Taoísmo. Parte 4ª

Taoísmo. Parte 4ª

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El Tao considera que los tendones y el músculo psoas son componentes esenciales para lograr una verdadera armonía entre fuerza, flexibilidad y equilibrio emocional en el cuerpo. A diferencia de un enfoque exclusivo en la fortaleza muscular, las prácticas del Tao, como el Tao Yin, el Chi Kung y el Tai Chi, otorgan un papel crucial a los tendones y el complejo iliopsoas, especialmente en la estabilidad y el flujo de energía corporal.

Tendones y su papel en la fuerza y flexibilidad dinámica

Los tendones, a menudo desatendidos en prácticas de ejercicio convencionales, son vistos en el Tao como una fuente primaria de flexibilidad dinámica y resiliencia, mucho más allá de la mera fuerza muscular. Los tendones unen los músculos con los huesos, actuando como amortiguadores que absorben y liberan energía en cada movimiento. Su función es clave para generar movimientos fluidos y potentes, como los que observamos en los saltos de un ciervo. Este tipo de flexibilidad no se logra al desarrollar solo los músculos, sino también al entrenar los tendones para que sean elásticos y fuertes, permitiendo una combinación de fuerza y flexibilidad sin tensiones excesivas.

El Tao Yin y la elasticidad de los tendones

El Tao Yin se enfoca en movimientos lentos y suaves que fortalecen los tendones sin forzarlos, promoviendo una elasticidad saludable similar a una banda de goma: flexible pero capaz de recuperar su forma. Este equilibrio evita la rigidez que puede llevar a lesiones y optimiza la capacidad de los tendones para soportar tensiones sin romperse. Esta práctica también favorece la expulsión de toxinas que suelen acumularse en los tejidos debido a tensiones musculares y respiración superficial.

Complejo iliopsoas y el «Asiento del Alma»

El músculo psoas es vital en la estructura corporal y el flujo energético en las prácticas del Tao. Situado en la base de la columna, conecta directamente con la pelvis y afecta la alineación de todo el cuerpo. El psoas impulsa el muslo al caminar y ayuda a estabilizar la postura; si está demasiado tenso o acortado, puede causar desequilibrios posturales, tensiones en las rodillas, caderas y espalda baja. Es considerado el “Asiento del Alma” por su conexión con el centro de energía del tan tien, una zona clave para la estabilidad emocional y energética en el cuerpo. Los ejercicios de Tao Yin ayudan a liberar y relajar el psoas, permitiendo una circulación más libre de energía y un mayor equilibrio emocional.

Interacciones energéticas: riñones, corazón y psoas

La medicina china ve una relación especial entre los riñones y el psoas, ya que los riñones descansan directamente sobre el músculo psoas y están ligados energéticamente al agua, el frío y las emociones como el miedo. Cuando el psoas está relajado y cálido, ofrece soporte a los riñones y facilita un equilibrio energético. Por el contrario, un psoas tenso puede enfriar los riñones, causando bloqueos que afectan tanto el sistema óseo como el flujo energético.

El corazón y los riñones también mantienen un equilibrio: el calor emocional del corazón puede secar la energía de los riñones, mientras que el frío de los riñones puede enfriar el corazón. El Tao Yin trabaja en liberar estos bloqueos energéticos y canalizar las energías yin (agua de los riñones) y yang (fuego del corazón) para alcanzar un equilibrio emocional.

Conclusión: el equilibrio integral de cuerpo y mente

Los ejercicios del Tao Yin y el enfoque en el cuidado de los tendones y el complejo iliopsoas ayudan a que el cuerpo se mantenga fuerte, flexible y en armonía. Este enfoque integral permite que el cuerpo funcione como un canal de energía eficiente, con el poder de sostener tanto fuerza física como equilibrio emocional.

Tendinitis y Bursitis:

¿Qué son la Tendinitis y la Bursitis?

