Cómo despertar el tercer ojo 19 y 20

Cómo despertar el tercer ojo 19 y 20

Cómo despertar el tercer ojo. Capítulo 19º en audio

Cómo despertar el tercer ojo. Capítulo 20º en audio

Cómo Despertar el Tercer Ojo. CAPITULO 19º en texto

EJERCICIOS PARA BEBÉS

19.1 El aura de una mujer embarazada

El aura de una mujer preñada es una de las más fáciles de ver, puesto que es particularmente luminosa y está llena de oro. Esto explica por qué una mujer preñada despierta con frecuencia un sentimiento de respeto, sino de admiración. Incluso si las personas a su alrededor no son capaces de ver su aura conscientemente, inconscientemente registrarán algo de la energía dorada, siendo impresionadas por la misma.

Por lo tanto, siempre que nos encontremos en presencia de una mujer embarazada, hemos de aprovechar la oportunidad para practicar el triple proceso de visión. El color dorado en el aura indica que la mujer embarazada está intensamente conectada a seres espirituales elevados, los cuales fomentan y apoyan al embrión. El embarazo es, pues, un momento privilegiado para el crecimiento espiritual. Es un momento para hacer mucha meditación y lecturas iluminadas, así como para trabajar en el desarrollo de la intuición y de la percepción. Aparte del hecho de que el bebé es extremadamente sensible a los pensamientos y emociones de la madre, siendo muy influenciable por los mismos, un foco espiritual durante el embarazo puede asimismo brindar grandes cambios interiores en la madre.

Mientras examinamos la energía de las mujeres embarazadas, permítaseme mencionar la gran dificultad que parece existir en la determinación clarividente del sexo del bebé. Debo mencionar que he visto confundirse reiteradamente en este punto a grandes clarividentes. Uno de los motivos es, probablemente, que se sintoniza con el cuerpo astral del bebé y, por tanto, lo que se ve está más relacionado con la vida anterior del bebé que con su presente encarnación. Así pues, incluso en el caso de que se perciba una clara determinación del sexo, será bastante difícil saber si es aplicable a la presente vida o a la anterior. Además, las almas que están encarnando en la actualidad llegan con mucho más de las dos polaridades – masculina y femenina – en su cuerpo astral que hace varios siglos, lo cual no simplifica el ejercicio. Si se acepta un consejo amistoso, es mejor no poner en juego la propia reputación como clarividente en una apuesta como esta. Podríamos acabar equivocándonos más del 50% de las veces!

19.2 El aura de un recién nacido

El aura de un recién nacido es intensamente luminosa, lo cual puede ser parcialmente relacionado con que, por un tiempo, el bebé mantiene algo de la luz de los ángeles que han asistido en el proceso de nacimiento. La fuerte participación de la jerarquía de los ángeles en todo lo que es relativo al nacimiento, hace que un parto sea una experiencia de conciencia de lo más fascinante. Alimenta el espíritu de todos los que están presentes. Yo recomendaría a todos los buscadores espirituales que aprovecharan cualquier oportunidad que se presente para estar en un parto.

En el proceso de la alquimia interior, cuando se trabaja en la construcción del cuerpo de inmortalidad, uno de los principales problemas es que ciertos planos han de hacerse de una materia y materiales (no físicos) muy especiales, los cuales no pueden hallarse en lugar alguno de nuestros entornos astral y etérico habituales. Con que se tenga solo un poco de dichas sustancias, se podrá hacer que crezcan de la misma forma que un cristal puede crecer a partir de un núcleo primario. Pero obtener este primer núcleo es una tarea bastante difícil, para la cual deberemos buscar la cooperación de ciertos ángeles. Al ser más avanzados, los cuerpos de los ángeles están rebosantes de dichas sustancias. Si podemos sintonizar con ellos de determinada manera, la nueva materia descenderá hacia nosotros como lo hizo el Espíritu Santo sobre los apóstoles en Pentecostés. Esto no se puede improvisar, claro está. Se requiere un corazón puro y una técnica precisa. Pero, cualquiera que sea nuestro nivel, solo unos segundos de proximidad a los seres de las jerarquías más elevadas demostrarán ser una inmensa fuente de inspiración.

Aparte del toque de los ángeles, durante los primeros 10 á 15 días sobre la Tierra el bebé todavía está saturado con las refulgentes impresiones astrales procedentes del viaje que acaba de completar a través de los mundos intermedios. Esto puede percibirse en forma de imágenes extremadamente vívidas, las cuales fluirán en nuestra conciencia tan pronto como sintonicemos con el aura del bebé. Recibiremos visiones claras de dónde procede el bebé: espacio, mundos entre la muerte y el renacimiento, y también, posiblemente, su última encarnación. El bebé está desbordante de imágenes astrales. Lo único que hay que hacer es sintonizar con él y las impresiones se precipitarán en nuestro campo de visión.

19.3 Los bebés están muy conscientes en su ojo

Los bebés son completamente psíquicos. Un modo sencillo y espectacular para convencernos de este hecho, consiste en permanecer muy enfocados en el tercer ojo mientras estemos en la compañía de un bebé (menor de un año). Nos asombrará lo sensible que es el bebé a cualquier mensaje que le enviemos a través del ojo.

Practicaremos del siguiente modo: cada vez que el bebé comience a llorar, o a expresar alguna insatisfacción, iremos directamente al ojo y sintonizaremos con el del bebé. Nos sorprenderá la frecuencia con que obtendremos una respuesta clara: de inmediato el bebé cesa de gritar y nos dice lo que no le gusta, directamente, de ojo a ojo. Incluso si las quejas no cesan por completo, habrá una respuesta y el bebé acusará recibo que ha sido efectuado el contacto.

Muchos bebés se irritan al no ser capaces de comunicarse con su entorno a un nivel psíquico. Tratan de expresar un amplio abanico de sentimientos, pero parece como si nadie notara nada. Es una experiencia bastante deprimente. Cualquier psicólogo se alarmaría si oyera que un niño fuera privado de contacto o estimulación físicos. Pues bien, cuando se abra nuestra visión, inmediatamente nos daremos cuenta que eso es lo que sucede a la mayoría de bebés, aunque a otro nivel.

