo con las dos manos junto al tronco y gire la parte baja de la pierna describiendo un movimiento circular alrededor de la rodilla, diez veces en el sentido de las agujas del reloj y otras diez en sentido contrario. Repita el mismo ejercicio con la pierna izquierda.
  • Doble la pierna izquierda y apoye el pie sobre el muslo derecho. Sujétese la rodilla izquierda con la mano de ese lado, y coloque la mano derecha sobre el tobillo izquierdo. Mueva suavemente con la mano izquierda, arriba y abajo, la pierna doblada relajando al máximo posible los músculos de la pierna izquierda. Repita el mismo ejercicio con la rodilla derecha. Véase la figura 21-1D.
  • Sentado en la misma posición del número 8, gire la rodilla derecha alrededor de la articulación de la cadera derecha, diez veces en el sentido de las agujas del reloj y otras diez en sentido contrario. Repita el ejercicio con la rodilla izquierda. Véase la figura 21-1E.
  1. Sentado en la posición inicial, con las piernas extendidas, tienda los brazos hacia delante a la altura de los hombros. Estire y tense los dedos de las manos. Cierre los dedos sobre los pulgares apretando el puño. Repita el ejercicio diez veces. Véase la figura 21-1F.
  1. Mantenga la posición del número 10. Flexione la articulación de las muñecas. Repita el ejercicio diez veces. Véase la figura 21-1G.
  1. Partiendo de la misma posición del número 10, gire las muñecas diez veces en el sentido de las agujas del reloj y otras diez en sentido contrario.
  1. Adoptando la misma posición del número 10, extienda las manos con las palmas hacia arriba. Doble los brazos por los codos y tóquese los hombros con las puntas de los dedos; extienda los brazos de nuevo. Repita el ejercicio diez veces y, a continuación, hágalo de nuevo diez veces, pero con los brazos extendidos lateralmente. Véase la figura 21-1H.
  1. Manteniéndose en la misma posición con las puntas de los dedos en contacto constante con los hombros, eleve los codos tanto como pueda. Bájelos a continuación. Repita el ejercicio diez veces y luego apunte los codos hacia delante. Repítalo. Véase la figura 21-11.
  1. En la misma posición del número 14, describa un movimiento circular con los codos girando las articulaciones del hombro. Repita el ejercicio diez veces en el sentido de las agujas del reloj y otras diez en sentido contrario. Haga el movimiento circular de cada codo lo más amplio posible, juntando ambos codos delante del tórax. Véase la figura 21-1J.

Una vez que haya aprendido a hacer estos ejercicios, probablemente será capaz de hacerlos simultáneamente con los dedos de las manos y de los pies, y con los tobillos y las muñecas.

  1. Ahora encoja y enderece el cuerpo varias veces, espirando cada vez que lo encoja. Hágalo por lo menos diez veces para empezar, luego vaya subiendo hasta veinte.
  1. Inclínese hacia delante y tóquese los dedos de los pies sin doblar las piernas. Hágalo desde la posición sentada con las piernas juntas, rectas y tendidas hacia delante. Practique el ejercicio diez veces. Ahora manténgase así y sujétese los dedos de los pies sin doblar las rodillas. Permanezca sin enderezarse durante tres minutos.
  1. Abra las piernas tanto como pueda y repita el ejercicio anterior, alcanzando primero los dedos del pie izquierdo, para cambiar luego al derecho y hacer lo mismo. Repita ahora el ejercicio, pero tendiendo los brazos hacia delante. Permanezca sin enderezarse en esa posición durante tres minutos.
  1. Gire varias veces la cabeza y el cuello. Mire primero hacia arriba y luego abajo moviendo el rostro. Repita el ejercicio diez veces. Ahora mire diez veces en cada dirección. Seguidamente, gire la cabeza, primero en el sentido de las agujas del ‘reloj y luego en sentido contrario varias veces hasta que note más flexibilidad en el cuello.
  • Póngase de pie. Con el cuerpo erguido y los pies separados unos sesenta centímetros, inclínese por la cintura hacia el lado izquierdo con el brazo derecho por encima de la cabeza y vuelto hacia la izquierda. Repita el ejercicio varias veces. Ahora inclínese hacia la derecha con el brazo izquierdo extendido por encima de la cabeza.

