Cómo despertar el tercer ojo 11 y 12

Cómo despertar el tercer ojo 11 y 12

Cómo despertar el tercer ojo. Capítulo 11º en audio

Cómo despertar el tercer ojo. Capítulo 12º en audio

Cómo Despertar el Tercer Ojo. CAPITULO 11º en texto

EL ARTE DE LA SINTONIZACIÓN

11.1 Sintonización

Comenzaremos con un ejercicio sencillo. Tomaremos – por ejemplo – un cristal y una roca que hayamos encontrado en el campo. Si no disponemos de un cristal, bastará con dos rocas de diferente color y textura. Además necesitaremos una flor o un haz de hojas. Nos sentaremos en una postura cómoda y colocaremos los objetos frente a nosotros, asegurándonos que nuestra espalda esté recta y vertical. Empezaremos mirando el cristal, o bien una de las piedras.

Aplicaremos el triple proceso de visión:

1) Nos hacemos conscientes en el entrecejo. Permanecemos absolutamente inmóviles, parpadeando lo menos posible.

2) En lugar de mirar a los detalles de la imagen frente a nosotros, nos hacemos conscientes del hecho de ver – lo que hemos denominado estado de visión. Si no es posible, sencillamente trataremos de sentir la imagen frente a nosotros, en vez de mirarla.

3) Sentimos el objeto desde nuestro corazón. Recibimos el objeto en nuestro corazón, a través del ojo.

Permaneceremos con el primer objeto de 2 a 3 minutos y entonces aplicaremos el mismo proceso a la segunda piedra, durante al menos 2 minutos. Procederemos del mismo modo con el tercer objeto.

Se evidenciará con claridad que los sentimientos provenientes de cada una de las piedras, así como de las flores y hojas, son bastante diferentes. Por supuesto, estos objetos tienen cualidades vibratorias distintas. Pero  también te haces diferente cuando te abres a uno u otro! Cada objeto nos hace vibrar a una frecuencia distinta. Cuanto más sensibles nos hagamos, más claro será el contraste interior cuando sintonicemos con objetos o personas.

«Sintonización» es la capacidad de resonar en armonía con un objeto, animal o persona. Sintonizar nos permite dejar de lado la conciencia mental ordinaria. Es un modo directo de conocimiento y experiencia que difiere de la mente ordinaria en muchos aspectos.

Un aspecto clave consiste en que, siempre que se mira un objeto desde la mente, la mente lo «mata». El objeto está rebosante de energía y vibraciones, tiene vida propia. En su interior están activas diversas leyes naturales. Y qué es lo que obtenemos en nuestra cabeza? Una réplica muerta, la cual podríamos comparar a una postal mental. La esencia de la información se ha perdido.

Cuando «sintonizamos» con un objeto sucede todo lo contrario. Permitimos que las cualidades del objeto se hagan vivas en nuestro interior. Lo que recibimos ya no es una postal, sino un sentimiento vivo.

Repitamos la experiencia con varios colores. Apliquemos el triple proceso de visión a paredes, ropas, objetos o diferentes tonos o matices. Cada vez, hemos de tratar de «sintonizar» con el color, abrirnos a él, dejar que las cualidades del color se hagan vivas en nuestro interior.

El resultado es mágico. Colores distintos nos mueven en direcciones diferentes, generando una amplia gama de efectos en nuestro interior. Los colores y las luces comienzan a nutrirnos: el azul del cielo – por ejemplo – o la luz de las estrellas, o incluso el amarillo de una camiseta… Literalmente, podemos «beber» los colores y sus energías, derivamos fuerzas de ellos que fortalecen nuestra alma. Esto nos permite comprender por qué los niños pequeños, que todavía no están viviendo dentro del marco de la mente, pueden quedarse fascinados por los colores y la luz.

Otra diferencia clave entre el modo mental de percibir y la «sintonización», consiste en que el primero está basado en la separación, mientras que la «sintonización» es un proceso de unificación. Cuando se recibe una imagen mental de un objeto o persona no existe una verdadera conexión entre el objeto y la imagen. Pero, cuando tú «sintonizas» con un objeto, tú te conviertes en el objeto!

Por ejemplo, si el gato trata de confundirnos respecto a si ya le hemos dado de comer o no, sintonicemos con el gato, convirtámonos en el gato. Entonces podremos sentir lo que siente el gato. Podremos percibir el mundo como lo ve el gato, con impresiones sensoriales completamente distintas. Sentiremos el instinto del gato fluyendo a través nuestro, sabremos exactamente qué es ser un gato. Y también podremos sentir si nuestro estómago gatuno está lleno o vacío!

Es un conocimiento mediante la identidad, un proceso de lo más fascinante, que nos otorga una profunda comprensión intuitiva de la naturaleza de los objetos y las cosas. Penetramos su lógica desde su interior, pues nos convertimos en lo que son.

La «sintonización» nos da acceso a una gama de sentimientos y sensaciones nuevas y variadas. Descubriremos una paleta de experiencias internas que nuestra mente ni siquiera sospechaba que pudieran existir. Nos haremos vastos. Mediante el arte de la «sintonización», muchas cosas simples de la vida, como mirar a las estrellas, nadar en el mar o alimentar al gato, se harán extraordinariamente fascinantes. Participaremos en la vida del Universo, en vez de percibirla como una serie de postales.

Por ejemplo, en uno de los centros de retiro de Clairvision, en las Tablelands de Nueva Gales del Sur (Australia), un águila solía venir y observarnos cuando trabajábamos al aire libre. Cuando uno sintonizaba con el águila, ésta se paraba a unos 20 metros sobre su cabeza y le miraba. Era una quietud completa, un momento de la verdad. Si uno levantaba los brazos hacia el águila y comenzaba a girarlos despacio, el águila giraba con él. Lentamente, como si estuviera suspendida en el aire, el águila le seguía en una danza inmóvil. Entonces, si uno «se convertía» en el águila, era como una explosión interior. Sencillamente no hay palabras para describirlo. Las personas que nunca han tenido esta clase de experiencias podrán ser inteligentes y tener éxito, sin embargo no viven en otra cosa que en una jaula.

Práctica 11.2 Beber colores

Realizamos el triple proceso de visión (foco inmóvil en el ojo, estado de visión, sentimiento desde el corazón) y sintonizamos con diversos colores. Puede emplearse cualquier objeto o planta, o incluso las paredes… Si sintonizamos con ropas, es preferible que sean lo suficientemente nuevas, de modo que sus colores sean todavía frescos.

Sintonizamos con el color, sin prestar atención a la naturaleza del objeto. Sintonizamos con el color y nada más, como si lo estuviéramos bebiendo. Permitimos que su energía fluya en nuestro ser. Resonamos con él. No solamente lo miramos o lo vemos: nos convertimos en el color.

Repitamos el ejercicio con diferentes colores y veamos cómo nosotros nos haremos diferentes de uno a otro color. Nos haremos fluidos bajo la influencia del color. Dejaremos que nos posea, que invada nuestra energía.

Comentarios

  • Por qué no aplicar esta percepción del espíritu de los colores a la reconsideración del modo en que seleccionamos nuestra ropa y a cómo nos vestimos?
  • Ningún color sobre la Tierra es tan puro como los que proceden de las estrellas. Mirar las estrellas con el ojo abierto es una experiencia única, que conduce a las visiones más sorprendentes e iluminadas.

Aprendamos a reconocer las estrellas con un manual de astronomía y sintonicemos con ellas. Pronto descubriremos que sus energías varían enormemente de unas a otras. Una estrella dorada como Arturo (Alpha Boötes), por ejemplo, despierta plenitud en el corazón y proporciona calidez a nuestro Espíritu. Otras, como Algol o Rasalhague, son a las estrellas lo que las orquídeas a las flores: su belleza es a veces traicionera.

Las estrellas, especialmente cuando las vemos con nuestro triple proceso de visión, demostrarán ser una fuente inagotable de inspiración y centramiento. Curiosamente, sabios de diversas tradiciones han percibido las constelaciones como morada de los seres espirituales más elevados.

11.3 Flores, plantas y seres elementales

Tomemos el ejemplo de una flor para describir algunos de los mecanismos básicos de la percepción sutil.

Al mirar una flor, nuestra mente percibe una forma, algunos colores, un perfume. Pero, qué percibiremos si sintonizamos con la flor? Obtendremos un sentimiento relacionado con la naturaleza de la flor, con su cualidad vibracional. Por ejemplo, se hará obvio que cuando nos abramos a una rosa, un girasol o una orquídea, nos comunicarán sentimientos bastante diferentes. Muchas personas poseen una comprensión natural, intuitiva, de la naturaleza de las plantas.

Sin embargo, la sintonización es algo más que una vaga sensibilidad, es una apertura metafísica. Cuando sintonizamos, todo nuestro cuerpo de energía empieza a resonar con la planta. Podemos sentir corrientes de luz precipitándose a nuestro alrededor, es como entrar en otra dimensión. La planta se hace viva en nosotros. Con esta explosión interna llega un estado de conocimiento, como un paquete de información en el que están incluidas todas las propiedades de la planta. La planta nos inspira con una sensación de cómo emplearla.

Lo describiremos de otro modo: La imagen y el olor físicos son como una cáscara. Al implementar el triple proceso de visión (foco inmóvil en el ojo, estado de visión, sentimiento desde el corazón), percibiremos diversos colores, olores y sabores no físicos – lo que podríamos denominar el aura de la planta, su vibración no física.

Si vamos aún más allá, llegaremos a ver algo bastante sorprendente: un ser. Realmente puede verse un ser diminuto, que es como la esencia de la planta, y que algunos ocultistas occidentales han denominado el «deva» de la planta, a partir de una palabra sánscrita que significa deidad. Nos daremos cuenta que el aura de la planta, sus colores y demás cualidades sutiles son como el atuendo del pequeño ser de la naturaleza. Todas las propiedades sutiles y físicas de la planta no son otra cosa sino consecuencias de la naturaleza de dicho ser. Podría decirse que el ser revela su personalidad a través de la apariencia de la planta: sus colores, olores, propiedades medicinales. Y este ser tiene vida propia, se puede hablar y conversar con él…

Si pretendemos entender cualquiera de nuestras percepciones no físicas, sugiero la meditación – durante algún tiempo – sobre el siguiente principio:

Siempre que hay una vibración, hay un ser tras la misma.

La vibración es como la vestimenta del ser. Y cualquier cosa que pueda percibirse en la vibración, es sencillamente la manifestación externa del ser. Por tanto, mientras no hayamos contactado con el ser, nos estaremos perdiendo la esencia del objeto: únicamente estaremos percibiendo las consecuencias.

Este principio es universal y no solo es aplicable a las plantas y demás organismos vivientes. Por ejemplo, cuando sintonizamos con el color de una pared, primero recibimos su energía viviente, esto es, la vibración. Pero si vamos aún más allá, qué podremos ver? Detrás de la vibración del color podremos percibir una multitud de pequeños seres elementales. No es fácil, ya que los elementales son pillos, se están escondiendo todo el tiempo. Se requiere un estado de conciencia muy silencioso y sereno para poderlos contemplar con el ojo. (Todo esto hará que nos asombre lo que realmente puede llegar a contener un bote de pintura).

Todo esto es también aplicable al fuego, aire, viento y agua: detrás de la vibración y el aura de las sustancias pueden percibirse seres elementales. Pero no recomiendo que se empiece con estos cuando se ejercitan los propios talentos para la clarividencia, pues son extremadamente tímidos, así como listos a la hora de no dejarse ver.

11.4 Lucha contra la rigidez mental

Para podernos abrir y sintonizar con un objeto, hemos de venir de un espacio de amor. La empatía es la clave para permitir que las cualidades del objeto o persona «se hagan vivas» en nuestro interior.

Asimismo, se requiere cierto grado de apertura y flexibilidad. Si fuéramos excesivamente rígidos, nunca podríamos vibrar con las cosas que no fueran como nosotros. La parte de nosotros mismos que está hecha de condicionamientos y opera solamente a través de reacciones, la mente-manas, es como una jaula. Vivimos en nuestra mente como podríamos vivir en una jaula, siempre confinados en la misma gama de pensamientos, emociones, reacciones. Es como si estuviéramos viendo el mundo a través de cristales tintados, esto es, como si solamente estuviera hecho de azul verdoso, verde y amarillo verdoso, por ejemplo. «Sintonizar» es una forma de romper la jaula mental y comenzar a «ser» en un espectro expandido de frecuencias.

Por supuesto, únicamente nos daremos cuenta de que estamos en una jaula cuando estemos fuera de la misma. Si se ha estado siempre viviendo en una jaula, la jaula no es una jaula, sino todo el universo. Sintonizar nos permite romper los límites, al introducir patrones insospechados de «ser» en nuestra conciencia. La luz que llega de ciertas estrellas, por ejemplo, nos permite vibrar a frecuencias muy extrañas, diferentes a cualquier cosa que pueda experimentarse en la Tierra. Pero, verdaderamente, no hay que ir tan lejos para reventar los límites de nuestra jaula. Si sencillamente pudiéramos ser el gato, o la planta que esta en una maceta, durante solo unos cuantos segundos, esto ya representaría un extraordinario avance.

Otra cualidad que se precisa para el arte de sintonizar y que se desarrolla con la práctica, es la capacidad de olvidarse por un rato de uno mismo. Si permanecemos demasiado como la propia jaula, ya no nos quedará espacio para nada más. Hemos de borrar por un momento la personalidad de superficie. Hemos de cultivar una quietud interior extrema, una ausencia absoluta de reacciones. Hemos de hacernos vacíos, haciendo una abstracción de todo lo personal. Esto nos proporcionará un descanso refrescante y un sentido de relatividad respecto a nuestros pequeños problemas.

Respecto a nuestro Ego o Ser Superior, experimentaremos algo paradójico: La «sintonización» no vela nuestro Ego, sino que lo revela. Es mediante siendo más nuestro Ser Superior como podremos «convertirnos» en un objeto. La parte de uno mismo que es capaz de vibrar en armonía con algo en el universo, es el Ser Superior, precisamente porque es universal. Por tanto, al «convertirnos» en algo distinto a nosotros mismos, perdemos el pequeño ego y, por consiguiente, revelamos el verdadero Ego. Mediante la percepción del mundo descubrimos el Ser Superior, lo cual es – ni más ni menos – todo lo que pretende Clairvision.

Esto no es como una vaga sensación o una visión intelectual, sino que es una frecuencia híperdensa de «ser». Es una experiencia más objetiva que poner la mano en el fuego. Al sintonizar con un objeto y convertirnos en el objeto, nos convertimos en nuestro Ser Superior. Somos nuestro Ser Superior, diez mil veces más que cuando pensamos en el objeto con la mente. Cuandoquiera que pensemos en el objeto no somos nuestro Ser Superior, sino que nos hemos asimilado con la jaula.

Ha llegado el momento de invertir el clásico adagio del filósofo francés Descartes: cogito ergo sum, «pienso, luego existo». Lo que revela la visión elevada es exactamente lo contrario: » Pienso, luego no existo». Cuando la mente se detiene es cuando se puede salir de la jaula y decir: «No pienso, luego existo». El estilo de trabajo de Clairvision nos invita a emplear la percepción para alcanzar tal estado.

11.5 Árboles

Reanudaremos nuestros ejercicios prácticos, esta vez enfocándolos a los árboles. Hay una enorme suma de sabiduría almacenada en los árboles, de ahí la veneración en que eran tenidos por las escuelas celtas de iniciación, por citar un ejemplo. Es significativo que la tradición budista insista tanto en el hecho de que Shakyamuni Buddha alcanzara la iluminación bajo un árbol, un ficus religiosa, en Bodhgaya. En Australia existe un árbol extraordinario de la misma familia, llamado Moreton Bay Fig (ficus macrophylla), el cual se parece al banyan. Es un árbol enorme, magnífico, siempre dispuesto a aconsejarnos. Si puede encontrarse un árbol con tal energía, es una gran bendición. Cuandoquiera que tengamos que pasar por un gran cambio interior, bastará con que nos sentemos bajo el árbol y meditemos, y el árbol nos ayudará.

Práctica 11.6

La sintonización es una habilidad que se desarrolla gradualmente. Al principio estamos un 10 % sintonizados con el objeto, esto es, tenemos una ligera sensación. Entonces es una cuestión de ir intensificando la conexión y borrar nuestra personalidad de superficie, mediante un total silencio y quietud interiores. Permitimos que las cualidades del objeto se hagan vivas en nosotros, hasta alcanzar el punto en que realmente nos convertimos en el objeto.

Para desarrollar la capacidad de sintonizar, recomiendo que se practique sobre diversas especies de árboles. Sintonicemos y aprendamos a vibrar con ellos. Descubriremos que cada árbol tiene una energía diferente. Seguidamente se ofrece una serie de sugerencias sobre cómo descubrir las propiedades y cualidades de los árboles. Nuestro método consiste en la exploración de nuestros propios sentimientos conforme sintonicemos con los árboles.

Cuando sintonizamos con un árbol:

– ¿Nuestra energía, tiende a expandirse o la sentimos contenida?

– ¿El árbol, nos da una sensación de suavidad o de fuerza bruta?

– ¿Tenemos un sentimiento yang (activo, etc.) o yin (receptivo, etc.)?

– Es la energía del árbol más afín al elemento tierra, agua, aire o fuego?

– La energía del árbol, resuena más con el pecho, el vientre, ¿la garganta o la cabeza? (Cuando tratemos de conocer las propiedades de cualquier planta o sustancia, siempre será una buena idea sondear qué chakra está resonando).

– Cuando sintonizamos con el árbol, tenemos el sentimiento de estar protegidos? Algunos árboles pueden envolvernos entre sus ramas como si un ángel nos tomara entre sus alas.

– Tratemos de sentir cuál es la especialidad de este árbol. Para qué podría ser bueno desde un punto de vista medicinal?

Practiquemos con diversos árboles de distintas especies.

