Neville G. una causa

Neville G. una causa

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Para Neville Goddard, «UNA CAUSA» hace referencia a la mente y la imaginación como la fuente única y original de todas las experiencias. Según él, todo lo que vivimos en el mundo físico es el resultado de un proceso interno, una causa mental y emocional que cada persona genera conscientemente o no en su propia mente. Esta comprensión implica que nada es imposible, ya que podemos cambiar cualquier circunstancia externa al cambiar su causa interna.

1. La Mente como la Causa Única

Goddard enfatizaba que la mente humana es la única causa detrás de toda creación. Esto significa que nuestras creencias, pensamientos y emociones determinan lo que experimentamos en el mundo físico. La realidad, entonces, no es algo fijo ni inmutable, sino un reflejo de nuestra conciencia. Esta idea radical sugiere que, para cambiar cualquier aspecto de nuestra vida, primero debemos cambiar nuestra perspectiva y nuestras creencias internas.

Si creemos profundamente en algo, ese pensamiento se convierte en la causa de su manifestación en el mundo. En palabras de Goddard, «no hay nada en el mundo exterior que no haya sido primero imaginado en el interior».

2. Imaginación y Fe como Claves de la Causalidad

Neville veía la imaginación como el poder creativo central que da vida a nuestras experiencias. En su perspectiva, imaginar algo con fe —es decir, convencidos de su realidad aunque aún no lo veamos manifestado— es la verdadera causa de todo. Esta imaginación sostenida es la semilla que, al ser nutrida con creencias firmes y emociones, se convertirá en una experiencia tangible.

Para él, nada es imposible porque no existen límites en la imaginación ni en la capacidad de la mente para manifestar lo que se imagina. Solo nuestras dudas y creencias limitantes interfieren en el proceso de creación. Cuando alguien sostiene una visión o un deseo con absoluta certeza y sin contradicciones internas, esa visión debe manifestarse, ya que la causa interna siempre busca expresarse en el mundo físico.

3. “Nada es imposible” desde el Estado del “Yo Soy”

La frase “Nada es imposible” se conecta con el concepto de “Yo Soy”, que representa la esencia divina en cada persona. Goddard enseñaba que al afirmar “Yo Soy” seguido de cualquier cualidad o deseo, nos alineamos con el poder creativo que hay en nosotros. Este estado de conciencia permite a cualquier persona asumir una identidad o situación deseada y verla materializarse en su vida.

Según esta enseñanza, no hay límite para lo que uno puede lograr o experimentar, porque el poder del “Yo Soy” es el poder de Dios mismo manifestándose a través de la persona. Este es un recordatorio de que somos creadores y que nuestras posibilidades son ilimitadas siempre que reconozcamos y usemos este poder con convicción.

4. La Importancia de Sentir el Deseo Cumplido

Goddard enseñaba que la causa de cualquier deseo es también el sentimiento de su cumplimiento. La clave para manifestar lo que queremos es sentir, aquí y ahora, que nuestro deseo ya está cumplido. Esto va más allá de simplemente visualizarlo: implica generar las emociones y sensaciones de tener ya lo deseado, creyendo que ya es una realidad.

Esta práctica de “vivir en el estado del deseo cumplido” elimina las barreras que muchas veces nuestra mente racional pone en el camino, como las dudas, miedos o limitaciones. Así, el deseo no se experimenta como algo lejano o imposible, sino como una causa interna en pleno desarrollo.

5. Reemplazar Dudas con Fe en la Imaginación

Neville hacía mucho hincapié en el poder de la fe como una herramienta que convierte en posibles las cosas aparentemente imposibles. Él enseñaba que, en lugar de enfocarnos en el “cómo” se cumplirá un deseo, deberíamos mantenernos firmes en la creencia de que ya es una realidad. Las dudas y la incredulidad son el obstáculo que bloquea la manifestación, mientras que la fe abre las puertas para que el deseo encuentre su expresión natural.

Confiar en la imaginación y tener fe en su poder es, para Goddard, el principio detrás de lo que él llama “UNA CAUSA”. Cuando creemos en el poder de nuestra mente para crear, dejamos de ser víctimas de las circunstancias y nos convertimos en creadores activos de nuestra realidad.