Ejercicios diarios para abrir y cargar los chakras Existen, que yo conozca, tres grupos distintos de ejercicios para abrir y cargar los chakras. El primer grupo de ejercicios físicos abre muy adecuadamente los chakras en los tres niveles inferiores del aura. El segundo grupo abre bien los chakras en el nivel astral. Por último, el tercer grupo es una combinación de ejercicios respiratorios y posturas que abren los chakras en los niveles superiores del campo aural.

Figura 21-1: Ejercicios para las articulaciones

Ejercicios físicos para abrir y cargar los chakras (Niveles 1-3 del campo aural)

Estos ejercicios se muestran en la figura 21-2.

Chakra 1. Sitúese de pie con las piernas separadas dirigiendo hacia fuera los pies y las rodillas de manera que formen un ángulo que no le resulte incómodo. Flexione ahora las rodillas tanto como pueda. En su momento, podrá descender hasta que las nalgas queden a la altura de las rodillas.  Muévase abajo y arriba varias veces. Añada ahora un movimiento oscilante a la pelvis. Avance todo lo que pueda con ella y retroceda al máximo posible. Esfuércese especialmente en el movimiento de avance. Balancéese de esta forma tres veces mientras sigue descendiendo.  Manténgase abajo y balancéese tres veces con las rodillas dobladas; repita el ejercicio otras tres veces mientras se va enderezando. El movimiento más importante de este ejercicio es el de balanceo mientras las rodillas están flexionadas al máximo. Repítalo todo tres veces por lo menos.

Chakra 2. Sitúese de pie con las piernas separadas a la distancia de los hombros y en paralelo. Balancee ahora la pelvis adelante y atrás flexionando ligeramente las rodillas.  Repita el ejercicio varias veces.

Suponga a continuación que se encuentra dentro de un cilindro que hay que limpiar.  Límpielo con las caderas. Ponga los brazos en jarras.  Haga un movimiento circular, asegurándose de que limpia todo el cilindro por igual.

Chakra 3. Saltos. Para realizar estos ejercicios se requiere un compañero.  Agárrense las manos con fuerza. Mientras uno sujeta el otro salta. Al saltar, eleve las rodillas al máximo posible contra el tórax. Salte continuamente, sin pausa,  durante  unos  minutos.  Tómese  un  descanso,  pero  manteniéndose erguido. Cambie ahora y deje que sea su compañero quien salte mientras usted le sujeta.

Chakra 4. Es éste un ejercicio de postura isométrica. Póngase a gatas, como se ve en la figura 21-2. En esta posición, los codos no tocan el suelo y se utilizan los brazos como palanca. Cambie el ángulo de las piernas y nalgas hasta que  sienta  presión  entre  los  omóplatos  (algunos  hombres  con  grandes músculos deltoides sentirán la presión en los hombros, así que deberán tener cuidado). Cuando haya conseguido sentir la presión  entre  los  omóplatos,  sitúe  en  ese  punto  la  presión  isométrica  empujando todo el cuerpo hacia delante durante un rato; luego tire hacia atrás. Puede hacerlo desde las caderas y las piernas. Este ejercicio hace trabajar la parte posterior del chakra cardiaco o centro volitivo.

Para la parte frontal del chakra cardiaco busque algún objeto voluminoso y redondo, un  barril  por ejemplo, el respaldo blando de un sofá o un taburete bioenergético para inclinarse sobre él hacia atrás. Hágalo con los pies firmemente apoyados en el suelo. Relájese y deje que se estiren los músculos del tórax.

Chakra 5. Giros con la cabeza y el cuello. Mueva la cabeza varias veces en las siguientes direcciones: mirando al frente, arriba y abajo y de lado a lado. Arriba  a  la  izquierda,  luego  abajo  a  la  derecha. Invierta el movimiento. Hasta arriba del todo a la  derecha  y  hasta  abajo  del  todo  a  la  izquierda.  Gire ahora el cuello y la cabeza al máximo varias veces en ambas direcciones.

El chakra responde muy bien, además, al sonido. ¡Cante! Emita  cualquier  sonido  que  le  guste  si  no desea cantar.

Chakra 6. Repita los movimientos del chakra 5, ahora con los ojos.

Chakra 7. Frótese la coronilla con la mano derecha en el sentido de las agujas del reloj.

Visualización a los chakras abiertos (Nivel 4 del campo aural)

Para realizar este ejercicio, siéntese en una  silla  cómoda  o  en  un  almohadón  sobre  el  suelo  en  la posición de loto. Mantenga  la  espalda  recta.  En primer lugar, después de haber serenado su mente con uno de los ejercicios de meditación, lleve su conciencia al primer chakra.  Visualícelo como un torbellino de luz roja que gira en el sentido de las agujas del reloj. (El sentido de giro es el de las agujas del reloj cuando se observa el chakra desde el exterior del cuerpo.)  Se encuentra situado directamente debajo de usted, con el extremo más amplio del cono giratorio abierto hacia la tierra y la punta señalando a la parte baja de su espina dorsal. Mientras observa cómo gira, inspire rojo.  Espire rojo.  Visualice la respiración roja al inspirar. Al espirar, no la visualice, limítese a ver de qué color es. Repita el ejercicio hasta que vea claramente rojo, tanto al inspirar como al espirar. Si el color rojo es claro o turbio, ello quiere decir que tiene que equilibrar sus energías rojas. Si el color es claro, necesita mayor cantidad de rojo en su campo. Si es turbio, tiene que limpiar su chakra inferior. Hágalo repitiendo el ejercicio hasta que las tonalidades que entran y salen sean iguales. Esto es aplicable a todos los chakras.

Manteniendo la imagen del primer chakra, desplácese al segundo, situado unos cinco centímetros por encima del hueso púbico. Visualice dos torbellinos, tino en la parte delantera de su cuerpo y otro detrás. Vea cómo giran en el sentido de las agujas del reloj con un color naranja rojizo brillante.  Inspire el naranja rojizo. Espírelo. Repita el ejercicio.  Compruebe que las tonalidades que entran y salen son iguales antes de seguir adelante.

Manteniendo la visualización de los dos primeros chakras, desplácese al tercero, en el plexo solar. Visualice aquí dos torbellinos amarillos.  Inspire el color amarillo.  Espírelo.  Repita el ejercicio hasta que las tonalidades que entran y salen sean de color amarillo brillante.

Pase al corazón. Vea de color verde los torbellinos girando en el sentido de las agujas del reloj. Inspire y espire verde hasta que las tonalidades se igualen. Mire hacia abajo para comprobar que puede ver todos los demás chakras (que ya ha cargado) girando, antes de pasar al chakra siguiente.

En la garganta, inspire y espire azul a través de los torbellinos que giran en el sentido de las agujas del reloj. En el chakra del tercer ojo, vea de color violeta los torbellinos girando en el sentido de las agujas del reloj delante y detrás de su cabeza. Repita los ejercicios respiratorios.

Pase seguidamente a la corona. Es blanca y opalescente y se asienta encima de la cabeza. Gira en el sentido de las agujas del reloj. Inspire blanco. Espírelo. Repita. Vea que los siete chakras giran en el sentido de las agujas del reloj. Observe la corriente de fuerza vertical que fluye arriba y abajo por su espina dorsal. Tiene pulsaciones sincronizadas con su respiración. Cuando inspira, la pulsación es hacia arriba. Al espirar, la pulsación es hacia abajo. Vea cómo todos los chakras están conectados por sus puntas, constituyendo el chakra de corona la entrada y la salida superiores mientras que el chakra de raíz forma la entrada y la salida de base para que la energía fluya a través de su campo. Observe cómo la energía pulsante fluye por todos sus chakras al inspirar. Su campo está ahora repleto de energía luminosa. Es éste un buen ejercicio para realizarlo antes de la sesión de curación. Su finalidad es la de abrir y cargar todos los chakras.

Ejercicios de posición y respiración para cargar y abrir los chakras (Niveles 5-7 del campo aural)

Los ejercicios más poderosos que he visto para cargar el campo aural, iluminarlo, despejarlo y reforzarlo son los que enseñan los practicantes del yoga Kundalini, centrados en la postura, la respiración y la flexibilidad de la espina dorsal. Le recomiendo que, si tiene oportunidad, los aprenda de un Ashram Kundalini. En cual- quiere caso, he simplificado algunos de estos ejercicios para añadirlos al presente libro. Son los de la figura 21-3.