Comentarios

  • Cuando estemos aprendiendo a sintonizar, los árboles son muy recomendables, puesto que tienen una naturaleza generosa y disfrutan comunicando su energía. Yo he visto cómo diversas personas han experimentado una gran apertura de la percepción mientras sintonizaban con un árbol. Algunos árboles literalmente nos hablan. Cuando lleguemos a ser más receptivos, no resultará extraño que, al pasar junto a un árbol, no tengamos más remedio que pararnos, pues el árbol nos estará llamando. No dudemos en abrazar los árboles!
  • Recordemos la práctica 8.12: si tenemos una pena o una energía perversa de la que no podamos librarnos, abracemos un árbol durante suficiente tiempo y pidámosle al árbol que la tome para sí. Los resultados nos pueden llegar a asombrar. (La energía no es, de ninguna manera, tan nociva para el árbol como para nosotros). Si desarrollamos nuestra capacidad de sintonización, seremos capaces de realizar este ejercicio con mucha mayor intensidad.
  • Hay una bella costumbre que consiste en plantar un árbol cuando nace un niño (enterrando la placenta en la tierra próxima al árbol). De este modo, el niño y el árbol tendrán idénticas cartas astrológicas. Por supuesto, no es sencillo plantar el árbol justo en el instante del parto (pese a que podría ser una experiencia bastante divertida). Por tanto, puede procederse del siguiente modo: anótese el minuto en que sale la cabeza del niño y organícese que alguien plante el árbol el día siguiente, a la misma hora exactamente. Aparte de la Luna, los cuerpos celestiales no se mueven demasiado en un día, y 24 horas después tienen prácticamente la misma posición en las casas astrológicas que el día anterior. Otro momento excelente para plantar un árbol es en la Luna nueva que precede al nacimiento. Si el niño todavía no ha nacido para Luna llena, plántese otro. Estos dos árboles, los de la Luna nueva y la Luna llena, tendrán un particular significado para el niño.

Elíjase un buen árbol, en el cual primero el niño y más adelante el adulto pueda mirarse a sí mismo.

11.7 Sentimientos relacionados con la sexualidad

Con frecuencia la gente se queja de que nunca se puede saber a ciencia cierta lo que su pareja siente o piensa, debido a que son de sexos diferentes, como si una mujer nunca pudiera saber por sí misma lo que experimenta un hombre, y viceversa.

En realidad, no hay nada más falso. Mediante el arte de la sintonización, tenemos la posibilidad de experimentar todo el abanico de sensaciones y sentimientos que pertenecen al otro sexo. Por ejemplo, un hombre puede conocer en su propio cuerpo como se siente teniendo pechos, útero, menstruando, estando embarazado… Con esto no estoy implicando cierto tipo de comprensión intelectual, sino la experiencia directa y real del sentimiento, exactamente como si él estuviera dentro de un cuerpo de mujer. Esto también puede aplicarse a una vasta gama de actitudes emocionales.

Este proceso puede virtualmente considerarse como una iniciación. Una vez lo logremos, la forma de relacionarnos con el otro sexo cambiará radicalmente: será mucho más sencilla y basada en una verdadera comprensión. Diversos problemas psicológicos conectados con las relaciones con el otro sexo (y que normalmente abarcan bastante problemas) desaparecerán automáticamente.

Llegados a este punto, puede ser interesante mencionar un hecho acerca del cuerpo etérico (plano de la fuerza vital, o prana en sánscrito, qi en chino): los esoteristas, como Steiner, han señalado con frecuencia que el cuerpo etérico de la mujer es masculino y el del hombre, femenino. Esto crea un sustrato interno que facilita en gran medida el acceso a los sentimientos del otro sexo.

Con la expansión de la percepción, el ser humano tiende a ser visto como una totalidad compuesta por dos polaridades, y no una mujer como opuesta a un hombre y viceversa. En este contexto, conceptos como la guerra de los sexos pierden gran parte de su significado. Todos tenemos un hombre y una mujer en nuestro interior y ambos deben conducirse a la iluminación.

Aún así, sería bastante erróneo creer que el resultado será un ser de género entremezclado o asexual. Por el contrario, el proceso contribuye a discernir entre las dos polaridades y alcanzar la propia femineidad para las mujeres, o la propia masculinidad para los hombres. Descubrir la polaridad masculina ayuda a que florezca la femineidad de la mujer. Cuando un hombre no está en contacto con su polaridad femenina, su masculinidad es una fachada grosera, mucho más frágil de lo que su actitud chauvinista pueda implicar.

En la tradición hindú, hay un símbolo que ilustra este concepto: El Shiva linga. El Shiva linga es un falo erecto, cuyo significado simbólico va más allá de sus connotaciones genitales. Puede encontrarse en los altares de templos a lo largo y ancho de India. Si observamos de cerca un Shiva linga, nos daremos cuenta que el falo en realidad descansa sobre un yoni, es decir, el órgano genital femenino. Esto simboliza que solamente sobre la base de su polaridad opuesta podrá establecerse sólidamente la fuerza masculina.

11.8 Somos lo que comemos

Hay un campo en el que el arte de la sintonización nos dará resultados particularmente rápidos y espectaculares: la comida. Sintonicemos con la comida cuando esté en el plato y mientras esté en la boca, lo cual hará que comer se convierta en una experiencia inesperadamente intensa. Algunas verduras como las carlotas o la remolacha, y algunas frutas como el limón, están dotadas de energías que, literalmente, explotarán en la boca. El proceso, en lugar de localizarse únicamente en el tracto digestivo, será como si todo el cuerpo estuviera participando y recibiendo vibraciones de la comida. Como subproducto, nos resultará más sencillo reducir el consumo de comida basura.

Al sintonizar con la comida y observar nuestras reacciones a la misma, se hace viable poner en práctica una dieta que se nos adapte con precisión, sin actitudes dogmáticas. También se hará evidente que el estado de conciencia con el que ingiramos la comida podrá tener tanta influencia en nuestro sistema como la propia calidad de la comida.

La mayoría de los sistemas modernos de nutrición parece que no tengan nada en cuenta esta dimensión. Cuando visitan al naturópata pacientes sufriendo de cáncer, alergias o parásitos, inmediatamente se les da listas de comidas que deben o no deben tomar. Pero no suele decirse casi nada acerca de cómo debería tomarse la comida.

Tomemos un grupo de personas que coman exactamente la misma comida. Algunos acabarán teniendo parásitos intestinales y otros no. Para el ojo clarividente es como si, a veces, cuando la mente es «parasitada», el tracto digestivo tiende a retener parásitos. En astrología esta conexión se simboliza por el hecho de que el signo Virgo y su planeta Mercurio, son a la vez regentes de la mente y de los intestinos.

Hemos visto como la capacidad de sintonización es diametralmente opuesta a la rigidez mental. Cuanto más fija en sus estereotipos esté la mente, más difícil será tener acceso a una amplia variedad de sentimientos. En realidad, hay una conexión interesante entre el estado mental en el que se come y el nivel de flexibilidad mental: en función de cómo se come, la rigidez se incrementa o disminuye. Cada vez que se traga la comida con escasa conciencia y sin la percepción de sus cualidades energéticas, se favorece la rigidez mental de forma significativa.

Dicho de otra forma, cuando comemos desde la mente alimentamos la mente! Se imprime un sello mental sobre la comida y toda nuestra estructura se hace más mental. Visto desde el ojo, es evidente que uno de los principales trucos que emplea la mente para mantener su hegemonía, consiste en hacer que comamos sin conciencia.

Por otro lado, al resonar en armonía con la comida desarrollamos la flexibilidad de nuestra sustancia mental y nuestra capacidad general de sintonización se amplía en gran medida. A la popular frase «el cuerpo está hecho de lo que se come» se podría añadir: «y la mente está hecha por cómo lo comemos». Por supuesto, además de la nutrición hay muchos otros factores que entran en juego en la economía del plano mental. Aún así, podemos ejercer una acción importante sobre la dinámica de la mente, mediante una cuidadosa regulación de la ingestión de las comidas y del estado de conciencia durante las mismas. Es por ello que Gandhi solía decir: «cuando el sentido del gusto está bajo control todos los sentidos están bajo control».

Otro factor que puede influenciar positivamente el proceso de alquimia interior es la regularidad bastante estricta de las horas de las comidas. El cuerpo astral está intensamente involucrado en el proceso de digestión. Siguiendo una rutina bastante estricta de las horas de las comidas, haremos que el cuerpo astral trabaje a intervalos regulares, lo cual esto imprimirá un sentido del ritmo.

Ritmo es exactamente lo que le hace falta al cuerpo astral. El cuerpo astral es el plano en el que tienen lugar las emociones. Ahora bien, consideremos algunas actividades rítmicas básicas del cuerpo físico, como el latido del corazón o la respiración. En cuanto experimentamos una emoción, la frecuencia de ambas se hace irregular! Nuestro cuerpo astral es el enemigo del ritmo: cualquier marejada significativa en el cuerpo astral tiende a perjudicar las cadencias del cuerpo físico. En lo que concierne al ritmo, está todavía por comenzarse la completa educación del cuerpo astral.

De ahí la importancia de tomar las comidas cada día a la misma hora y evitar comer entre las mismas. Los beneficios serán tanto físicos como psicológicos. Al imprimir un sentido del ritmo al cuerpo astral, se reforzará toda su estructura, lo cual redundará en una estabilidad emocional, claridad mental, resistencia y tenacidad acrecentadas. Fomentaremos cierta fuerza del alma, lo cual facilitará la conexión con mundos más elevados.

Además de esta perspectiva espiritual, la regularidad en las comidas debería ser una recomendación esencial para los pacientes que sufren diversos desórdenes, como cáncer, asma, alergias, infecciones parasitarias, etc. Si podemos conseguir que los niños adopten cierta regularidad en la hora de sus comidas, les ayudaremos a estructurarse y desarrollarse armoniosamente.

En lo que respecta a los ritmos del cuerpo, hay una moderna invención que ha demostrado ser un desastre: el cambio de hora (para un supuesto ahorro de energía eléctrica). Ganaderos de todo el orbe han notado que el cambio de hora tiene un efecto perturbador sobre el ganado. Tras esta observación existen profundos mecanismos relacionados con los cuerpos sutiles. Los animales tienen un cuerpo etérico y un cuerpo astral. Cuando los ritmos de su vida se alteran, aparecen diversos problemas. El resultado es una menor productividad, la cual es apreciada inmediatamente por los ganaderos.

Sería una estupidez creer que el cuerpo humano no sufre con dicha interrupción de los ritmos naturales, que ocurre dos veces al año. El número de enfermedades graves y el desgaste general del cuerpo ocasionados por el cambio de hora, son probablemente mucho mayores de lo que se piensa. Esperemos que aumente la conciencia de este problema, así como que haya más investigadores que lleven a cabo estudios sobre sus efectos.

11.9 Algunas sugerencias sobre la comunicación con ángeles

Concluiremos el presente capítulo describiendo como se puede aplicar el arte de la sintonización a la comunicación con seres espirituales más  elevados. Durante la meditación, una experiencia común consiste en la visión de luces y colores no físicos. Tan pronto como se abra nuestro tercer ojo, veremos muchas de estas luces. Puede suceder que hayamos alcanzado un estadio en que veamos todo tipo de luces en la meditación y nos preguntemos cómo avanzar más. Dichas luces son muy bellas y el proceso proporciona cierta seguridad; pero, cuál es el próximo paso? Es el momento de recordar lo que hemos visto con anterioridad en este capítulo: Siempre que hay una vibración o una luz, hay un ser tras la misma. Los colores que aparecen frente a nosotros son como el atuendo, la apariencia externa de seres no físicos. El paso siguiente es, por tanto, sintonizar con las luces, a fin de discernir la presencia de los seres que están tras las mismas.

Otra experiencia que nos puede suceder, tanto en meditación como fuera de ella, es sentir a nuestro alrededor la presencia de un ángel o de algún ser espiritual elevado. No es raro tener dicha experiencia después de una descarga emocional importante (y sincera), cuando se practiquen las técnicas de regresión de Clairvision. Tendremos la sensación de que desciende una energía supremamente pacífica, la cual nos envuelve, derramando luz sobre todo nuestro ser.

Qué hay que hacer con un ángel? Se tiene la sensación de que el momento es precioso y de que, si no exhibimos la receptividad adecuada, gran parte de la experiencia podría perderse. Algunas personas tienden a tratar de establecer un diálogo con el ángel haciendo todo tipo de cuestiones, o incluso a canalizar el ángel dejando que el ángel hable a través de ellos y contestando las preguntas de otras personas. El problema de esta actitud, es que se trata de establecer una comunicación mental con un ser que procede de mucho más allá de la mente. Es un desaprovechamiento notorio, pues dicha presencia – bella y superconsciente – está cerca de nosotros y la estamos limitando con los conceptos de nuestra mente. En los términos del ejemplo antes citado, sería como tratar de hacer que el ángel quepa en nuestra jaula.

La propuesta de las técnicas de Clairvision es distinta: permaneceremos extremadamente inmóviles y en silencio, y sintonizaremos con el ángel. Nos convertiremos en el ángel. Permitiremos que su gloria se haga viva en nosotros. Obtendremos infinitamente más del momento, pues ahora la experiencia no estará limitada por filtro mental alguno. Por el contrario, permitirá que nos sean iniciados algunos patrones de conciencia completamente nuevos. Se desencadenarán muchas actividades dinámicas y funciones operativas del Ser Superior, lo cual poco a poco nos dará una vislumbre de los estados de conciencia que vendrán más adelante, y activará las semillas de la transformación que conduce a los mismos.

Este tipo de aproximación basado en la sintonización es totalmente análogo al que expresa el antiguo dicho sánscrito:

devo bhūtvā devam yajeta
Para adorar a un dios, primero hay que convertirse en el dios.

Cómo despertar el tercer ojo. Capítulo 12º

Cómo Despertar el Tercer Ojo

CAPITULO 12º

LINEAS LEY, LINEAS DE TIERRA Y POZOS DE ENERGÍA

12.1 El primer reflejo cuando se oye hablar de cáncer

El interés por las líneas Ley se originó hacia los años treinta del presente siglo, principalmente en Alemania y Francia, en algunas ciudades que eran lo suficientemente pequeñas como para que toda su población fuera tratada por uno o dos médicos solamente. Algunos médicos se toparon con el hecho que, en determinadas casas, los casos de cáncer surgían con una frecuencia inusual. El médico de familia trataba a la abuela de cáncer. La abuela fallecía. Cinco años después, el doctor veía como su hija venía exactamente con el mismo cáncer. Mientras tanto, la hija se había trasladado a la cama de la abuela. O bien una mujer traía a su marido con cáncer. Su marido fallecía. La mujer se volvía a casar y, algunos años más tarde, el nuevo marido, que dormía en la misma cama y en el mismo lado que el anterior, contraía exactamente el mismo tipo de cáncer que el primer marido…

Diversos casos como los anteriores despertaron la curiosidad de los médicos, los cuales decidieron buscar la ayuda de zahoríes profesionales. El resultado fue el descubrimiento de líneas de los así denominados «rayos de tierra» nocivos. Realmente, nadie sabe a ciencia cierta de qué están hechas estas líneas, aunque se ha hecho una costumbre denominarlas «líneas de rayos de tierra», o también «líneas Ley». Como nunca se ha identificado ningún rayo que tenga relación con dichas líneas, evitaremos el equívoco término «líneas de rayos de tierra», y nos referiremos a las mismas, más sencillamente, como «líneas de tierra».

La intensidad de las líneas varía de uno a otro lugar. El hecho esencial es que, cuandoquiera que los zahoríes investigan la casa de un paciente de cáncer, se encuentran líneas de tierra de intensidad nociva, bien en la cama del paciente, o bien en algún lugar donde el paciente pasaba mucho tiempo, como por ejemplo un despacho.

En Alemania se estableció una especie de batalla durante algunas décadas, en la que muchas autoridades médicas respetables trataron de desaprobar dicha teoría en su totalidad. Se condujeron estudios sobre miles de casos – en ocasiones sobre treinta o cincuenta mil pacientes de cáncer. Y, cada vez, los resultados estaban tan aplastantemente a favor de la existencia de dichas líneas de tierra perjudiciales, que los potenciales detractores se convertían en los más ardientes defensores.

Deberíamos resaltar el hecho de que dichas personas no eran facultativos marginales, sino científicos y profesores de medicina que estaban arriesgando su reputación y su carrera. Su sorprendente y casi unánime conclusión fue: es muy improbable que aparezca un cáncer, a menos que se haya estando durmiendo o permaneciendo con regularidad sobre una línea nociva. Dichas líneas de tierra perjudiciales fueron halladas en las casas de casi el 99% de los pacientes de cáncer.

En febrero de 1.987 se alcanzó el punto en que el propio gobierno de Alemania Occidental comenzó a invertir millones de marcos en un programa destinado a investigar los efectos de las líneas de tierra en los organismos vivos.

No se debería menospreciar la importancia de otros factores en la génesis del cáncer, tales como una dieta pobre o la tensión emocional. Una enfermedad y especialmente una tan seria como el cáncer, siempre es el resultado de una combinación de causas. Aún así, las estadísticas de los científicos germanos son tales que, siempre que oigamos «cáncer», nuestro primer reflejo debería ser: Busquemos las líneas! Y entonces mover la cama, o incluso cambiar de casa, en función de lo que se encuentre. Quitar al paciente de la línea nociva no es suficiente para curar el desorden, aunque parece que sea un factor importante para la mejora de las posibilidades de sanación del paciente.

Las líneas de tierra nocivas también han sido acusadas de otros procesos patológicos, como la muerte súbita de bebés, problemas en las articulaciones, migrañas, enfermedades del corazón, venas varicosas, incontinencia urinaria y muchos otros.

Una reacción normal cuando se duerme sobre una línea tóxica es tener sueños desagradables, insomnio, o noches pesadas que ocasionan fatiga. La sensación de estar más cansado por la mañana que antes de irse a la cama, es con frecuencia descrita por los pacientes. Por ejemplo, es muy típico el caso del niño que cada mañana se encuentra boca abajo en la cama, como si inconscientemente tratara de escapar de la línea nociva.

12.2 Hechos normalmente observados acerca de las líneas

  • Las líneas forman una malla o emparrillado que abarca toda la superficie terrestre – la malla de Hartmann. En dicha malla, las líneas están separadas entre sí unos 2,5 metros, aunque esta dimensión puede variar ligeramente de uno a otro lugar.
  • Las líneas no están confinadas a la superficie de la Tierra. Si se halla una línea en la planta baja de una casa, dicha línea será encontrada exactamente en el mismo lugar en todos y cada uno de los pisos de la casa.
  • Las líneas de la malla son en ocasiones altamente nocivas, y otras veces mucho más ligeras y no tan tóxicas. Aún así no es nunca recomendable dormir o sentarse sobre una línea.
  • Los cruces de líneas son especialmente nocivos.
  • En la vecindad de una falla geológica, se refuerza la intensidad (toxicidad) de las líneas.
  • Una corriente de agua subterránea origina una línea adicional particularmente nociva, la cual se añade a las de la malla. También hace que las demás líneas a su alrededor sean más tóxicas. Cuanto más intenso sea el flujo de agua, más nociva será la línea.
  • Las tuberías de agua – en una casa o por debajo de la misma – actúan como pequeñas corrientes de agua subterránea.
  • Los cables eléctricos generan líneas adicionales.
  • Cuando se construye una casa como una jaula de Faraday, con metales y cables eléctricos por todas partes, las líneas se refuerzan y aparecen líneas adicionales. Esto hace que los rascacielos sean un desastre ecológico.
  • La fuerza y anchura de las líneas es:

– Reforzada durante tormentas o tiempo tormentoso.

– Multiplicada por dos entre la 1 y las 2 de la madrugada.

– Multiplicada por tres en la luna llena.

  • La mayoría de organismos vivos enferman cuando se ubican en las líneas: las plantas se mueren, los árboles experimentan crecimientos cancerosos, se favorecen todos los procesos de putrefacción. Los cruces de líneas son, por consiguiente, lugares muy adecuados para colocar el abono orgánico – pero no la cama.
  • Por otra parte, determinadas plantas y animales parece que prosperen en las líneas. Esto sucede, más que con ningún otro árbol, con el roble, el árbol sagrado de los druidas. La mayoría de los robles antiguos y de gran tamaño se encuentran sobre líneas potentes. Otros «buscadores de líneas» entre los árboles son los sauces, fresnos, abetos… Entre las demás plantas: muérdago, hongos y setas, espárragos…

Las hormigas aman las líneas, lo cual encaja bien con su función de limpiadoras de todo lo que se descompone en la naturaleza. Los hormigueros suelen encontrarse sobre una línea pesada. Esto nos debería hacer cautos cuandoquiera que hallemos un hormiguero cercano a nuestra casa.

A diferencia de los perros, se dice que los gatos buscan las líneas. Así, tradicionalmente se ha dicho que el sitio que suele preferir el gato, no será un buen lugar para nosotros. No obstante, según mi propia experiencia, los gatos de hoy en día buscan más los cojines que las líneas de tierra. Así que, si nuestro gato va derecho a nuestra almohada cada vez que encontremos un nuevo sitio para la cama, no hay que preocuparse.

Los escarabajos y las termitas también son atraídos por las líneas, así como los parásitos y microbios (de ahí los procesos de putrefacción).

12.3 Líneas Ley y líneas de tierra

Estrictamente hablando, debe hacerse una distinción entre las líneas Ley y las líneas de tierra. Las líneas de tierra forman una malla aproximadamente cuadrangular, la cual hemos descrito anteriormente. Son las que han sido acusadas de la génesis del cáncer y muchas otras enfermedades. Dichas líneas de tierra, que mucha gente denomina líneas de rayos de tierra, son también denominadas a veces como la red de Hartmann o la malla (parrilla) de Hartmann.

Las líneas Ley, por otro lado, son también líneas de energía telúrica, aunque de distinta naturaleza. No forman una malla cuadrangular y hay una distancia mucho mayor entre ellas: las líneas Ley distan entre sí en ocasiones hasta cientos de kilómetros. Las líneas Ley no son perjudiciales para la salud, sino que son más bien unas líneas de intensidad espiritual que recubren todo el planeta. Se dice que lugares sagrados como – por ejemplo – Glastonbury o la catedral de Chartres se encuentran ubicados sobre líneas Ley.

Pero en la práctica, muchos zahoríes o exploradores de líneas tienden a emplear el mismo término – líneas Ley – tanto para las líneas Ley como para las líneas de tierra.

En el presente capítulo examinaremos las líneas de tierra de la red de Hartmann, dado que se encuentran por todas partes y conciernen a todo el mundo. Debería quedar claro que existen otras mallas de energías telúricas, además de las citadas; pero para simplificar las cosas, no nos ocuparemos de ellas por el momento.

12.4 Qué son estas líneas?

Nadie conoce la naturaleza exacta de estas líneas. El término «rayos de tierra» es equívoco: pese a que todo el fenómeno aparece como una especie de radiación telúrica, nunca se han identificado «rayos» reales.

Desde el nivel de la clarividencia, dichas líneas de tierra no aparecen como líneas, sino como paredes. Esto también podría haberse deducido del hecho de que una línea que se encuentre en la planta baja de un edificio, también se detectará en el mismo lugar en cada uno de los pisos.

Desde el tercer ojo, estas paredes pueden verse como una especie de energía humeante. Cuanto más tóxica sea una línea, más neblinosa, densa y espesa aparecerá su energía. Por ejemplo, durante tiempo tormentoso o hacia la Luna llena, las paredes de las líneas aparecerán sensiblemente más anchas y oscuras.

Cuanto más tóxica sea una línea, más nauseabunda será la sensación que nos dará sintonizar con la misma.

Las líneas, y especialmente las más nocivas, parecen concentrar energías negativas. Este efecto se maximiza en el cruce de líneas. Podríamos decir que las líneas actúan como cubos de basura, recogiendo toda la «suciedad etérica» de una habitación.

Las casas que parecen tener malas vibraciones y hacer que la mayoría de las personas se sientan incómodas, suelen estar construidas sobre una malla de líneas nocivas. Cuando se encuentra un ente – o parásito no físico – en una habitación, casi siempre está en un cruce de líneas.

12.5 Pozos de energía

Siempre que hay un dragón hay una princesa! Los pozos de energía son la contrapartida positiva de las líneas de tierra nocivas. Los pozos de energía son más misteriosos y, ciertamente, no están tan bien documentados como las líneas.

Si se han leído las aventuras de Carlos Castaneda, probablemente se recordará cómo Don Juan le hacía buscar «su sitio» en una habitación, aquel lugar donde podía estar protegido y a salvo. Eso es un pozo de energía. Los pozos de energía son lugares dotados de propiedades curativas, así como de propiedades espirituales. Son lugares donde es más fácil rezar, meditar o conectar con los mundos espirituales. Cuando un ángel desea derramar su luz en una habitación, un pozo de energía es un buen lugar para que descienda.

En el nivel de la clarividencia, un pozo de energía se parece a una columna de luz, o incluso a un géiser de luz (aunque no están relacionados con cambio alguno de temperatura). A menudo, el diámetro de la columna oscila entre 45 y 60 centímetros, y posiblemente más si encontramos uno de los grandes.

Así como las líneas pueden clasificarse de acuerdo con su toxicidad, los distintos pozos poseen tamaños, intensidades y potencial sanador diferentes. Pero, al contrario que las líneas y su malla, no parece que haya ningún patrón regular de distribución de los pozos – ninguno que yo sepa, al menos.

12.6 Líneas y práctica espiritual

Si queremos aprender acerca de la energía, en nuestro interior y en nuestro exterior, ciertamente hemos de tener mucho cuidado con las líneas, pues la malla de un lugar determinará su calidad de energía y, por consiguiente, la calidad de nuestra propia energía cuandoquiera que allí estemos.

No existe ningún organismo vivo cerrado. En el nivel de la energía, aún más que en el de la materia, estamos constantemente involucrados en múltiples intercambios con nuestro entorno. Para llegar a ser clarividente y entrar en contacto con nuestro Ser Superior, precisaremos una profunda transformación de nuestros cuerpos sutiles. Esta alquimia será fomentada, o retardada, en función de si nos situamos en una posición en que la malla trabaje a favor o en contra nuestro. Es, por tanto, fundamental explorar la malla del lugar donde vivimos y asegurarnos que no estemos durmiendo o meditando sobre una línea.

Esta regla se hace todavía más importante cuando se efectúen períodos de meditación prolongados, como – por ejemplo – durante un curso o un retiro. Mientras meditamos nuestro cuerpo de energía, o cuerpo etérico, se abre de forma significativa y, por tanto, se amplifican los intercambios de energía con nuestro entorno.

Si meditamos sentados sobre una línea, en especial durante períodos prolongados, correremos un elevado riesgo de coger energías incorrectas y dañarnos. Nos podemos sentir incómodos e inquietos. Son síntomas muy comunes cuando se efectúan largos períodos de meditación: no hace falta estar sobre una línea para sentirse así. Pero la agitación tomará proporciones mucho mayores si estamos sobre una línea. Y si la línea es mala, no hay virtualmente límite al daño que podemos infligir a nuestro cuerpo. Los profesores de meditación deberían ser particularmente conscientes de la malla en la habitación donde den sus clases, pues los estudiantes tienden a llenar el espacio disponible y es muy probable que algunos de ellos acaben sentándose en el sitio incorrecto.

Estamos introduciendo un concepto que hoy en día no está muy extendido, aunque en el pasado muchas culturas tradicionales estaban familiarizadas con el mismo: los resultados de la práctica espiritual dependen del lugar donde se efectúe la práctica. Esto no solo es aplicable al espacio general o al edificio, pues incluso dentro de una habitación, diferentes emplazamientos pueden inducir experiencias completamente distintas. Hallar el lugar que es adecuado para uno mismo es tan importante como encontrar la enseñanza o técnica correcta.

Esto también es aplicable a la sanación y a las terapias en general. Si se pone la mesa de masaje o acupuntura sobre un pozo de energía, los resultados serán diez veces mejores que si no se hace así. Además, para un ayudante invisible será mucho más fácil venir y echarnos una mano. El pozo hará la mitad del trabajo para nosotros, si no más. Contrariamente, si practicamos acupuntura, regresión, renacimiento (rebirthing) o algo semejante sobre una línea tóxica, podemos acabar haciendo que nuestros clientes estén peor tras nuestro tratamiento.

Encontrar las líneas es extremadamente sencillo! En los cursos de Clairvision, al menos el 80% de los estudiantes consigue encontrarlas el primer día que lo intentan, siempre y cuando hayan seguido – solo seguido, ni siquiera dominado – las técnicas preliminares de apertura del tercer ojo, tal como se han indicado en el presente libro.

12.7 Exploración de las líneas: el equipo

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Se necesitan dos varillas en forma de «L» y dos bolígrafos.

Las varillas serán de alambre grueso. El lado más largo de la «L» es de aproximadamente 40 centímetros (400 milímetros), y el más corto de unos 12 centímetros (120 milímetros). Unos cuantos milímetros de más o de menos no tienen importancia.

Una forma muy práctica de hacer las varillas es a partir de dos perchas de alambre, cortándolas con las dimensiones antes indicadas. Si no se dispone de perchas de alambre, puede emplearse cualquier tipo de alambre metálico, siempre que sea lo suficientemente rígido como para mantener la forma de «L».

Entonces cogeremos dos bolígrafos baratos, les quitaremos la punta y la carga de tinta, y nos quedaremos únicamente con la carcasa plástica exterior. Insertaremos los lados más cortos de la «L» de nuestras varillas en el interior de las carcasas de los bolígrafos. Es todo cuanto precisaremos para explorar líneas.

IMPORTANTE: las varillas deberán poder girar libremente en el interior de las carcasas de los bolígrafos, por lo que hemos de asegurarnos que:

1)Hemos hecho el ángulo de 90 entre ambos lados de la varilla de forma clara, y no con una curva progresiva.

2) A cada lado de la «L» el alambre está tan recto como sea posible. Si el lado más corto de la varilla está doblado, aunque solo sea ligeramente, podría tener lugar una fricción indeseada que impediría el libre movimiento de la varilla.

Sugiero que se dejen estas varillas con sus carcasas en el maletero del coche, de modo que estén a mano siempre que precisemos explorar líneas.

12.8 Aprendizaje de la actitud ojo-vientre para la exploración de líneas

La exploración de líneas guarda relación con la conciencia ojo-vientre, o sea, estar consciente a la vez en el ojo y en el área debajo del ombligo. Para desarrollar la conciencia ojo-vientre hay que practicar primero paseando por la habitación, manteniendo una fuerte conciencia del área del ombligo o, más exactamente, del centro de energía que está unos 2 ó 3 centímetros por debajo del ombligo. No se necesita localizar dicho centro con exactitud, siendo suficiente con estar conscientes del área por debajo del ombligo. Caminaremos «desde el vientre». Imaginémonos que somos un cowboy o un policía americano, pues ambos suelen ser bastante buenos caminando desde su vientre. O bien andemos como un maestro japonés de artes marciales.

Las líneas están hechas de una energía etérica que está muy cercana al plano físico. Desde un punto de vista experiencial, la clave para el etérico es: vibración. Dicho llanamente, siempre que sintamos una vibración estaremos sintiendo el etérico. Algunas vibraciones etéricas son bastante delicadas y sutiles, a medio camino entre una luz y una vibración. Otras, por el contrario, como las que sentimos cuando sintonizamos con las líneas, son «más densas» y más tangibles físicamente. Para explorar las líneas, hemos de estar conscientes de la vibración en nuestro vientre, y no estar flotando en la luz por algún lugar sobre nuestra cabeza. Cuanto más estemos en la vibración, más cerca estaremos de la percepción de las líneas.

Entonces restableceremos la conciencia centrada en el ojo y practicaremos unos cuantos segundos de reconexión: nos haremos conscientes de la vibración en el entrecejo, respiraremos con la fricción en la garganta y conectaremos la fricción con la vibración en el ojo.

Mantendremos una fuerte conciencia de la vibración en el ojo y permaneceremos simultáneamente conscientes del área debajo del ombligo. Estaremos conscientes de la vibración, tanto en el ojo como debajo del ombligo. Practicaremos, paseando por la habitación con nuestra conciencia ojo-vientre. Notaremos que una fuerte vibración en el ojo nos permitirá estar todavía más en el vientre. Varias técnicas de protección – las cuales se detallarán en los capítulos 18 y 20 – están basadas en el fortalecimiento de nuestra energía mediante un fuerte foco mantenido simultáneamente en el ojo y en el vientre.

12.9 Técnica de exploración de líneas



Equivocado, demasiado alto


Correcto

Cogeremos una varilla con cada mano, más o menos a la altura del ombligo. Si las cogemos como si fueran pistolas, tendremos la altura adecuada y, probablemente, también la conciencia correcta del vientre: una vez más, no es la ocasión para estar por las nubes, sino bien anclados a tierra en la vibración.

Un error muy corriente consiste en bloquear las varillas con los pulgares. Las varillas deben dejarse girar libremente.



Incorrecto


Correcto

Comenzaremos a caminar despacio, como un tigre, con una fuerte conciencia de la vibración, tanto en el ojo como debajo del ombligo. Mantendremos nuestras manos firmes, para evitar cualquier movimiento de las varillas. Las varillas apuntarán frente a nosotros. Si se balancean, debería ser un signo de que hay una línea, y no debido a nuestros propios movimientos al andar. No hemos de bloquear las varillas con los pulgares, han de estar libres. Hemos de estar sintonizados con cualquier sensación que pudiera provenir de nuestro vientre. Seguiremos respirando con la fricción en la garganta, caminando despacio:

Cuando atravesemos una línea:

1) Las varillas se balancearán y se posicionarán paralelas a la línea. Para determinar la posición de la línea, bastará con mirar la dirección a la que apunten las varillas. No influye nada el hecho de que las varillas giren a la derecha, a la izquierda, o cada una hacia un lado.

2) Cuando se cruza una línea, justo una fracción de segundo antes de que gire la varilla, puede sentirse una sensación muy «física» en el vientre. Es lo que denomino la «señal del vientre». En realidad no es una sensación muy agradable. Cuanto más tóxica sea la línea, más incómodos nos sentiremos en nuestro vientre. Es un modo sencillo de determinar el grado de toxicidad de una línea.

Tan pronto como tengamos una idea aproximada de la orientación general de la malla, es preferible que caminemos en una dirección perpendicular a las líneas. Entonces la rotación de las varillas cada vez que crucemos las líneas será más clara. (Si camináramos casi en paralelo a las líneas, las varillas apenas girarían en el momento crucial de atravesarlas). Es recomendable llevar un rollo de cinta adhesiva, la cual pegaremos al suelo cada vez que crucemos una línea, para así mejor recordar su posición.

Dado que las líneas forman una malla aproximadamente perpendicular, con frecuencia hallaremos dos grupos de líneas, siendo las de un grupo perpendiculares a las del otro. Una vez hayamos explorado todas las líneas de un grupo, pasaremos a caminar perpendicularmente a las mismas, para explorar la otra parte de la malla.

Qué ocurre si encontramos una línea que no encaja en la malla, como por ejemplo una línea diagonal? Esto indicaría que se ha localizado algo añadido a la malla natural, como un cable eléctrico, una tubería de agua, o incluso una corriente de agua subterránea. Entonces hay que ir (aún más) al ojo, sintonizar con la línea y tratar de averiguar qué es. Generalmente los cables eléctricos generan líneas moderadas. El agua subterránea crea el tipo de líneas que nos ponen enfermos cuando las sintonizamos. Las tuberías de agua están más o menos entre ambas, en función del volumen de agua que circule por las mismas.

12.10 Exploración de líneas: lo que hay que hacer o evitar

  • Si las varillas comienzan a girar incluso antes de comenzar a caminar, consideremos la posibilidad de que efectivamente estemos sobre una línea! Caminemos uno o dos pasos y comencemos de nuevo.
  • Supongamos que encontremos una línea originada por un cable y no existe cable alguno bajo el suelo, qué significa esto? Posiblemente el cable está en el techo! Las líneas no solo se generan por encima de un cable o tubería, sino también por debajo de los mismos.
  • No hay que explorar líneas durante un período de tiempo demasiado prolongado y en el mismo día. A menos que estemos muy entrenados, la práctica puede ser agotadora si se prolonga durante más de media hora. Esto se debe a una sencilla razón: para percibir algo, hemos de sintonizar con ello. Si se pretende explorar líneas, hay que conectar con su energía. Dado que estas líneas son nocivas por naturaleza, fácilmente podemos entender por qué su exploración es un deporte agotador.

Por esta razón no es aconsejable explorar líneas cuando estemos bajos de energía o deprimidos. La exploración de líneas no es una buena actividad para mujeres embarazadas ni para niños.

  • Después de explorar líneas hay que lavarse las manos con agua corriente durante un tiempo lo suficientemente largo, de acuerdo con el método descrito en la sección 4.12. ducharse es todavía más indicado.
  • Existen numerosas asociaciones de zahoríes y de exploradores de líneas, la mayoría de las cuales organizan días en el campo para buscar líneas de tierra. Sería una buena idea unirnos a una de ellas durante uno o dos domingos, con el fín de comprobar que nuestra técnica de exploración es exacta.

12.11 La señal del vientre

En el capítulo 11 se vio cómo – mediante el arte de sintonizar -podemos aprender a dejar que las cualidades de un objeto se «hagan vivas» en nuestra conciencia. Para el aprendiz de clarividente, la exploración de líneas es uno de los ejemplos más impresionantes de dicho proceso. Se verá que las líneas son particularmente fáciles de sintonizar. Y que, cuando se atraviesa una línea con las varillas, tiene lugar un efecto tangible en el área del ombligo, alrededor del chakra manipura de la tradición hindú. Es una sensación «en las tripas», muy «física» – inconfundible. El proceso de exploración de líneas es un ejemplo claro de cómo podemos sintonizar y, entonces, sentir como respuesta una modificación de nuestra energía.

Como consecuencia de este efecto tangible, los estudiantes suelen tener una sorpresa agradable: tienden a sentir las líneas en los mismos lugares, incluso si están explorándolas por vez primera.

La exploración de líneas de tierra es notable en el sentido de que probablemente es, de entre todas las percepciones extrasensoriales, la más fácil de objetivizar y reproducir. Si alguien intentara demostrar científicamente la existencia de fenómenos de percepción extrasensorial, ciertamente le recomendaría que trabajara con las líneas de tierra.

Respecto a la «señal del vientre»: es interesante apuntar que determinada fracción de la población parece ser incapaz de explorar líneas – alrededor del 10% de los estudiantes que conozco. Parece que haya una correlación entre la incapacidad de explorar líneas y los bloqueos emocionales en el área abdominal. Dicho en otras palabras, estos exploradores sin fortuna son, de forma sistemática, quienes tienen las mayores obstrucciones de energía en el área del ombligo. Cuando dichos estudiantes siguen un proceso de regresión, liberando sus bloqueos en el abdomen, ganan (o más bien recuperan) la capacidad de explorar adecuadamente.

12.12 Sintiendo las líneas sin varillas

Una vez podamos ubicar las líneas de la malla siguiendo el método de exploración antes indicado, el siguiente paso será sentir las líneas sin utilizar las varillas. Esto sorprenderá en buen grado a nuestros amigos zahoríes o exploradores de líneas. Es una situación bastante divertida: cómo es posible que, tras estar unas cuantas semanas explorando líneas, no solo las encontremos sino que también lo podamos hacer sin varillas, cuando ellos han estado trabajando en ello durante años y no tienen ni idea de cómo hacerlo así? En realidad, es debido a que nuestra exploración de líneas proviene del entrenamiento sistemático de la percepción, no es una habilidad aislada.

Con una fuerte conciencia en el ojo, no es realmente difícil sentir las líneas con las manos, sin las varillas.

Comenzaremos caminando despacio por la habitación, con las manos frente a nosotros. Como antes, mantendremos una fuerte conciencia de la vibración, tanto en el ojo como debajo del ombligo. Respiraremos con la fricción en la garganta para amplificar la vibración. Sintonizaremos con las líneas desde el vientre.

Cuando se atraviese una línea, nuestras manos sentirán una ligera resistencia, como si nos estuviéramos encontrando con algo más espeso y denso que el aire de la habitación. En ocasiones también habrá una ligera vibración, que se transmitirá a nuestras manos cuando «toquemos» una línea. Demos un paso atrás y vayamos de nuevo a la línea, poco a poco. Explayémonos en la sensación, aprendamos a reconocerla. De hecho, es más apropiado emplear la palabra «pared» que línea, puesto que lo que sentiremos es, en realidad, una pared de vibración, como si fuera una pared de humo.

Como de costumbre, hay un secreto: práctica, práctica, práctica! Si practicamos, seremos capaces de entrar a una habitación y, de inmediato, saber dónde están las líneas y qué grado de nocividad tienen. No se necesitarán varillas. Ni siquiera hará falta caminar por la habitación.

12.13 Visión de las líneas

Ver las líneas, o más bien las paredes de energía humeante, no es mucho más difícil que ver halos o luz alrededor de las personas. Las técnicas que se emplean son exactamente las mismas que se han descrito en los capítulos acerca de la visión.

Implementaremos el triple proceso de visión:

1) Inmovilidad y foco en el ojo, parpadeando lo menos posible.

2) No buscaremos las líneas. Nos haremos conscientes del hecho de ver, o estado de visión. Si no alcanzamos el estado de visión, nos limitaremos a sentir la imagen frente a nosotros, en vez de mirarla.

3) Trataremos de sentir desde el corazón y, en este caso, también desde el vientre al mismo tiempo. Si encontramos difícil estar en el ojo, el corazón y el vientre a la vez, nos limitaremos al ojo y el vientre. Miraremos desde el vientre, a través del ojo. Si aún esto es demasiado difícil, nos enfocaremos principalmente en el vientre, de 2 á 3 centímetros por debajo del ombligo.

Consejos para principiantes

  • Cuantas más personas en la habitación estén en el ojo, más fácil será ver.
  • Será más fácil ver las líneas si se intenta mientras otra persona las está explorando en la habitación.
  • Según ni propia experiencia, cuando varios principiantes tratan todos a la vez de sintonizar con un objeto, o bien de verlo clarividentemente, se crea en la habitación una gran nube de energía caótica, la cual hace que incluso clarividentes experimentados tengan dificultades en poder discernir cosa alguna. En ocasiones hay que dejar pasar hasta media hora, antes de que alguien pueda percibir de nuevo alguna cosa.

Esto mismo es aplicable a las líneas de tierra: si tratan de verlas al mismo tiempo demasiados estudiantes inexpertos, es muy probable que – tras treinta segundos – absolutamente nadie pueda ver nada de nada.

  • Practiquemos la visión de las líneas hacia la Luna llena y por la tarde, cuando son más anchas.

Práctica 12.14. El aura del explorador de líneas

Una práctica interesante consiste en sentarnos tranquilamente, implementar el triple proceso de visión y observar el aura de alguien que esté explorando líneas. Cada vez que cruce una línea podrá verse un cambio en los colores e intensidad de su aura. Incluso si aún no se ven los colores con claridad, no será demasiado difícil sentir la modificación que tiene lugar en la energía de dicha persona.

Trataremos también de sintonizar en la energía de su vientre. Cuando atraviese una línea podremos sentir la «señal del vientre» en la persona. Si la línea es realmente tóxica, puede fácilmente hacernos sentir un poco mal – incluso desde cierta distancia – si estamos sintonizando con la energía del explorador de líneas.

Práctica 12.15. Diagnosis de estrés geopático

A medida que avancemos podremos desarrollar una interesante habilidad en la diagnosis: sentir las huellas que las líneas dejan en la gente. Si alguien está durmiendo sobre una línea durante meses, le queda una traza en su energía, y podremos realmente sentir y ver la energía de dicha línea en la persona.

Esta práctica es mucho más fácil de lo que pueda parecer. Sólo se requiere haber desarrollado cierta sensibilidad hacia las líneas. Esto es, se precisa saber exactamente cómo se siente la energía de una línea. Entonces, cuando sintonicemos con alguien, buscaremos dicha sensación. Si alguien tiene en su energía trazas de líneas de tierra nocivas, queriendo con esto decir que sufre de lo que se ha denominado «estrés geopático», reconoceremos la «sensación de la línea», que es la misma que sentimos cuando sintonizamos con la malla. Esto nos dará la capacidad de sospechar con rapidez si una enfermedad puede deberse a una línea tóxica.

12.16 Encontrando pozos de energía

El tema de los pozos de energía es mucho más misterioso que el de las líneas de tierra nocivas. Se ha hablado muy poco acerca de los mismos. Encontrar los pozos presupone una gran comprensión de las fuerzas telúricas y, asimismo, requiere que se cultive un cierto respeto hacia la tierra, que se aprecien sus energías.

Para encontrar pozos de energía se precisan dos cualidades importantes: respeto y sintonía. No seremos nosotros quienes hallemos los pozos, sino que será la tierra la que nos los mostrará a nosotros – quizás – si la tierra siente que somos buenas personas.

Qué es una buena persona desde el punto de vista de la tierra? Llegamos al lugar con nuestra cabeza llena de la actividad mental que genera la vida moderna; pero la tierra vibra a una frecuencia bastante diferente. El primer paso consiste en estar en sintonía con la tierra, dejarnos vibrar a su frecuencia. La tierra también es sensible a nuestro magnetismo, aprecia y respeta a las personas de una cierta densidad. Hemos de estar preparados en nuestro vientre y conectar la energía del vientre con la tierra, anclando la fuerza de nuestros chakras inferiores en la tierra. Por tanto, antes de explorar la casa, es recomendable emplear unos cuantos minutos caminando a su alrededor, sintiendo la energía del área y conectando con la misma.

Una vez estemos con la disposición interior correcta, cómo encontraremos los pozos? Si hemos alcanzado cierta clarividencia, será bastante sencillo: bastará con mirar a nuestro alrededor. Un pozo de energía se parece a una pequeña fuente de energía, un pequeño géiser, una columna de luz. Incluso si aún no resulta fácil ver auras, practíquese el triple proceso de visión y examínese el espacio de la habitación desde el ojo. Si se está en sintonía con la energía del lugar, puede que tenga lugar una visión repentina e inesperada..

Entonces comenzaremos a caminar muy despacio por la habitación, con las palmas frente a nosotros, como si estuviéramos tratando de sentir las líneas sin las varillas (sección 12.12). Hay un vocablo alemán de difícil traducción, gemütlich, que significa «lleno de sentimiento», bello y confortable para el alma – y así es exactamente como se siente un pozo de energía.

Por experiencia propia, los pozos de energía se encuentran a menudo adyacentes a una línea de tierra (aunque no en la línea). Por consiguiente, no nos hemos de preocupar si encontramos uno en el borde de una línea, pues no hay nada malo en ello.

El tamaño de los pozos de energía varía. Los que se ven en Sydney, suelen ser de entre 30 y 60 centímetros de diámetro, e incluso algo más. Pero, por ejemplo, hay emplazamientos aborígenes donde se pueden encontrar pozos mucho mayores. Ciertos lugares son realmente mágicos, con pozos de energía por todas partes, como fuegos artificiales de hadas. Caminar por dichos sitios con la conciencia correcta nos transportará a otra dimensión de la existencia.

Las propiedades de los pozos de energía varían de unos a otros. Algunos tienen un valor más inspirativo, mientras otros lo tienen curativo. Hemos de sintonizar con el ser del pozo para descubrirlo, aunque hemos de ser muy dulces, pues estos seres son reservados. Hemos de mirar sin mirar, sintonizando como desde la distancia. De otro modo, ocultarán su energía y el pozo permanecerá indetectable para nuestro ojo. Únicamente cuando hayamos ganado cierta familiaridad con el pequeño ser que está tras el pozo, éste nos revelará todos sus secretos.

Todavía está todo por descubrir acerca de los pozos de energía!

12.17 Podemos neutralizar líneas de tierra nocivas?

Los exploradores de líneas han efectuado numerosos intentos de neutralizar las líneas nocivas. Se han diseñado muchos artilugios, tales como varillas de cobre de diversas formas, bobinas de plomo, aparatos electromagnéticos, velas, lámparas de aceite, mandalas y signos mágicos bajo la moqueta. Tras haber examinado muchos de ellos, he llegado a la conclusión de que, en realidad, nada funciona. Algunos artilugios brindan una mejora temporal, pero no he visto nada que dure. Tras algunas semanas, o como mucho unos cuantos meses, la malla recobra su carácter nocivo.

Tal vez la respuesta sea de una naturaleza diferente. Aunque algunas de las líneas sean malas para nuestra salud, no son necesariamente malas para la Tierra. Las líneas son para la Tierra lo que los meridianos de la acupuntura son para el cuerpo. Por qué deberíamos tratar de bloquear dichos flujos?

Quizás la solución no resida en intentar corregir la malla natural de la Tierra, sino en ubicar nuestras casas en puntos que sean apropiados para la vida humana. La malla no es nociva en todas partes: muchos lugares poseen una energía amable. Si construimos una casa justo encima de una corriente de agua subterránea, aseguraremos la existencia de una malla nociva por toda la casa. Pero si construimos dicha casa a cincuenta metros, puede que no haya ninguna consecuencia desfavorable.

En Australia, donde las energías telúricas son particularmente fuertes, he visto algunas casas construidas sobre enterramientos aborígenes, o sobre lugares que los aborígenes tradicionalmente juzgaban inapropiados para la habitación humana. En dichas casas la gente se sentía enferma y peleaba todo el tiempo, iban a la quiebra, cometían suicidio… Incluso los gatos, que suelen pasárselo muy bien en las líneas, se escondían en los armarios y tenían malestares nerviosos. Sería razonable comenzar una guerra contra la tierra para limpiar tales lugares, o deberíamos considerar que nunca debería haberse construido ninguna casa allí?

El problema real reside en que no estamos viviendo en armonía con las energías de la Tierra. Ubicamos nuestros edificios siguiendo consideraciones mentales, tras haber dibujado unos bonitos cuadrados sobre un plano. Estamos desconectados de la tierra: ni siquiera tratamos de consultarla antes de construir sobre ella. Y entonces, cuando las vibraciones de la casa son horrendas, pretendemos que la tecnología venga a nuestro rescate, para interrumpir los flujos telúricos naturales y convertir nuestro desastroso lugar en una agradable casita de campo.

La respuesta real es introducir a arquitectos y constructores en la ciencia de las líneas y pozos telúricos. Y en lo que a nosotros respecta, comprobar la malla y las vibraciones de una casa antes de trasladarnos a la misma.

Qué podemos hacer en la práctica? Explorar nuestra casa con gran detalle, pues siempre hay una malla de líneas, separadas entre sí de 2 á 2,5 metros. Pero en muchos casos la malla no es particularmente nociva. Aún así, necesitamos estar seguros que ninguna línea atraviese nuestra cama, que no meditemos sobre una línea y que ninguno de los sitios donde regularmente nos sentamos esté sobre una línea. No debemos dudar en cambiar el mobiliario si es preciso.

La segunda etapa es comenzar a cazar (dulcemente!) los pozos de energía por toda la casa y explorar lo que podemos ganar de los mismos. Todo esto implica que tendremos que reconsiderar nuestros hábitos y comenzar a utilizar el espacio en armonía con la energía de la casa. Si podemos ser lo suficientemente brillantes como para diseñar el interior de nuestra casa de tal modo que meditemos, durmamos, comamos, trabajemos… sobre pozos de energía, los beneficios serán inmensos en lo que respecta a nuestra salud física, mental y espiritual.

Qué pasa si la malla es nociva, o llena de líneas adicionales, o si la casa se ha diseñado de modo que dondequiera que pongamos la cama hay un cruce de líneas? Mi consejo es trasladarse de casa. El despertar espiritual es un proceso de apertura, el cual no puede ocurrir suavemente en un lugar donde las vibraciones sean tóxicas. Cuando pasemos por hondas transiciones, precisaremos que nuestro entorno nos apoye, no que vaya en contra nuestra. Hemos de encontrar un sitio que sea 100% idóneo para nosotros. Esta es una parte importante de la búsqueda espiritual y por lo tanto, si nuestra motivación es correcta, el Universo nos apoyará.

12.18 Una geografía de la iluminación

Si realmente se desea saber acerca de la energía, sugeriría aplicarse a percibir las líneas, hasta alcanzar el punto en que pueda inmediatamente saberse donde están las líneas, tan pronto como se entre en una habitación. No importa si al principio no pueden verse; pero hay que desarrollar la sensación hasta el punto en que podamos abrir la puerta, sintonizar y sentir dónde están las líneas, sin ni siquiera tener que caminar por la habitación. Esto estructurará una honda conexión con las energías de la tierra.

Entonces, cuando visitemos un sitio nuevo, evitaremos las líneas automáticamente y escogeremos el lugar idóneo para sentarnos. Esto ocurrirá espontáneamente, sin ni siquiera tener que pensar en ello. Nos limitaremos a sentarnos en cualquier sitio, y después nos daremos cuenta que hemos cogido otra vez un pozo de energía. Y si `por alguna razón nos sentamos alguna vez sobre una línea, recibiremos inmediatamente una señal desde el vientre y sentiremos el deseo de movernos de ahí. Ni siquiera se necesita ver las líneas clarividentemente para alcanzar este nivel, pues es suficiente con entrenarnos sistemáticamente para sentirlas.

A medida que nos hagamos más conscientes de las energías telúricas, nos sorprenderá ver como algunas personas están siempre yendo de unas líneas a otras, debido a algún tipo de extraño magnetismo. Si hay un cruce pernicioso en nuestro salón, caminaran derechos hacia allí y se sentarán. Si hay una casa maldita disponible en la ciudad, se apresurarán a alquilarla. E incluso si su casa es bastante correcta en lo que respecta a las líneas de tierra, se las arreglarán para poner su cama en el peor cruce de líneas que puedan encontrar. ¡De algún modo, podríamos decir que dichas personas han desarrollado sensibilidad hacia las líneas! Pero inconscientemente la emplean contra ellas mismas. Estos kamikazes de las líneas de tierra, se beneficiarían enormemente de trabajar en su ojo y aprender a explorar las líneas. No obstante, nos encontraremos que muchos de ellos rechazan obstinadamente siquiera intentarlo, o incluso sencillamente reconocer la existencia de las líneas.

Esto nos llevará a sentir que hay una correspondencia entre nuestra propia calidad de la energía y los lugares donde nos sentemos, sea en nuestra casa o incluso en un restaurante, el cine o la casa de un amigo. Esto significa que muchas personas eligen inconscientemente lugares perjudiciales para perpetuar sus desórdenes y faltas de balance energético. Pero también significa que, eligiendo sistemáticamente lugares de alta calidad energética, podremos influenciar positivamente nuestro estado de salud y de conciencia – tal vez mucho más de lo que pensamos. Esto también sugiere que dos personas pueden vivir en el mismo ambiente y, aún así, estar en dos mundos diferentes, al estar uno de ellos sistemáticamente sobre las líneas y el otro sobre los pozos de energía.

Como estamos llegando al final del presente capítulo, tengo que pedir un favor. El conocimiento de las líneas es bastante sencillo, a la vez que los problemas que puede ahorrar son enormes. Por favor, háblese de las líneas de tierra. Discútase este asunto en profundidad con amigos y familiares. No se pierda nunca la oportunidad de convertirlo en tema de conversación. Si se es un periodista, escríbase acerca de ello o consígase que se emita por radio o televisión. Si se es un facultativo médico, explíquese la materia a los pacientes. No estropeará nuestra reputación, gracias a la enorme cantidad de evidencias científicas disponibles para poder respaldar el fenómeno. Esto deberíamos entenderlo como un acto de la más elevada compasión, para crear tanto interés sobre este tema como nos sea posible.