Por consiguiente, un primer paso hacia una forma más iluminada de criar bebés consistirá en mantener la vigilancia en el ojo y ser receptivos a cualquier señal que puedan enviarnos. Tan pronto como el bebé vea que respondemos, se desarrollará una mayor armonía entre ambos. Además, el bebé empleará cada vez más su ojo para comunicarse con nosotros.

19.4 Observando como se duerme un bebé

En los capítulos acerca de la práctica nocturna, se describía como se atraviesa el umbral crítico entre estar despierto y dormido al menos dos veces diarias y que, pese a ello, la mayoría de seres humanos no obtiene beneficio alguno de ello. Los bebés, al vivir con una elevada intensidad psíquica, están más en contacto con este misterio. Por tanto nos beneficiaremos de estar en el ojo y en el corazón, sintonizando con el bebé cada vez que este atraviese el umbral. Trataremos de sentir y participar del estado de conciencia que experimenta el bebé mientras se queda dormido y así podremos llegar a familiarizarnos más con la experiencia del umbral.

Cuando nos quedamos dormidos, nuestro cuerpo astral (C.A.) y el Ego se retiran del cuerpo físico (C.F.) y el cuerpo etérico (C.E.). El complejo superior (C.A.+Ego) se separa del complejo inferior (C.F.+C.E.). El complejo superior (C.A.+Ego) se va a viajar durante la noche y el complejo inferior (C.F.+C.E.) se queda en la cama.

Aunque para la mayor parte de los adultos el complejo superior no puede separarse por completo del inferior. Es como una articulación que se queda un poco rígida con el tiempo. Así, a menos que lleguen a dominar la práctica nocturna, la mayoría de los adultos nunca alcanzan la profundidad del sueño que solían experimentar cuando eran niños. La situación suele ir deteriorándose: las personas mayores se despiertan varias veces por la noche y raras veces se sienten completamente frescas por la mañana. Esta lenta separación del complejo superior (C.A.+Ego) del inferior (C.F.+C.E.), explica por qué no es tan fácil observar a un adulto dejando su cuerpo por la noche al dormirse.

Por otro lado, en los niños pequeños dicha disociación es rápida e intensa. Por consiguiente, si dirigimos nuestra visión a un niño que se esté quedando dormido, podremos ver con bastante claridad el complejo superior abandonando el inferior. En otras palabras, es impresionantemente fácil ver a nuestro bebé fuera del cuerpo (lo cual está lejos de ser el caso en lo que respecta a los adultos).

Los bebés son notablemente buenos viajando astralmente. Tan pronto como se quedan dormidos se proyectan en el espacio. Debido a la intensa luz que impregna su cuerpo astral, no resulta muy difícil seguirlos clarividentemente en las primeras etapas de su viaje, inmediatamente después que han dejado su cuerpo físico. Cada vez que nuestro bebé se duerma, estemos muy sintonizados con él y… veamos!

Recuerdo un bebé de un año que yo estaba cuidando, el cual solía confundirme todo el tiempo. Lo ponía a dormir, lo cual nunca es muy fácil a dicha edad. Entonces salía de puntillas de su habitación, confiando en que no se despertaría muy pronto. Con frecuencia, tan pronto como yo me dejaba caer en un sillón (cuidar bebés es un trabajo agotador), le veía caminar por la puerta del salón. Durante un segundo pensaba, «oh, no! otra vez, no!», y entonces me daba cuenta que no era el cuerpo físico del bebé, sino su cuerpo astral. Qué alivio! Lo que quiero decir es que el bebé todavía estaba profundamente dormido en la cuna. Es, en verdad, bastante normal que los bebés se acerquen a decir hola! nada más quedarse dormidos, en la primera etapa de su viaje astral. Y entonces nosotros, o bien los perdemos, o bien los seguimos hasta muy lejos, en función de nuestros propios talentos como viajeros en el espacio astral.

Es bastante raro ver el cuerpo astral de un adulto, con tanta claridad y rapidez, tras quedarse dormido este. La persona debería estar notablemente entrenada y sus cuerpos sutiles muy desarrollados, construidos y «cristalizados». Aparte de los iniciados, la separación del cuerpo astral de los adultos durante el sueño es generalmente mucho más gradual y, de algún modo, vaga.

19.5 Nuestro bebé como maestro de meditación

Por definición, el cuerpo físico está hecho de materia física y, por tanto, sujeto a la gravedad. La gravedad es una característica esencial del plano físico. Cuando regresemos de un largo viaje por los planos astrales y espirituales, sentir la gravedad será señal que nos estamos aproximando al plano físico. Comenzaremos a sentirnos pesados y sabremos que ya no estamos lejos del mundo físico. Solo hemos de dejarnos caer un poco más para estar de vuelta en nuestro cuerpo físico.

Si los bebés son tan buenos viajando astralmente es porque su complejo superior (C.A.+Ego) está dotado de una fantástica energía de levedad, o antigravedad, la cual les proyecta hacia arriba tan pronto como se quedan dormidos. Hay mucho que aprender de esta energía que mueve hacia arriba, la cual es afín al udana-vayu, altamente alabado en los textos sánscritos. La presencia de esta energía de levedad también puede relacionarse con el hecho que los bebés están saturados con la luz de los ángeles. La antigravedad es tan natural para los ángeles como la gravedad para el mundo físico. Dicho llanamente, uno se convierte en ángel cuando llega a ser capaz de caerse hacia arriba.

Para beneficiarnos de esta energía tan especial y dar un acelerón a nuestras prácticas de meditación, procedamos de la siguiente manera: cuando nuestro bebé esté a punto de quedarse dormido, mantengámoslo en nuestros brazos. Dejemos que el bebé se quede dormido en nuestro pecho. Estemos conscientes en el ojo y en el corazón, como se ha explicado a lo largo del presente libro. Pero no estemos enfocados en el ojo con demasiada fuerza, pues podría ser excesivamente intenso para el bebé. Limitémonos a mantener una conciencia suave, un ligero foco en el entrecejo, y conectemos con el bebé.