Chakra 1. Siéntese en el suelo sobre los talones. Apoye las manos extendidas sobre los muslos. Flexione la espina dorsal hacia delante por el área pélvica cuando inspire, y hacia atrás cuando espire. Si lo desea, puede emplear un mantra en cada respiración. Repita el ejercicio varias veces.

Chakra 2. Siéntese en el suelo con las piernas cruzadas. Sujétese los tobillos con ambas manos e inhale profundamente. Flexione la espina dorsal hacia delante e hinche el tórax; mueva hacia atrás la parte superior de la pelvis. Al exhalar, flexione la espina dorsal hacia atrás y la pelvis hacia delante hasta cerca de sus «huesos de asiento». Repita el ejercicio varias veces y emplee un mantra si lo desea.

Chakra 2 en otra postura. Tendido de espaldas, elévese sobre los hombros. Eleve ambas piernas hasta 30 centímetros del suelo, más o menos. Abra las piernas e inspire; al espirar, cruce las piernas por las rodillas manteniendo recta la parte inferior. Repita el ejercicio varias veces. Eleve las piernas lentamente y repítalo de nuevo. Hágalo hasta que las piernas queden a unos 75 centímetros del suelo; seguidamente, bájelas por el mismo procedimiento. Descanse. Repita el ejercicio varias veces.

Chakra 3. Siéntese en el suelo con las piernas cruzadas; sujétese los hombros con los pulgares hacia atrás y los restantes dedos en la parte delantera. Inspire y gírese hacia la izquierda; espire y gírese hacia la derecha. La respiración debe ser larga y profunda. Asegúrese de que mantiene recta la espina dorsal. Repita el ejercicio varias veces y cambie de dirección. Repítalo de nuevo. Descanse un minuto.

Repita el ejercicio completo poniéndose de rodillas.

Chakra 3 en otra postura. Tendido de espaldas con las piernas juntas eleve los talones 15 centímetros. Ele- ve la cabeza y los hombros otros 15 centímetros. Mírese los dedos de los pies. Señale hacia ellos con las puntas de los dedos de las manos, manteniendo los hombros rectos. En esta posición respire con fuerza por la nariz contando hasta 30. Relájese; descanse mientras repite la cuenta hasta 30. Repita el ejercicio varias veces.

Chakra 4. Siéntese en el suelo con las piernas cruzadas y una con fuerza los dedos de las manos en el conotri del pecho orientando los codos hacia los costados. Los codos hacen un movimiento de sierra. Respire larga y profundamente mientras los mueve.  Siga haciéndolo varias veces e inspire, espire y tire de las manos. Relájese durante un minuto.

Repita la acción de sentarse sobre los talones. Con ello se eleva más la energía. Asegúrese de meter la pelvis para dentro.

Chakra 5. Siéntese en el suelo con las piernas cruzadas y agárrese las rodillas con fuerza. Mantenga los hombros rectos. Empiece a flexionar la parte superior de la espina dorsal. Inspire al avanzar y espire al retro- ceder. Repita el ejercicio varias veces. Descanse.

Flexione a continuación la espina dorsal encogiendo los hombros al inspirar y bajándolos al espirar. Repita el ejercicio varias veces. Inspire y contenga la respiración durante 15 segundos con los hombros encogidos. Relájese.

Repita los ejercicios citados sentado sobre los talones.

Chakra 6. Siéntese en el suelo con las piernas cruzadas y una con fuerza los dedos a la altura de la garganta. Inspire y contenga la respiración; encoja luego el abdomen y los esfínteres y empuje la energía

hacia arriba. Exhale la energía por la parte alta de la cabeza mientras eleva los brazos sobre ésta manteniendo unidas las manos. Repítalo. Repita los ejercicios citados sentado sobre los talones.

Figura 21-2: Ejercicios físicos para cargar y abrir los chakras

Chakra 2                     anchura de los hombros

Figura 21-2: Ejercicios físicos para cargar y abrir los chakras (continuación)

Chakra 4

Chakra 5

Chakra 6. Repetir los movimientos del chakra 5 usando los ojos en vez de la cabeza Chakra 7. Sosténgase cabeza abajo.