6. Responsabilidad como Creadores de Nuestra Realidad

Para Neville, saber que nada es imposible conlleva una gran responsabilidad. Si todo lo que experimentamos es causado por nuestros pensamientos y creencias, entonces también tenemos el poder y la responsabilidad de transformar cualquier circunstancia adversa. Esto nos da libertad para trascender situaciones limitantes y, al mismo tiempo, nos invita a reflexionar sobre los pensamientos que permitimos que guíen nuestras vidas.

La causa de cada situación, buena o mala, se encuentra en nuestras creencias más profundas, y ser conscientes de esto nos permite actuar sobre nuestra mente para generar nuevas experiencias.

Ejemplo Práctico de Aplicación: Superar un Obstáculo

Si alguien se encuentra en una situación difícil o parece enfrentar algo imposible, Goddard sugeriría usar la imaginación y la fe para cambiar la percepción interna. La práctica consistiría en visualizar y experimentar el estado en el que el obstáculo ya ha sido superado. Por ejemplo, si una persona enfrenta problemas económicos, Goddard le recomendaría afirmar “Yo Soy próspero” y vivir internamente esa prosperidad. Al sostener esta imagen sin dudas, se convierte en una causa que, según Goddard, se manifestará en la realidad.

Resumen: Nada es Imposible

Para Neville Goddard, “Nada es imposible” significa que cada persona tiene el poder de moldear su vida desde su interior, utilizando la imaginación como la causa de todo. La verdadera fe en el poder creativo del “Yo Soy” y en la imaginación elimina las barreras que parecen hacer inalcanzables los deseos. Esta enseñanza invita a cada individuo a reconocer y ejercer su poder de creación consciente, recordando que todo es posible cuando uno se alinea con su causa interna y con la convicción de que sus deseos ya están cumplidos en el nivel de la conciencia.

UNA CAUSA

¡Nada es imposible! Hay dos maneras de interpretar esta declaración – y ambas son correctas. El significado obvio es que es posible lograr cualquier cosa que quieras.

También se puede interpretar como que es imposible que la nada exista. Todo aquello de lo que somos conscientes o que percibimos de alguna manera es algo. Es inconcebible que algo pueda surgir de la nada o que algo pueda convertirse en nada.

Es un hecho que la naturaleza aborrece el vacío y siempre se apresura a llenarlo con algo. Alguna fuerza o poder creó todo lo que es. Según la Biblia, la creación está terminada. No sólo la creación está finalizada, sino que Dios dijo que era buena.

¿Has pensado alguna vez en lo que Dios pudo haber usado para crear todo lo que existe? Si la creación está acabada, ¿cómo es posible rezarle a Dios para que cree algo en tu vida que no existía ni ayer ni hoy? ¿Es difícil de creer que Dios dijo que Su creación era buena? Si toda la creación es buena, ¿por qué las personas experimentan problemas y cómo pueden existir las guerras, el crimen, el hambre y otras condiciones no deseadas?

Las respuestas a estas preguntas están contenidas en las siguientes páginas. Tu comprensión de estas respuestas te permitirá ver que es imposible que la nada exista.

También verás que puedes obtener cualquier cosa que desees porque nada es imposible para el poder creativo que reside dentro de ti. Puedes ser y tener todo lo que desees ser y tener. No hay límite para lo que puedes lograr para ti mismo y los demás. No importa cuáles sean tus circunstancias actuales. El principio que has estado usando inconscientemente para producir las condiciones indeseables que hay en tu vida se puede aplicar conscientemente para hacer realidad cada uno de tus sueños.

¡La creación está terminada y es buena! Dios creó la tierra y todo lo que hay en ella y Dios dijo que era bueno. El hombre ha estado desconcertado por estas afirmaciones durante siglos. Si el hombre realmente entendiera lo que significan, no estaría confuso ni se sentiría ansioso sobre su pasado, presente o futuro. La comprensión de estas dos afirmaciones le permitiría al hombre darse cuenta de que él, solo, controla sus acciones y las circunstancias de su vida.