  • Tendinitis: Es la inflamación de un tendón. Los tendones son estructuras fibrosas gruesas que conectan los músculos con los huesos, permitiendo la transmisión de la fuerza generada por la contracción muscular para el movimiento de los huesos.
  • Bursitis: Se refiere a la inflamación o irritación de una bursa, que son pequeñas bolsas llenas de líquido situadas entre los huesos y otras estructuras móviles como músculos, tendones o la piel. Estas bursas facilitan el deslizamiento suave de dichas estructuras, evitando el roce directo con los huesos.

Ambas condiciones son comunes cerca de las articulaciones, y pueden causar dolor articular, que a veces se confunde con artritis debido a su localización. Sin embargo, no provocan deformidad, a diferencia de la artritis.

Síntomas Comunes de Tendinitis y Bursitis:

  • Dolor y rigidez, especialmente con el movimiento.
  • Dolor que puede empeorar durante la noche.
  • Hinchazón local (tumefacción).
  • Pueden afectar cualquier tendón o bursa, pero las más comunes son las que se encuentran en los hombros, codos, muñecas, dedos, caderas, rodillas, tobillos y pies.

Causas Comunes:

  • Sobrecarga o mal uso: La causa principal de ambas condiciones es el daño por sobreuso o esfuerzo excesivo de las estructuras afectadas. Actividades laborales o deportivas que impliquen movimientos repetitivos o mala postura son factores de riesgo.
  • Infección: En raros casos, una infección de los tendones o las bursas puede causar inflamación.
  • Enfermedades subyacentes: En algunos casos, estas condiciones pueden estar asociadas con enfermedades como Artritis Reumatoide, Gota o Artropatía Psoriásica. Sin embargo, en muchos casos la causa es desconocida.

Impacto en la población:

Tanto la tendinitis como la bursitis son problemas musculoesqueléticos comunes que afectan a personas de todas las edades, especialmente aquellas que realizan actividades físicas de manera incorrecta o excesiva.

Diagnóstico:

  • Historia médica y examen físico: Es fundamental una evaluación detallada para identificar los síntomas y descartar otras afecciones.
  • Radiología: No es útil para observar tendones o bursas, pero puede ayudar a descartar problemas óseos o artritis.
  • Análisis de sangre: Para descartar enfermedades subyacentes como artritis reumatoide, diabetes, entre otras.
  • Punción y aspiración: Si hay sospecha de infección o de otras condiciones como la gota, se puede hacer una aspiración de la bursa o tendón inflamado.

Tratamiento:

  1. Reposo y evitación de actividades agravantes: Para prevenir la exacerbación de los síntomas, es crucial evitar las actividades que causan la inflamación.
  2. Terapias físicas: El uso de calor húmedo, terapia física y ejercicios adecuados para mejorar la función del área afectada.
  3. Medicamentos antiinflamatorios: Medicamentos como los antiinflamatorios no esteroides pueden ayudar a reducir la inflamación y el dolor.
  4. Inyecciones de corticoesteroides: En algunos casos, se pueden administrar inyecciones para reducir la inflamación en la zona afectada.
  5. Antibióticos: Si la causa es una infección, los antibióticos serán necesarios, a menudo acompañados de aspiraciones periódicas o limpieza quirúrgica.
  6. Prevención de recurrencias: Una vez que la inflamación aguda ha disminuido, es importante evitar que se repita el proceso. Esto incluye adoptar posturas correctas, usar equipos ergonómicos en el lugar de trabajo y la práctica de ejercicios de fortalecimiento adecuados.

El papel del reumatólogo en el tratamiento de la tendinitis y bursitis:

Aunque la mayoría de los casos son autolimitados y no requieren atención médica especializada, los reumatólogos son expertos en problemas musculoesqueléticos no quirúrgicos. Un reumatólogo puede ayudar a manejar estas condiciones, ofreciendo educación al paciente, tratamiento farmacológico, y estrategias para prevenir la recurrencia de la inflamación.

Si experimentas síntomas persistentes o recurrentes de dolor articular, es recomendable consultar con un especialista para obtener un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado.