Cuerpo fabrica emociones

Cuerpo fabrica emociones

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Las emociones almacenadas en el cuerpo son reacciones inconscientes que se han quedado grabadas en nosotros debido a experiencias pasadas, especialmente aquellas que no hemos procesado completamente. Muchas veces, estas emociones guardadas pueden manifestarse como sensaciones físicas o emociones que surgen «sin razón aparente», como si el cuerpo estuviera reaccionando a algo invisible. Este fenómeno ocurre porque el cuerpo tiene una memoria propia que se activa cuando percibe estímulos que evocan recuerdos de situaciones anteriores, generando una respuesta similar a la que experimentamos en aquel momento.

¿Por Qué el Cuerpo Almacena Emociones?

Cuando vivimos experiencias intensas, especialmente aquellas que nos generan miedo, tristeza, ira o vergüenza, el cuerpo registra esas emociones y la forma en que reaccionamos ante ellas. Este registro físico ocurre porque, ante una situación de alto impacto emocional, el sistema nervioso activa mecanismos de respuesta rápida que quedan «anclados» en nuestro cuerpo.

Tu cuerpo te hace sentir cosas que no sabes de dónde vienen. Te puedes imaginar que es sin razón aparente. en realidad tu cuerpo ha sentido algo con los sentidos que le ha recordado a una situación pasada y reacciona igual que lo ha hecho otras veces.

Las emociones son respuestas inmediatas y pasajeras que experimentamos ante diversas situaciones, mientras que los estados de ánimo representan un tipo de emoción que se ha extendido en el tiempo y se convierte en una actitud mental predominante.

Un estado de ánimo se forma cuando una emoción persiste, como cuando el estrés o la tristeza se vuelven habituales en nuestra mente y cuerpo. Esto puede afectar la forma en que interpretamos y reaccionamos ante el mundo. Las emociones negativas, como el miedo o la ansiedad, pueden quedarse incrustadas, causando que otros sentimientos se vuelvan menos visibles o accesibles.

Podemos influir en los estados emocionales y cultivar estados de ánimo positivos. La autora menciona que podemos “fabricar” mejores emociones en nuestra mente y cuerpo mediante el uso de recuerdos positivos y cambios en la postura y el ambiente. Así, se puede inducir un cambio de ánimo y fortalecer la inteligencia emocional, generando un efecto positivo en la vida diaria y en las relaciones.

Nuestro cuerpo recuerda todo. Incluso lo hace antes de que tu conscientemente te hayas dado cuenta. El cuerpo reacciona ante las emociones y el cuerpo fabrica emociones.

Si no logramos procesar y liberar completamente esas emociones, se quedan «almacenadas» en el sistema nervioso, los músculos, los órganos y los tejidos, como un “eco” de la experiencia. Es decir, el cuerpo guarda la información emocional de esa situación y está listo para reaccionar de la misma manera si algo similar ocurre en el futuro.

Cómo las Emociones Almacenadas se Manifiestan

A menudo, las emociones almacenadas en el cuerpo se activan cuando percibimos, de manera consciente o inconsciente, un estímulo que nuestro cuerpo asocia con una experiencia pasada. Este estímulo puede ser un sonido, un aroma, una situación específica o incluso una postura física. Cuando esto sucede, podemos experimentar:

  • Sensaciones físicas inexplicables: Tensiones musculares, dolores en ciertas áreas, pesadez en el pecho o dificultad para respirar, aunque aparentemente no haya una causa médica.
  • Emociones intensas sin un motivo claro: Ansiedad, tristeza, enojo o miedo que surgen de la nada, como si reaccionáramos a algo desconocido.
  • Comportamientos repetitivos: Evitar situaciones, personas o lugares que, sin saberlo, nos recuerdan a eventos pasados que dejaron una marca emocional.

Estas respuestas “sin razón aparente” son el resultado de la memoria emocional de nuestro cuerpo, que activa esas emociones porque algo del entorno actual le recuerda una situación pasada, y reacciona igual que lo hizo en aquel momento.

Ejemplo: Una Respuesta Corporal Inesperada

Imaginemos una situación en la que alguien experimentó una situación de rechazo en público durante su infancia, sintiéndose avergonzado. Aunque tal vez no recuerde conscientemente ese evento, en la adultez puede que su cuerpo reaccione con tensión, ansiedad o incomodidad en situaciones sociales o al recibir una crítica. Esa reacción automática no responde a la situación actual, sino a la memoria de su cuerpo, que asocia cualquier experiencia similar con aquel recuerdo de vergüenza.

Cómo el Cuerpo Almacena Emociones en Diferentes Áreas

  1. Tensión en el Cuello y los Hombros: La ansiedad y la responsabilidad excesiva suelen manifestarse en forma de tensión en estas áreas. Es una respuesta habitual cuando el cuerpo se siente sobrecargado, como si “llevara un peso” emocional que no puede soltar.
  2. Dolor en la Espalda Baja: La falta de apoyo emocional o la inseguridad pueden almacenarse en la zona lumbar. Esta área puede tensionarse en situaciones donde sentimos que estamos solos o sin apoyo.
  3. Problemas Digestivos: El sistema digestivo es altamente sensible al estrés y al miedo. Las personas que reprimen sus emociones o que sienten una profunda inseguridad suelen experimentar malestares como acidez, náuseas o dolor abdominal.
  4. Sensación de Opresión en el Pecho: Emociones como el dolor, la tristeza y el miedo pueden generar una sensación de peso o presión en el pecho. Esta reacción está relacionada con situaciones que involucran pérdida o miedo a perder algo importante.

Cómo Liberar las Emociones Almacenadas en el Cuerpo

Para liberar las emociones almacenadas en el cuerpo, es necesario conectar con estas sensaciones físicas y darles espacio para expresarse de manera consciente. Algunas prácticas útiles incluyen:

  1. Atención Plena y Mindfulness: La atención plena nos ayuda a observar las sensaciones físicas y emocionales sin juzgarlas, permitiéndonos reconocer y aceptar lo que sentimos.
  2. Terapia cráneo sacral. La terapia cráneo-sacral es una técnica suave que se enfoca en el sistema nervioso central, buscando liberar bloqueos emocionales y físicos en el cuerpo. La terapia cráneo-sacral facilita un estado profundo de relajación, permitiendo al cuerpo y a la mente liberar patrones emocionales reprimidos.
  3. Terapia Corporal y Movimiento: Actividades como el yoga, el tai chi o el baile terapéutico promueven el flujo de energía en el cuerpo, ayudando a liberar tensiones y bloqueos emocionales.
  4. Respiración Consciente: La respiración profunda y rítmica activa el sistema nervioso parasimpático, que relaja el cuerpo y permite que las emociones atrapadas puedan fluir. Técnicas como la respiración diafragmática ayudan a liberar tensión y reducir la ansiedad.
  5. Terapia de Liberación Emocional (EFT): También conocida como “tapping”, esta técnica combina la estimulación de puntos de acupuntura con la expresión verbal de emociones, ayudando a desbloquear y procesar emociones reprimidas.
  6. Trabajo con el Cuerpo en Terapia: Terapias como el masaje terapéutico o la terapia somática permiten que el cuerpo exprese y libere emociones almacenadas. A través del contacto físico y el movimiento, el cuerpo puede soltar las tensiones acumuladas y restablecer el equilibrio.
  7. Biomagnetismo: La terapia con imanes, utiliza la colocación de imanes en puntos específicos del cuerpo para restablecer el equilibrio energético y facilitar la liberación de emociones atrapadas.

Conclusión

Las emociones almacenadas en el cuerpo son reacciones que se han quedado atrapadas en nosotros y que se activan cuando percibimos estímulos que el cuerpo asocia con experiencias pasadas. Aunque parezcan surgir sin razón aparente, en realidad responden a la memoria emocional del cuerpo, que ha “recordado” una situación y reacciona como lo hizo en aquel momento.

Al reconocer y explorar estas emociones, podemos comprender mejor nuestras reacciones y liberar el peso de experiencias pasadas, creando un espacio para el bienestar emocional y físico en el presente.