Siempre que tengamos un niño muy pequeño (hasta quince meses) en nuestro pecho, tendrá lugar una mezcla natural de energías. En cuanto el bebé esté en nuestros brazos, la frontera entre su etérico (plano de la vibración) y el nuestro dejará de ser clara. Tratemos de ser conscientes de este proceso de fusión.

Ahora bien, si en el mismo momento en que el niño se duerma sintonizamos con él, también podremos ser proyectados hacia arriba. Esta es una gran ocasión para meditar. Lo único que hay que hacer es sintonizar, permitir que seamos elevados hacia la luz. Es como «caer hacia arriba» en la luz. El efecto de elevación es inmediato y ocasiona una expansión de la conciencia que posibilita alcanzar un nivel de meditación elevado. Conforme nos familiaricemos con dicha energía y aprendamos a fluir con la misma, el efecto se hará cada vez más claro. Si se está trabajando en la proyección astral, esta experiencia será de gran ayuda.

19.6 Unas palabras para los viajeros astrales

Por lo que hemos visto hasta ahora debe haber quedado prácticamente claro que, si viajar astralmente es una de nuestras grandes preocupaciones en la vida, podremos aprender mucho de los bebés.

Los seres humanos están actualmente en una condición en que están tan encarnados en su cuerpo físico que son incapaces de salir conscientemente del mismo. Están completamente atascados por la fuerza de la gravedad. El bebé está en la situación opuesta: su cuerpo astral está saturado con fuerzas de antigravedad. Para el bebé es la encarnación lo que supone un problema, hasta el punto que es incapaz de quedarse en su cuerpo durante mucho tiempo. Se queda constantemente dormido porque es tirado hacia fuera del cuerpo por la extraordinaria levedad de su cuerpo astral. El lema, pues, podría ser: «sigamos al bebé!»

Qué es lo que puede verse clarividentemente por encima del cuerpo de un adulto que esté profundamente dormido? Una especie de formación nebulosa, bastante fácil de percibir en realidad. (Cuando estemos en la misma habitación que alguien que esté dormido, no perdamos la oportunidad de observarle clarividentemente). Pero dicha formación nebulosa no es todo su cuerpo astral, sino una parte del mismo. El resto de su cuerpo astral está esparcido por los mundos astrales, aunque esto resulta mucho más difícil de percibir. Para ello, deberíamos ser capaces de seguir el alma del que duerme. Como vimos anteriormente, los niños muy pequeños son más fáciles de seguir porque, entre otros factores, salen de su cuerpo completa e instantáneamente, mientras muchos adultos permanecen medio fuera y medio dentro, retirándose de su cuerpo físico de forma únicamente gradual.

Practiquemos del siguiente modo: sentémonos cómodamente tras haber dejado al bebé durmiendo en la cuna. Vayamos al ojo y al corazón y sintonicemos con el bebé. Tendremos que ser muy rápidos y procurar ver al niño astralmente tan pronto como salga afuera. En los primeros minutos tras quedarse dormido, a menudo podremos ver al bebé astralmente como una réplica exacta de su forma física. Sintonicemos con las mismas partículas de luz que las de la tercera parte de la meditación del tercer ojo (sección 3.7); pero ahora con los ojos abiertos. Permanezcamos muy quietos, mirando la cuna, parpadeando tan poco como nos sea posible.

El bebé se quedará a nuestro alrededor durante algunos minutos y entonces desaparecerá. Ahora es cuando hay que estar sintonizados con el bebé y tan conectados como podamos con su fuerza antigravitatoria. Si podemos llegar a resonar con la extraordinaria energía de levedad del bebé, seremos literalmente tirados hacia arriba y proyectados en el espacio.

El próximo paso consistirá en procurar seguir al bebé tan lejos como podamos. Dejémonos transportar por la energía alrededor del bebé y sintamos como la calidad del espacio a nuestro alrededor cambia a medida que entramos en diferentes planos y mundos. Estar en un estado medio despierto y medio dormido de gran cansancio (común a muchos padres que son despertados varias veces cada noche por su bebé), ayudará verdaderamente a las experiencias de viaje astral. No recomendaría a nadie que se privara de dormir; pero si los padres ya están en dicho estado, pueden muy bien aprovecharse del mismo.

Los bebés estarán encantados si podemos viajar con ellos. Para ellos es muy divertido y también muy tranquilizador sentir una continuidad entre este mundo y los otros, encontrando a la misma gente en diferentes planos. También sabrán que, si algo va mal durante la noche, podrán correr hacia nosotros y conseguir ayuda.

19.7 Cuánto dura?

Hasta cuándo permanecerá psíquico nuestro bebé? Hasta cierto punto, dependerá de cuanto trabajo espiritual se comparta con el bebé. Cuanto más se practique el trabajo con el bebé, más semillas de despertar espiritual serán implantadas en esta edad de máxima receptividad.

Aún así, cuando el desarrollo mental del niño alcance un determinado nivel, sus habilidades psíquicas comenzarán a disminuir. Por lo tanto, hacia los dieciséis o dieciocho meses, cuando el bebé comience a pronunciar algunas palabras, se observará un descenso notable. El momento dorado para el trabajo psíquico con los bebés es durante el primer año, o bien hasta los dieciocho meses como máximo.

Cuánta de dicha capacidad psíquica se retendrá durante la infancia y la adolescencia, dependerá de la naturaleza del niño y de la calidad del ambiente del hogar y de la educación. Aún así, no creo que deba lucharse para que el niño permanezca psíquico a toda costa. La humanidad ya fue muy clarividente en el pasado. Si retrocediéramos al comienzo de la Atlántida, encontraríamos que los seres humanos podían percibir los mundos espirituales incluso con más claridad que el físico. Sin embargo, era parte del entrenamiento de la humanidad que dicha clarividencia atávica se perdiera y que llegaran épocas oscuras y de desconexión. Ahora nos encontramos en el amanecer de una época en que la humanidad recuperará las habilidades clarividentes, aunque de un modo más elevado en que el Ego jugará un papel directo.

Cada ser humano repite la historia del mundo, aunque en un lapso de tiempo mucho más reducido (lo que hace que el estudio de la embriología sea fascinante). Los niños llegan a la Tierra completamente abiertos, bañados en la luz de los mundos espirituales y apenas conscientes de la realidad física a su alrededor. Si esta percepción cósmica no fuera velada, para el niño sería muy difícil establecer referencias físicas y llegar a anclarse a tierra. Así, para respetar la tendencia natural del desarrollo, hemos de aceptar que nuestro niño se haga más «mental» y menos psíquico. Podemos acompañar el crecimiento espiritual del niño con una educación adecuada; pero no hemos de impedir que el niño viva en la mente.

Lo que ayudamos que el niño desarrolle en su primer año de vida permanecerá con él, aguardándole como un tesoro. Todo el trabajo psíquico logrado en la infancia reaparecerá años más tarde cuando sea adulto, metamorfoseado en forma de intensas fuerzas del alma. Pero la decisión de reabrirse tendrá que proceder del libre albedrío del adolescente o adulto, no de nuestros propios deseos como padres.

19.8 Los bebés fabulosos

Las parejas psíquicas son raras y, por tanto, para las almas evolucionadas no es fácil encontrar los padres adecuados. Cómo encuentran los niños a sus padres? El alma flota en el plano astral y es atraída, como por un principio de similaridad, hacia una madre en particular. Tiene lugar una especie de resonancia entre las disposiciones del niño y las de los padres, que es lo que ocasionará la atracción por un determinado útero o seno materno. Cuanto más avanzada sea un alma, más selectiva llegará a ser en su elección, esperando tanto tiempo como sea menester para encontrar unos padres que sean lo suficientemente evolucionados.

En consecuencia, cuanto más espirituales y clarividentes nos hagamos, más opciones tendremos de ser padres de un bebé-gurú. Semejante atrae semejante. La tradición hindú sugiere que la aspiración espiritual de la madre – antes y al principio de la gestación – es esencial para determinar qué tipo de alma encarnará. Las vibraciones espirituales de la madre, si son genuinas y profundas, atraerán un alma con una dirección espiritual. Por tanto, sería aconsejable que la madre dedicara tiempo a la meditación y que seleccionara cuidadosamente sus lecturas y fuentes de inspiración.

Aparte de este principio general, mi visión es que han encarnado en la Tierra muchas almas extraordinarias durante el período de la triple conjunción astrológica de Saturno, Urano y Neptuno, la cual abarca desde el año 1988 hasta el año 1997. Estos son los «bebés fabulosos», que han llegado para introducir principios completamente nuevos en los campos de las ciencias, las artes y la espiritualidad. Puede esperarse que muchos de ellos exhiban excepcionales habilidades psíquicas desde la cuna y que lo continúen haciendo durante la infancia y la adolescencia.

Preveo que los padres tendrán que efectuar un gran trabajo sobre sí mismos si pretenden ser de alguna utilidad para sus hijos, o incluso sencillamente para entender lo que está ocurriendo en su propia casa. Estos niños no serán fáciles de seguir, no solamente porque su nivel de desarrollo será de lejos superior al de sus padres, sino también porque vendrán para introducir semillas y conceptos totalmente nuevos en los campos de las ciencias, las artes y la espiritualidad.

Preparar el campo para el desarrollo de estos bebés fabulosos es uno de las principales razones por las que se fundó Clairvision.

Cómo despertar el tercer ojo. Capítulo 20º

Cómo Despertar el Tercer Ojo

CAPITULO 20º

PROTECCION: SELLADO DEL AURA (2)

Práctica 20.1 Desde dónde hablamos?

La práctica 20.1 consiste en producir sonidos desde niveles específicos. Comenzaremos con algo muy sencillo: cantando un largo sonido «ooo» (podemos hacerlo mientras estamos leyendo, no hace falta que cerremos los ojos!).

Fase 1

Cantemos el sonido «ooo» y hagámoslo resonar en el abdomen, alrededor y por debajo del ombligo. Hay una forma de producir el sonido, que hace que el abdomen vibre de manera que tanto la vibración física del sonido como la etérica (la que hemos cultivado en el ojo y con las circulaciones energéticas) puedan sentirse en el vientre.

Continuaremos con unos cuantos sonidos «ooo», tratando de generar vibración en el abdomen, aunque no en las restantes partes del cuerpo.

Una forma sencilla de amplificar la vibración consiste en colocar una mano paralela al abdomen, a unos 5 ú 8 centímetros de distancia, utilizándola como reflector.

En esta fase no hay ninguna conciencia en particular en el ojo, ni tampoco en las fases 2 y 3.

Fase 2

Ahora trataremos de cantar un largo «ooo» que únicamente resuene en el pecho. El tono no tiene importancia alguna. Buscaremos un sonido que genere tanta vibración en el pecho como sea posible, aunque no en las restantes partes del cuerpo.

Emplearemos la mano como reflector, colocándola paralela al centro del pecho, a unos 5 ú 8 centímetros de distancia.

Seguiremos cantando «ooo», poniendo todo nuestro ser en el sonido.

Sintamos la vibración física del sonido resonando en nuestro pecho, así como la vibración de la energía.

Tratemos de eliminar cualquier vibración de otras partes del cuerpo, en particular del abdomen, la garganta y la cabeza.

Fase 3

Produciremos unos cuantos sonidos «ooo» que únicamente vibren en la garganta.

Colocaremos la mano como reflector, a unos 5 ú 8 centímetros frente a la garganta.

En esta ocasión, trataremos de lograr un sonido que resuene únicamente en la garganta, sin vibración alguna en otras partes del cuerpo.

Fase 4

Repetiremos la misma práctica con un foco en el entrecejo. Cantaremos unos cuantos «ooo» y trataremos de hacerlos vibrar únicamente en el ojo.

Haremos unas cuantas veces este ejercicio, comenzando por la fase 1 y completando toda la secuencia.

Si practicamos este ejercicio con amigos, podremos darnos indicaciones de unos a otros respecto a la localización exacta de cada sonido.

Práctica 20.2 Hablando desde diferentes niveles

Fase 1

Tomemos una frase muy sencilla, como por ejemplo: «Qué día tan agradable!» Practicaremos la repetición de la frase desde el vientre.

Como en el último ejercicio, trataremos de hacer que el sonido únicamente vibre alrededor del ombligo.

Cuando proferimos un sonido, se genera una vibración física. Pero además se genera una vibración etérica, de la misma naturaleza que la vibración que se siente en el entrecejo cuando se medita. A medida que repitamos la frase, tratemos de hacernos conscientes al mismo tiempo de la vibración física y de la no física.

En esta primera fase nos esforzaremos en conseguir que la vibración únicamente se mueva por el área del vientre, como si estuviéramos hablando «desde el vientre».

Como en el último ejercicio, no se precisa mantener la conciencia en el ojo durante las tres primeras fases.

Fase 2

Dejaremos la conciencia en el vientre y continuaremos con la repetición de la misma frase desde el pecho. Trataremos de hacer que el sonido solo vibre en el pecho.

Fase 3

Repetiremos la frase desde la garganta. Sentiremos vibrar el sonido en la garganta. Sentiremos el cosquilleo físico que tiene lugar en nuestros órganos de la garganta conforme hablamos. Y estaremos al mismo tiempo conscientes de la vibración no física.

Fase 4

Repetiremos la misma frase, haciéndola vibrar en el entrecejo.

Repetiremos varias veces esta secuencia de las cuatro fases.

Comentarios

  • Este tipo de trabajo introduce una aproximación diferente a la comunicación. Practiquemos este ejercicio con amigos y observemos cuidadosamente desde donde pueden o no pueden hablar. Muchas personas tienen una gran dificultad en pronunciar sonidos desde una u otra área: vientre, corazón, etc. Esto es bastante revelador en lo que concierne a su organización psicológica. El hecho de ser incapaz de hablar desde alguna de dichas áreas, casi siempre indicará un importante bloqueo emocional, el cual deberá resolverse para poder alcanzar el equilibrio emocional. Observemos a la gente que está a nuestro alrededor, en el trabajo, etc. para ver desde donde hablan y relacionémoslo con lo que observemos de sus características psicológicas.
  • Cuanto más conscientes estemos en el ojo, más fácil será que sintamos desde donde habla la gente. Sentiremos con claridad la vibración que se activa en su cuerpo, en el área correspondiente. Siempre que podamos percibir algo en nuestro interior, no tardaremos mucho en sentir lo mismo en otras personas.

A medida que se abra nuestra percepción, no sentiremos solamente la vibración. También veremos patrones de luz en el área desde donde hablen los demás. Practicaremos estando en el ojo y conscientes del estado de visión, como se describió en los capítulos acerca de la visión.

  • Téngase en cuenta que no estoy sugiriendo que sea preferible hablar desde cualquiera de dichas áreas, sea el corazón, el vientre o cualquier otra. Háblese desde donde se prefiera, naturalmente! Solamente si nos resulta imposible hablar desde alguno de los centros, será cuando algo sea incorrecto y el desequilibrio precise ser corregido.

Práctica 20.3 Qué pasa si hay que exhibir autoridad?

Repetiremos el mismo ejercicio, aunque con palabras distintas. En una de mis clases, un hombre que tenía once hijos (y ninguna hija) sugirió la siguiente frase: «Limpia tu habitación!»

Repitamos unas cuantas veces la frase «limpia tu habitación!» desde el vientre, después desde el pecho, luego desde la garganta y por último desde el ojo. Cada vez nos haremos la pregunta: Lo harían? (limpiar la habitación).

Comentarios

  • La respuesta es obvia: cuando solamente estamos en la garganta, no lo harían! El ojo puede ser un poco más convincente, aunque el corazón probablemente no sería lo bastante fuerte frente a los once en plena Luna llena. Aceptemos el hecho de una vez por todas: la autoridad proviene del abdomen.
  • Ahora comencemos a mirar a nuestro alrededor, por ejemplo en el trabajo, a quienes son considerados como autoritarios por naturaleza. Descubriremos que algunas personas poseen la capacidad, cuando nos hablan, de estar muy fuertes en su abdomen y, al mismo tiempo, hacernos sentir débiles en el nuestro. De ahí es de donde procede gran parte de su autoridad. Observaremos que casi todos ellos lo hacen inconscientemente y no a resultas de un entrenamiento. Pero aún así lo hacen! Tan pronto como el truco sea revelado a nuestro ojo, comenzaremos a verlo como una trampa. Ganaremos la capacidad de defendernos cuando alguien trate de imponérsenos con un método tan grosero.

Práctica 20.4 El poder ojo-vientre

Ahora seleccionaremos unas cuantas frases y las repetiremos varias veces con una fuerte conciencia ojo-vientre. Trataremos de hacer que el sonido resuene tanto en el ojo como en el vientre, siguiendo el método sugerido anteriormente. Es como si estuviéramos hablando desde el ojo y el vientre al mismo tiempo. Si se efectúa plenamente, es bastante probable que limpien la habitación.

Comentarios

  • Este ejercicio nos ayudará a estructurar el «poder ojo-vientre», el cual es de gran ayuda cuando se precisa una protección real.
  • Encontraremos más fácil de efectuar dicho ejercicio si podemos dirigir nuestras palabras hacia alguien, en vez de hablar al vacío. Esto se debe a que estamos poniendo en juego mucha fuerza, la cual a menudo encuentra incómodo manifestarse a menos que haya otra fuerza a que oponerse.
  • Siempre que hagamos ejercicio físico, recordemos el recurso a nuestro poder ojo-vientre.
  • Ahora, probablemente podremos entender mejor por qué aquellas personas que han realizado mucho trabajo en su hara, o centro de la voluntad, mediante la práctica de un arte marcial, generalmente tienen escasa dificultad para proteger sus energías.

20.5 Inhalación/exhalación

En la tradición tántrica hindú, hay un texto sánscrito denominado Ðiva-svarodaya, el cual da amplia información relativa a los nadis, es decir, las circulaciones de energía pránica (etérica). En los versos 1.92-98, el texto da el siguiente consejo: cuando caminemos hacia nuestro gurú, amigos o familiares, hacia todos aquellos a quienes amamos y queremos ayudar, deberemos inhalar profundamente. Cuando caminemos hacia enemigos, ladrones, mendigos u otras personas que deseemos mantener apartadas, deberemos exhalar profundamente. Es peligroso inhalar profundamente en medio de una riña, o frente a un superior que está enfadado con nosotros, o en la compañía de gente malvada o de ladrones.

Tratemos de ponerlo en práctica de inmediato.

Práctica 20.6 Cierre del aura mediante la exhalación profunda

Si se ha seguido todo el proceso de protección sugerido hasta ahora, es probable que ya se comience a tener la sensación de cuándo está abierta o cerrada nuestra aura. Así, procederemos del siguiente modo: nos sentaremos frente a un amigo o un espejo, aunque en este caso en concreto es preferible un amigo, pues para que una fuerza se exprese libremente debe ser opuesta por otra fuerza.

Adoptaremos una posición como la de las prácticas de contacto visual (sección 5.2). Mantendremos los ojos abiertos a lo largo de todo el ejercicio.

Fase 1

Nos haremos conscientes de cuán abierta o cerrada está nuestra aura en ese particular instante.

Entonces haremos una exhalación lenta y profunda, con una ligera fricción en la garganta, sintiendo la calidad del aura mientras exhalamos.

Ahora inhalaremos honda y lentamente y sentiremos la calidad de nuestra aura mientras inhalamos. Hagámoslo como si estuviéramos inhalando la otra persona, absorbiéndola. Sintamos cuán abierta se siente el aura mientras inhalamos y comparemos con la fase de exhalación.

Sigamos respirando lenta y conscientemente durante unos minutos.

En esta primera fase, nuestro amigo no esta inhalando ni exhalando profundamente, sino respirando normalmente y tratando de percibir las modificaciones de nuestra energía. Para permitirle seguir lo que hacemos, podemos levantar lentamente la mano cada vez que inhalemos y bajarla cuando exhalemos.

Fase 2

Dejemos ir cualquier conciencia sobre la respiración y hagámonos el perceptor, mientras nuestro amigo inhala y exhala con plena conciencia.

Hagamos que nuestro amigo tome largas, profundas respiraciones: respiraciones con intención. Hay una forma de hacer que el aire penetre en el cuerpo y de expelerlo que no es una simple acción mecánica, sino un movimiento consciente de la energía. Es como empujar conscientemente el aire y la vibración cuando exhalamos y tirar del mismo cuando inhalamos.

Continuaremos la práctica del mismo modo durante 3 ó 4 minutos, tratando de sentir las modificaciones en el aura de quien esté respirando con intención.

Fase 3

Ambas personas inhalarán y exhalarán conscientemente y a la vez durante unos minutos.

Levantaremos y bajaremos las manos, para poder seguirnos uno a otro. Mantendremos una ligera fricción en la garganta. Haremos inhalaciones y exhalaciones lentas y muy prolongadas, que nos dejen suficiente tiempo para sentir la densidad de nuestras auras.

Mantendremos la sincronicidad: ambos inhalaremos y exhalaremos simultáneamente.

Durante esta práctica, el aura tenderá a hacerse más ligera y amplia cuando inhalemos. Cuando exhalemos, por contra, el aura se sentirá más recogida, densa y espesa, sus límites más cercanos a la piel. En otras palabras, esto significa que nuestra aura tiende a abrirse cada vez que inhalamos y a cerrarse cada vez que exhalamos. La intensidad de la apertura o del cierre dependerá de cuán completa y conscientemente respiremos. Mientras respiramos normal e inconscientemente, este ciclo de expansión y contracción es débil y apenas perceptible, no obstante está siempre presente. Al ganar control consciente sobre este mecanismo, podremos avanzar un paso más en la protección de nuestras energías.

Fase 4

Reanudaremos la práctica como en la fase 3. Ambos exhalaremos profundamente y al unísono, para luego inhalar hondamente. Acompañaremos la respiración con movimientos de las manos para ayudar a mantener la sincronicidad.

Esta vez trataremos de sentir cómo se encuentran y mezclan nuestras auras cuando exhalamos (cierre del aura) e inhalamos (apertura). Mientras nos «inhalemos uno al otro», como las auras estarán abiertas, habrá una especie de entremezclado de nuestras energías. La línea divisoria entre ambos practicantes no estará tan claramente definida.

Seguiremos exhalando e inhalando durante unos minutos.

Mientras exhalemos, como nuestras auras estarán más densas y cerradas, la separación se hará más clara. Podremos sentir una superficie de contacto, en la que ambas auras se encontrarán pero no se mezclarán. Al nivel de la clarividencia podrán verse luces centelleantes donde choquen las dos auras.

Práctica 20.7 Haciendo que la energía entre y salga

Para el presente ejercicio puede estarse solo o sentado frente a un amigo. Mantendremos los ojos abiertos durante toda la práctica.

Nos haremos conscientes de la vibración en el ojo y por todo el cuerpo. Mantendremos alguna fricción en la garganta durante todo el ejercicio.

Exhalaremos lenta y hondamente, y con intención. Colocaremos las manos paralelas frente a nosotros, las palmas mirando hacia fuera. Moveremos las manos lentamente hacia fuera mientras exhalemos, como si estuviéramos empujando algo o a alguien, o como si estuviéramos empujando el aire y la energía hacia fuera.

Inhalaremos profundamente y con intención. Volveremos las palmas del revés y las moveremos lentamente hacia nosotros, como si estuviéramos trayendo energía hacia nosotros con las manos.

Continuaremos exhalando e inhalando lenta y profundamente durante unos minutos. Trataremos de sentir la presión de la energía en las manos. Cuando exhalemos, intensificaremos la fricción en la garganta para fortalecer la acción repelente.

Si practicamos con un amigo, cuando exhalemos se percibirá con mucha claridad la superficie de «choque» entre las dos auras.

Práctica 20.8 Exhalando frente a una multitud

Apliquemos este conocimiento a la vida diaria. En una calle, o en una estación de trenes, practiquemos la exhalación con intención cuando caminemos junto a una multitud o grupo de personas. Estemos en el ojo y en el abdomen, densifiquemos nuestra aura y exhalemos la energía hacia fuera. Practiquemos de forma similar cuando un extraño camine cerca de nosotros. Hagámonos conscientes de cómo su energía es gentilmente mantenida a distancia.

Comentarios

  • Sin este entrenamiento, en dichos tipos de situaciones a menudo hay una mezcla innecesaria e inapropiada de auras. Conforme pasa el día, especialmente si se vive en una gran ciudad, este entremezclado de energías tiende a repetirse una y otra vez, lo cual provoca que uno acabe exhausto al final del día.

Si vivimos en una pequeña ciudad y solo nos encontramos con amigos y conocidos cuando salimos, entonces la situación es completamente diferente. Ciertamente, no necesitaremos la protección en la misma medida.

  • Las personas que empleen con frecuencia el teléfono en su trabajo, deberían ser conscientes que durante las llamadas tienen lugar muchos intercambios de energía. Como vimos en la sección 16.6, la onda electromagnética de la señal telefónica no solamente transporta, sino que también amplifica algunas de las emociones y movimientos psíquicos que tienen lugar durante la conversación. Por tanto, estemos alerta y no dudemos en implementar nuestra gama de técnicas de protección cuando usemos el teléfono. Vayamos a lavarnos las manos con agua corriente (secciones 4.12 y 17.12) tras una llamada telefónica negativa, o de vez en cuando durante el día en el caso que estemos continuamente utilizando el teléfono.

Estas mismas recomendaciones también son aplicables cuando se utilicen módems de ordenador.

  • Cuanto más se practique la exhalación consciente y la repulsión de energías en los momentos apropiados, más automática llegará a ser esta función.

Al principio hemos de trabajarlo, permaneciendo vigilantes, exhalando y sellándonos cada vez que una energía extraña pase cerca de nosotros. Luego, tras practicar durante algún tiempo, nos encontraremos exhalando automáticamente cuando sea preciso. Ni siquiera tendremos que pensar en ello, pues sucederá por sí mismo. Cada vez, evitaremos una disipación de energía, lo cual supondrá una gran diferencia al final del día. Este demostrará ser uno de los resultados más valiosos de nuestro entrenamiento.

Práctica 20.9 La misma protección con la respiración normal

Uno de los problemas de la técnica 20.8 es que no podemos estar exhalando continuamente. Si estamos caminando en medio de una multitud, en una estación de trenes, o si nuestro jefe está manteniendo una agitada reunión con nosotros, aún así, tenemos que inhalar de vez en cuando! La solución reside en el desarrollo de una nueva habilidad. Mediante la respiración profunda hemos aprendido a crear condiciones, tanto abiertas como cerradas, de nuestra aura. El próximo paso consiste en aprender a reproducir dichas condiciones mientras respiramos con normalidad.

Nos sentaremos frente a un espejo o delante de un amigo. Estaremos fuertemente en el ojo. Practicaremos la exhalación del siguiente modo: ya no volveremos a respirar más profundamente de lo normal, sino que enfocaremos nuestra atención en la exhalación. Nos pondremos en un estado de mente «exhalante». Nos limitaremos a hacer que la longitud de nuestras exhalaciones sea mayor – unos 2 ó 3 segundos más – y a tomar breves inhalaciones (1 segundo o menos). En conjunto, pues, el ritmo de nuestra respiración permanece bastante normal.

Reforcemos cada exhalación con la fricción en la garganta; pero una fricción que no pueda ser oída. Llegados a este punto, deberíamos ser capaces de sentir que detrás de nuestra fricción en la garganta física se genera una vibración no física, la cual es la apropiada para la presente práctica. Si no estamos demasiado seguros de ello, limitémonos a hacer una fricción contenida, una fricción que se sienta en el interior de nuestra garganta pero que no pueda ser oída afuera.

No parpadeemos demasiado. Permanezcamos bastante inmóviles, lo suficiente como para que tenga lugar cierta coagulación de nuestra energía, aunque no demasiado, de modo que nuestra cara todavía parezca natural. La idea general que subyace tras esta práctica, es que deberíamos poder implementarla en cualquier situación social en que precisemos protección y tengamos que valernos por nosotros mismos.

Para resumir, hemos de estar:

– conscientes en el ojo, coagulados, como inmóviles y sin pestañear.

– en un modo exhalante, haciendo solo cortas inhalaciones.

– reforzando nuestras exhalaciones con una fricción silenciosa.

Un resultado interesante de este ejercicio es que seremos capaces de mantener nuestra aura sellada incluso mientras estemos inhalando. Cuanto más dominemos el proceso, más independiente se hará de la respiración física el «modo exhalante» del aura.

Práctica 20.10 Sellado del aura

Sobre la base del trabajo efectuado en los últimos dos capítulos, pasaremos a describir la técnica completa de sellado del aura.

Nos sentaremos en postura de meditación. Cerraremos los ojos. Practicaremos la meditación del tercer ojo (sección 3.7): fricción en la garganta; luego vibración en el ojo; luz en el ojo; conciencia en el espacio púrpura. Tras algunos minutos de estar en el espacio, nos haremos conscientes por encima de la cabeza. Nos dejaremos esparcir por el espacio. Dejaremos que nuestra aura se haga tan extensa y abierta como sea posible.

Entonces: cierre. Nos haremos conscientes en el ojo y en el centro de la voluntad, aproximadamente 3 centímetros por debajo del ombligo. Fortaleceremos la vibración en ambos centros, estando conscientes y respirando con una fuerte fricción en la garganta. Anclaremos el ojo en el centro de la voluntad.

Ahora redensificaremos el aura mediante la activación del centro de la voluntad. Tiraremos del aura hacia dentro desde el centro de la voluntad, como si dicho centro fuera un músculo (no físico) capaz de reunir y tirar hacia dentro nuestra aura, haciéndola densa y a prueba de toda clase de vibraciones. Consigamos una condición cerrada de nuestra aura, la misma que en el «modo exhalante». Pasemos 2 ó 3 minutos reforzando y espesando el aura, descansando en la «puerta de piedra», 3 centímetros por debajo del ombligo.

Entonces reabramos el aura. Nos haremos de nuevo conscientes por encima de la cabeza. Haremos que nuestra energía esté tan esparcida y extendida como sea posible, durante 1 ó 2 minutos. Nos dejaremos diluir en el espacio.

Y luego cerraremos otra vez, como antes, sellando nuestra aura desde el centro de la voluntad. Repitamos este ciclo, abriendo y cerrando varias veces.

Práctica 20.11

Seguiremos el mismo procedimiento que antes (práctica 20.10), pero más rápidamente. Abramos el aura durante unos 10 segundos. Luego, cerrémosla desde el centro de la voluntad durante otros 10 segundos. Abrámosla de nuevo durante 10 segundos y vayamos alternando de esta manera durante algunos minutos.

Comentarios

  • La práctica 20.10 es una de las más importantes del presente libro, no solamente debido a su valor protector, sino también porque es una forma poderosa de desarrollar la autonomía de nuestro cuerpo etérico. Práctica, práctica, práctica!
  • Al principio, podemos frotarnos vigorosamente las manos durante unos segundos para que nos resulte más fácil volver a anclarnos con una fuerte vibración por todo el cuerpo. Esto ayuda a reunir el aura. Más adelante, esto no será necesario.
  • Podemos reforzar la acción del centro de la voluntad mediante una ligera contracción de los músculos abdominales por debajo del ombligo. En una etapa más avanzada, no necesitaremos la contracción física para generar la acción en el nivel de la energía. Se activará el centro de la voluntad y tendrá lugar una «contracción etérica» en el nivel de la vibración, sin contracción alguna de los músculos físicos.
  • A medida que se desarrolle esta habilidad, habrá cada vez más ocasiones en que el sellado del aura ocurra de forma automática cuando éste sea necesario. Las transferencias de energías indeseadas no siempre llegan cuando se esperan. Nuestro Ser Superior activará el sellado porque puede sentir mucho mejor que nosotros los potenciales peligros.

En la práctica ocurrirá lo siguiente: sentiremos que nuestra aura se sella de repente y en dicho instante no necesariamente entenderemos por qué. Pero el motivo con frecuencia se hará obvio al cabo de unos segundos o minutos. Cuando comience a pasarnos esto, será señal que nuestro plano etérico habrá alcanzado cierto nivel de despertar e integridad.

20.12 Qué ocurre si no funciona nada?

Determinada proporción de estudiantes encuentra imposible hablar desde el vientre. Incluso si ponen todo su ser al exhalar con intención, no parece que esto haga que se modifique mucho su energía. Cualquiera que sea la práctica que intenten, su aura nunca aparece realmente cerrada.

Qué quiere decir esto? Bloqueo! Algo se ha de explorar y liberar, generalmente en el área del vientre. Con frecuencia, dichos estudiantes son aquellos que eran incapaces de explorar las líneas de tierra. Las razones y remedios son los mismos que se vieron cuando examinábamos la exploración de las líneas de tierra (sección 12.11).

Aparte de practicar todos los ejercicios de protección descritos hasta ahora, serán de gran ayuda los ejercicios complementarios que veremos a continuación (20.13 á 20.16).

Práctica 20.13 Conciencia permanente en el centro de la voluntad

Durante unas semanas trate de permanecer consciente de la vibración en el centro de la voluntad, desde la mañana hasta la noche. En la medida en que no se haya resuelto el problema, estableceremos una conciencia ojo-vientre (como se ha descrito en las secciones 18.7 y 20.4), en lugar de estar conscientes únicamente en el ojo como se vio en el capítulo 9 «Estar consciente».

Práctica 20.14 Respiración abdominal continua

Aprendamos la respiración abdominal. Dos veces al día, dediquemos algún tiempo a tumbarnos y practicar la respiración, únicamente desde el abdomen, sin ningún movimiento del pecho o del área de las clavículas. Colocaremos las manos planas sobre las costillas, para asegurarnos que el pecho no se mueva mientras inhalemos.

Durante unas cuantas semanas, empleemos tanto tiempo como podamos durante nuestras actividades diarias, respirando conscientemente desde el abdomen. Esto no quiere decir que tengamos que respirar desde el abdomen durante el resto de nuestra vida, sino que unas cuantas semanas o meses de intensa conciencia en dicha área nos ayudarán a reequilibrar nuestras energías.

No perdamos nunca la ocasión de implementar la técnica 18.9 (estimulando el fuego abdominal mediante una contrapresión mientras inhalamos).

Práctica 20.15 Stambhasana

Masajeemos suavemente el centro de la voluntad, tres centímetros por debajo del ombligo. Hagámonos conscientes de la vibración en dicha zona.

Tumbémonos sobre nuestra espalda. Elevemos la cabeza y las piernas hasta la posición vertical. En Hatha-yoga, este ejercicio se denomina stambhasana, es decir, postura del pilar.

Permanezcamos en esta posición durante 1 ó 2 minutos.

Relajémonos y quedémonos de nuevo tumbados.

Hagámonos conscientes de la vibración activada en el centro de la voluntad.

Repitamos la secuencia unas cuantas veces, fortaleciendo la vibración en el centro de la voluntad.

Práctica 20.16

Tumbémonos sobre la espalda. Practiquemos una respiración abdominal estricta (esto es, sin ningún movimiento del pecho ni del área de las clavículas). Hagamos que alguien presione nuestro abdomen por debajo del ombligo con las manos planas mientras inhalemos.

Cada vez que inhalemos tendremos que empujar las manos de la otra persona, igualando la presión ejercida. Cuando exhalemos, se liberará toda la presión. Sigamos construyendo la fuerza de nuestra inhalación abdominal. Recordemos que hay que asegurarse que la caja torácica no se mueva mientras inhalemos.

Ahora bien, con ejercicio o sin él, si nuestro vientre está realmente bloqueado, deberá ser explorado, bien mediante las técnicas ISIS de regresión, o bien mediante cualquier otro método de liberación emocional basado en la energía. Nos ahorrará una gran cantidad de tiempo en nuestro desarrollo espiritual y probablemente transformará nuestros patrones de relación, así como nuestra vida social.