Chakra 7. Siéntese en el suelo con las piernas cruzadas y los brazos extendidos por encima de la cabeza. Entrelace los dedos, con excepción de los índices, que deben señalar hacia arriba. Inspire profundamente sacando el ombligo al tiempo que dice «Sat». Deje escapar el aire diciendo «Nam» y relajando el área del ombligo. Repita el ejercicio respirando rápidamente unos minutos.  A continuación, inhale y oprima la energía desde la base de la espina dorsal hasta la parte alta de la cabeza manteniendo comprimidos los músculos de tos esfínteres, primero, y del estómago a renglón seguido. Contenga la respiración. Deje escapar el aire manteniendo todas las contracciones musculares. Relájese. Descanse. Si «Sat Nam» no le da resultado, utilice cualquier otro mantra.

Repita los ejercicios citados sentado sobre los talones. Descanse.

Repita los ejercicios sin utilizar un tantra. En vez de ello, respire con fuerza rápida y brevemente por la nariz.

Chakra 7 en otra postura. Siéntese con las piernas cruzadas. Extienda los brazos en un ángulo de 60 grados con las muñecas y los codos rectos y las palmas de las manos hacia arriba. Respire rápidamente por la nariz durante un minuto, haciendo que el aire frote contra la parte alta posterior de la garganta. Inspire, contenga la respiración y haga un movimiento de bombeo con el abdomen unas 16 veces. Espire; relájese. Repita el ejercicio dos o tres veces. Descanse.

Meditación respiratoria en color para cargar el aura

Situado de pie, con los pies en paralelo separados a la anchura de los hombros, agáchese flexionando las rodillas y levántese, todo ello lentamente.  Espire cada vez que flexione las rodillas para descender, e inspire cada vez que ascienda. Descienda todo lo que pueda sin que se levanten los talones. Relaje los brazos. Mantenga la espalda recta y no se incline hacia delante.  Deje que la mitad inferior de la pelvis sobresalga ligeramente.

Extienda a continuación los brazos hacia delante con las palmas de las manos hacia abajo.  Añada un movimiento circular de las ruanos al ascendente-descendente que ya está realizando. En el movimiento ascendente, sus brazos deben estar tan extendidos como sea posible.  Cuando llegue al límite superior del movimiento, acerque los brazos al cuerpo (con las palmas de las manos hacia abajo) y manténgalos pegados al cuerpo durante el movimiento descendente. Al final de éste, vuelva a extender los brazos (véase la figura 21-4).

Añada a este movimiento una visualización.  Respirará en colores desde el suelo hacia arriba a través de las manos y los pies, y hacia dentro desde el aire que le rodea.  Al respirar lo hará en todos los colores. Respire cada color varias veces.

Empiece por el rojo. Cuando llegue a la parte inferior del siguiente movimiento, respire en rojo.  Vea cómo el globo blanco de su aura se llena de rojo. Cuando haya alcanzado el límite superior de su movimiento y empiece a descender, espire dicho color. Pruebe de nuevo. ¿Puede ver claramente el rojo con los ojos de la mente? De no ser así, repita el ejercicio hasta que lo vea. Con toda probabilidad, los colores que le resulte más difícil visualizar serán los que necesita en su campo energético.  Una vez más, como en el ejercicio 22, limítese a observar el color al exhalar el aliento, sin controlarlo. Cuando su tono sea brillante y claro, pase al siguiente.

Respire ahora en   naranja   mientras   realiza   el   movimiento ascendente. Deje que penetre en usted desde el suelo a través de sus pies y hacia sus manos y el interior de su cuerpo procedente del aire que le rodea. Si tiene dificultades para visualizar estos colores en su mente mire algunas muestras de color; o quizá le resulte más fácil hacer el ejercicio con los ojos cerrados. Repítalo de nuevo con el naranja.

Prosiga con el ejercicio a través de la secuencia de colores: amarillo, verde, azul, violeta y blanco. Asegúrese de que todo el ovoide de su aura se llena con cada color antes de pasar al siguiente. Estos colores son adecuados para cada uno de los chakras. Si desea añadir a su aura vibraciones aún más altas, continúe con los siguientes colores:  plata, oro, platino y cristalino; regrese luego hasta el blanco. Todos los colores del segundo grupo citado deben tener una calidad opalescente.

Ejercicio vibratorio para la toma de tierra

Hacer vibrar su cuerpo significa mantenerlo en una postura tensa que induzca vibraciones físicas involuntarias en el mismo. Con ello se aumentará el flujo de energía y se liberarán los bloques.  Estos ejercicios son bien conocidos y profesamente utilizados en la terapia de núcleo y bioenergética.

Sitúese de pie, con los pies en paralelo separados a la anchura de los hombros.  Una vez que haya concluido los ejercicios que hemos descrito para cargar el aura, limítese a espirar cuando descienda y a inspirar al subir. Flexione las rodillas tanto como pueda y deje que las piernas empiecen a sentir el cansancio. Si lo hace durante el tiempo suficiente, sus piernas empezarán a vibrar involuntariamente. Si no es así, provoque una vibración botando sobre los talones. Deje que las vibraciones suban por las piernas hasta llegar a la pelvis.  Con un poco de práctica conseguirá extenderlas por todo el cuerpo. Una vez que experimente esta sensación, puede proyectar ejercicios que hagan vibrar cualquier parte de su cuerpo con la finalidad de aumentar el flujo energético en esa zona. En este caso, suele ser necesario que vibre la pelvis para mejorar las energías procedentes del suelo que fluyen a través del primer y segundo chakras. Más adelante, cuando se encuentre en una sesión de curación, puede hacer oscilar lentamente la pelvis adelante y atrás (en posición sentada), y añadir entonces a este movimiento una pequeña vibración rápida y breve. Ello facilitará la vibración de la pelvis.  Sentirá cómo este flujo energético aumentado pasa por todo su cuerpo.

Meditaciones para concentrarse en posición sentada

Siéntese ahora a meditar durante 10 o 15 minutos. Asegúrese de tener la espalda recta y cómoda.

Un buen mantra que puede repetirse para silenciar la mente en esta meditación es: «Mantente sereno y ten conciencia de que yo soy Dios». Basta con mantener la conciencia centrada en ese mantra. Si se distrae, empiece de nuevo.

Otra buena meditación para tranquilizar la mente es contar hasta diez.  Cuente uno al inspirar, dos al espirar, tres al inspirar, cuatro al espirar y así sucesivamente hasta llegar a diez. ¡Lo peor es tener que empezar de nuevo desde el uno cada vez que la mente se distraiga y la invadan otros pensamientos!

¡Este tipo de meditación nos permite realmente saber lo frágiles que son nuestras mentes! ¡Muy pocas personas son capaces de llegar hasta diez al primer intento!

Ahora está listo (tras beberse un gran vaso de agua) para iniciar las sesiones de curación de la jornada.

Cuidar el ambiente donde se desarrollan las sesiones de curación

Es importante trabajar en una habitación limpia, que haya sido despejada de las bajas energías, las malas vibraciones o la energía orgónica muerta (ORM), como la denominó Wilhelm Reich. A ser posible, elija una habitación que reciba luz solar directa y que tenga acceso al aire libre.  También puede mantener la habitación limpia sahumándola con maná y cedro o con salvia y cedro, según el método tradicional de los indios norteamericanos.

Para sahumar una habitación con cedro y salvia, ponga un poco de cedro verde seco y de salvia seca en un recipiente y préndales fuego. Según tradición de las pieles rojas, se utiliza una concha de oreja de mar para el sahumerio de manera que estén representados los cuatro elementos:  fuego, tierra, aire y agua. Si no dispone de una concha de ese molusco, puede utilizar una sartén. Cuando esté ardiendo una buena parte del cedro y la salvia, apague las llamas. La mejor forma de hacerlo consiste en tapar el recipiente. De este modo se produce una gran cantidad de humo que llega a todos los rincones de la habitación. Las pieles rojas norteamericanos tienen por costumbre, además, empezar por el rincón de la casa o la habitación situada más al este, recorriéndola según la dirección del Sol (en el sentido de las agujas del reloj). Asegúrese de que la puerta está abierta antes de iniciar el sahumerio. El humo atrae la energía ORM y la saca por la puerta.

Para completar el sahumerio puede hacer una ofrenda de agradecimiento al fuego con un poco de harina de maíz. Si desea conocer mejor las tradiciones de las pieles rojas norteamericanos, diríjase a Oh-Shinnah, de la Four Corners Foundation, 632 Oak Street, San Francisco, California 94117.  A propósito, Oh-Shinnah realiza el sahumerio antes de empezar a trabajar con cada paciente.  De este modo logra despejar gran cantidad de energía ORM antes de que se inicie la sesión de curación. Si se siente embotado, puede sahumarse a sí mismo. Algunas personas queman sal de higuera vertiendo un poco de alcohol en un recipiente y prendiéndole fuego. Coja el recipiente y páselo por la habitación, por el paciente y por usted mismo.

Unos cristales dispersos por la habitación ayudan a recoger la energía ORM. Luego se limpian colocándolos en un recipiente que contenga una cucharadita de sal marina y medio litro de agua de manantial, dejándolos empapar durante la noche. También los generadores de iones negativos ayudan a limpiar la habitación. No trabaje nunca en una habitación que no tenga ventilación o en la que haya luces fluorescentes. Estas luces generan una frecuencia que interfiere con la pulsación normal del aura provocando una frecuencia de latido que hay que establecer en el campo.  También la gama espectral es insalubre.

Si trabaja en una habitación carente de ventilación o iluminada con lámparas fluorescentes, probablemente enfermará. Empezará a acumular energía ORM en su propio cuerpo, sus vibraciones descenderán y se irá debilitando lentamente.  Llegará un momento en que tendrá que suspender el trabajo, tal vez durante varios meses, hasta que su sistema energético se despeje de nuevo.  Puede, incluso, advertir que sus frecuencias energéticas descienden porque su sensibilidad se reducirá con ellas.

Los cuidados del sanador

Cuando note que está acumulando energía ORM en su cuerpo, tome un baño caliente durante 20 minutos para limpiar su aura, vertiendo previamente en la bañera medio kilo aproximadamente de sal marina y una cantidad similar de levadura. Este baño puede debilitarle mucho, pues extrae grandes cantidades de energía de su cuerpo; por consiguiente, dispóngase a continuación a tomarse un descanso y reponer sus energías. Tomar baños de sol ayuda a recargar el sistema.  El tiempo de ex- posición al sol depende de su organismo. Guíese por la intuición, confiando en su propio cuerpo. Puede tomar baños de sol varias veces a la semana para limpiarse.

Debe beber siempre un vaso de agua mineral después de cada sesión de curación; también debe hacerlo el paciente. El agua, al pasar por su organismo, ayuda a limpiar la energía ORM e impide que se produzca hinchazón. Paradójicamente, la hinchazón se debe, ante todo, a no beber agua suficiente. Su cuerpo retendrá el agua en un esfuerzo por mantener la energía ORM en ella, en vez de dejar que penetre más profundamente en los tejidos.

Figura 21-3: Ejercicios de respiración/postura para cargar y abrir los chakras

Chakra 1                                                                             Chakra 2

Chakra 2

Chakra 4

Figura 21-3: Ejercicios de respiración/postura para cargar y abrir los chakras (continuación)

Chakra 5

Chakra 5

Chakra 7

Figura 21-4: Meditación de color de pie

También los cristales ayudan a proteger el sistema energético del sanador. Puede llevar, colocado sobre el plexo solar, un cristal transparente de cuarzo o amatista para reforzar su campo y hacerlo menos permeable. El cuarzo rosa, prendido sobre el chakra cardiaco, ayuda a proteger el corazón. Se ha dicho mucho acerca de la curación con cristales. En las sesiones de curación suelo colocar cuatro de ellos sobre el cuerpo del cliente, además de los que llevo yo, que son una amatista y un cuarzo rosa. Deposito un cuarzo rosa grande en la mano izquierda (meridiano cardiaco) del paciente y un cuarzo transparente grande en la derecha. Sirven para empapar la energía ORM que se libera durante la sesión de curación. Empleo una amatista grande con depósitos de hierro en el segundo o primer chakra para mantener fuerte la pulsación del campo del paciente. El hierro ayuda a mantener al paciente conectado a tierra.  Los cristales tienden a mantener al paciente en el cuerpo. Para ello resulta muy eficaz un cuarzo ahumado en el plexo solar.

Si lleva un cristal, asegúrese de que usa el que sea correcto para su cuerpo. Si el cristal es demasiado fuerte, aumentará las vibraciones de su campo y llegará a agotarlo, porque la tasa de su metabolismo básico no será lo bastante fuerte para mantener el ritmo que el cristal induce en su cuerpo, es decir, no podrá suministrar a su campo la energía suficiente para sostener las vibraciones más elevadas y terminará perdiendo energía. En cambio, si elige un cristal que sea ligeramente más fuerte que su campo, conseguirá mejorar los efectos.

Si lleva un cristal que vibre con mayor lentitud que el campo, ejercerá una fuerza de arrastre sobre éste y hará que sus vibraciones pierdan velocidad. Lo único que necesita es ser consciente de la forma en que le afecta cada cristal. A medida que usted vaya siendo más fuerte podrá usar cristales más potentes. También necesitará cristales distintos en diferentes épocas de su vida, dependiendo de las circunstancias.

Los cristales en forma de joyas antiguas o como recuerdos de tiempos pasados tienen imbuida la energía de sus anteriores propietarios y deben limpiarse a fondo durante una semana, sumergiéndolos en una solución de un litro de agua mineral con un cuarto de cucharilla de sal marina, o en agua de mar. En la actualidad se ofrecen diversos cursos sobre cristales. Le aconsejo que, si quiere usarlos, asista a uno de ellos.

En mis sesiones de curación empleo una mesa de masaje y una silla de oficina. De esta forma no tengo que permanecer de pie todo el día* y mi espalda encuentra suficiente apoyo. Las ruedas de la silla me

permiten moverme con libertad, y puedo sentarme o levantarme según convenga.  También utilizo aceite para ungir los pies, lo que ayuda a la penetración de la energía en el cuerpo.

Una de las cosas más importantes que necesita un sanador para mantenerse sano es la disposición de tiempo y espacio privados. Esto no es fácil, ya que la mayoría de los sanadores debe afrontar una gran demanda de pacientes. Si es preciso, debe tener la capacidad para decir: «No, ahora necesito dedicarme a mí mismo», por muy grande que sea la demanda. Ello significa que debe concederse el tiempo que necesite, sin importar lo que pase. Si no lo hace, se agotará y tendrá, de cualquier modo, que suspender su actividad durante algún tiempo. No espere hasta que no pueda dar más de sí.  Descanse ahora. Tómese tiempo para practicar sus aficiones y para otros placeres personales. Es muy importante que el sanador tenga una vida plena en la que sus necesidades se vean satisfechas. Si no es así, llegará un momento en que tratará de apropiarse de las necesidades que han satisfecho sus pacientes. Así, pasará a depender de éstos, y tal circunstancia supondrá una interferencia en el proceso de curación. La regla de oro del sanador es: primero, el yo y lo que lo nutre; después, una pausa profunda para meditar, seguida de la nutrición de los demás. Los sanadores que no actúen así no tardarán en quemarse y pueden arriesgarse a contraer una enfermedad a causa del agotamiento energético.

Revisión del capítulo 21

  1. Describa los ejercicios para abrir los canales de acupuntura. ¿Por qué actúan?
  2. Describa los ejercicios para despejar el campo aural de sanador.
  3. ¿Qué dos cosas debe hacer un sanador antes de uni ciar la sesión de curación?
  4. ¿Por qué debe beber mucha agua el sanador?
  5. ¿Cómo puede despejar una habitación de la energía orgónica muerta (ORM)?
  6. ¿Por qué debe cuidar el sanador el espacio donde desarrolle la sesión de curación? ¿Y su propio sistema energético? ¿Qué sucederá si no lo hace?
  7. ¿Cómo puede evitar la captación de energía ORM du ante la sesión de curación? ¿Y en las

circunstancias normales de la vida?

  • ¿Cu ales son las tres cosas que hay que mantener limpias en el espacio donde se desarrolle la sesión de curación?
  • ¿Por qué suele ser más fácil curar en un espacio des tinado a la curación que en el domicilio del paciente?
  • ¿Cómo puede despejar su camp o si ha atraído la energía ORM durante la sesión de curación?
  • Describa tres formas, por lo menos, de curar con cristales.
  • ¿Cómo puede un cristal causar enfermedad? ¿Qué efecto tiene?