Tomemos la primera afirmación. Dios creó la tierra y todo lo que hay en ella. Dios es infinito; por lo tanto, Dios debe haber estado antes de que cualquier forma llegara a existir. ¿Qué sustancia pudo haber usado Él para crear todo lo que existe?

Sólo puede haber una respuesta. Dios creó todo lo que existe de la única sustancia disponible – Él Mismo. Dios (pensamiento/conciencia) pronunció la Palabra y trajo todas las cosas a la existencia a partir de Él Mismo. Todo lo que percibes está hecho de la única sustancia – Dios. La única sustancia anterior a todas las cosas es la energía y esa energía es Dios o la “Palabra”.

Aunque los científicos y médicos pueden analizar las diversas sustancias químicas de las que se compone el cuerpo, nadie puede combinar esas sustancias químicas para formar una persona viva. Dado que Dios creó todo lo que está fuera de Sí Mismo, se deduce que Dios es el creador y la creación. Dios está expresando la vida a través de todos y cada uno de nosotros. No podría ser de otra manera.

Tomemos la segunda afirmación. Dios dijo que Su creación era buena. Esa afirmación ha confundido al hombre, que cree que, si Dios es bueno, otro poder debe haber creado lo que no es bueno. Sin embargo, el hombre también reconoce que Dios es infinito, omnipotente, omnipresente y omnisciente. Estas cualidades de Dios tienen que incluir todas las formas, todos los eventos y todas las situaciones. Si fuera posible eliminar todo lo que es discordante o inarmonioso del mundo, no sería posible experimentar el reverso (la parte opuesta) de esa condición.

Quizás esta afirmación se pueda entender más fácilmente si pensaras en el principio de las matemáticas. Al realizar la suma de cinco y seis, es posible obtener la respuesta incorrecta de doce. Para eliminar esa posibilidad, el número doce tendría que ser eliminado del conjunto de números. Sería, por lo tanto, imposible sumar seis y seis y llegar a la respuesta correcta de doce. Puedes ver que, al eliminar la posibilidad de una respuesta incorrecta potencial, todos los números finalmente serían eliminados y las matemáticas no serían posibles. Sin embargo, así como las matemáticas existen y pueden ser usadas por cualquier persona que haya adquirido una comprensión de cómo usar el principio para obtener las respuestas correctas, así también el principio de creación puede ser entendido para obtener los resultados deseados.

Debido a que Dios nos ha dado a todos libres albedríos, tú puedes elegir los estados que desees ocupar. Dios no predetermina tu destino, ni Dios te castiga por errores o faltas.

Ya que un hombre puede no entender la ley de las matemáticas, puede verse afectado de manera adversa cuando comete un error al restar una cantidad en su registro de cheques. La ley de las matemáticas no le está castigando. La ley simplemente es y puede ser usada correcta o incorrectamente. Dios te ha permitido tener completa libertad para elegir lo que te encontrarás. Cuando llegues a la comprensión de que tú eres Dios en forma y expresión, buscarás experimentar propósitos más nobles y buenos para ti mismo y los demás.

“En el principio era la Palabra y la Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios” [Juan 1:1]. La Palabra es el pensamiento o imaginación.

Dios se imaginó el mundo existiendo y se convirtió en lo que concibió. Este es el principio sobre el que descansa toda la creación. Puesto que Dios se convirtió en el hombre para darle vida al hombre, el hombre debe contener ese mismo principio creativo dentro de sí mismo.

“El reino de los cielos está dentro de ti” [Lucas 17:21]. Hemos creado nuestro mundo personal a través del pensamiento. Si estás experimentando carencia, limitación, enfermedad, falta de armonía o cualquier otra condición no deseada, tú has producido consciente o inconscientemente estas condiciones en tu experiencia. La mayoría de las personas no se dan cuenta de que el pensamiento, la creencia y la imaginación han creado sus mundos individuales. No hay ninguna otra causa para las condiciones de tu vida. Puedes elegir no creer esto, pero ya sea que lo creas o no, todo lo que contemplas en el mundo exterior fue concebido dentro de tu propia conciencia antes de tu experiencia de ello.

Lo que piensas con sentimiento, lo que crees que es cierto y lo que te imaginas ser o tener es la causa de todo en tu mundo personal. Puedes creer que existe alguna otra causa; puedes culpar a los demás de tus problemas; puedes creer que los acontecimientos fueron forjados por el destino o la casualidad, pero si eres objetivo y observas tus propias creencias y patrones de pensamiento, verás que tu mundo refleja con exactitud todo lo que crees que es cierto de ti mismo y los demás. No hay nadie ni nada que cambiar excepto las ideas desde las que piensas. Pensamos desde ideas que consentimos como ciertas e imaginamos situaciones que concuerdan con nuestras creencias. La conciencia es la única realidad. Es el principio creativo que produce en tu experiencia el duplicado exacto o reflejo de lo que imaginas que es cierto. El mundo en el que vivimos refleja todo lo que creemos e imaginamos que es cierto, sea bueno, malo o indiferente.

Cuanto más pronto el hombre se libere de la creencia en una segunda causa, más pronto se dará cuenta de que nada le sucede excepto lo que se origina en su propia conciencia. No niego que el hombre cree que si contrae un cierto germen o virus pues que él entonces manifestará una enfermedad o dolencia en particular. Si contempla la causa, él puede concluir que es porque entró en contacto con alguien que ya tenía el microbio. No se da cuenta que, de alguna manera, sus propios sentimientos acerca de la salud o la enfermedad atrajeron la enfermedad que está experimentando. Si los virus o gérmenes fueran realmente la causa de la enfermedad, todos los que entraron en contacto con un virus en particular estarían afectados. El mundo exterior simplemente refleja lo que un hombre es en su propia conciencia.

No importa lo que te hayan enseñado; puedes cambiar tus creencias y de esta manera cambiar las circunstancias de tu vida. La Biblia afirma que cuando ores, creas que has recibido y recibirás. La mayoría de nosotros hemos leído esa afirmación o la hemos escuchado en algún momento. Pocas personas han orado realmente de esa manera.

¿Alguna vez has estado enfermo y oraste para recuperar la salud? Si necesitabas dinero, ¿creías cuando orabas que ya tenías la suma que pedías? La mayoría de la gente le reza a Dios para que cambie algo de sus vidas o les dé algo que ellos no tienen. Si sus oraciones no fueron contestadas, piensan que Dios tenía una razón para retener esa cosa en particular. Piensan que quizás Dios no les concedió su petición porque no quería que ellos lograran sus deseos por alguna razón sólo conocida por Él.

El hombre a veces piensa que Dios no responde a las oraciones porque él no se merece lo que pide. El hombre debe aprender a creer en lo que él, en el momento, no ve, con el fin de concederse a sí mismo lo que desea tener. Las oraciones del hombre siempre son respondidas, pues él siempre recibe lo que él cree. La ley que gobierna la oración es impersonal. La creencia es la condición necesaria para realizar el deseo.

Ninguna cantidad de súplicas o rituales traerá consigo el cumplimiento de tus deseos a excepción de la creencia de que tú eres o tienes lo que quieres.

“La fe es la sustancia de las cosas esperadas, la evidencia de las cosas que no se ven” [hebreos 11:1]. El significado completo de esa afirmación debe ser entendido. Si el significado fuera entendido, el hombre no tendría ningún problema a la hora de cumplir sus objetivos. La mayoría de los hombres creen que nada es imposible para Dios – que Dios podría hacer cualquier cosa si Él eligiera hacerla. De modo que el hombre cree que él tiene fe en Dios y le reza a Dios por lo que él quiere. Si no se le concede su oración, piensa que o bien no rezó lo suficiente o de manera lo suficientemente intensa, o que Dios eligió bloquear su petición.

Sin embargo, la fe es la sustancia real de lo que se espera. Es la evidencia de la cosa que quieres y que no ves en el mundo exterior. Lo que quieres hacer o ser ya ha sido creado. Por lo tanto, existe realmente. Es posible traer a tu mundo cualquier cosa de la creación por tu creencia de que ya la tienes. La fe en que lo que quieres es ya un hecho es el medio por el cual activas el estado invisible. Ese estado entonces se refleja luego en tu mundo externo. La creación está terminada. Dios no puede crear nada que no exista ya. La fe o creencia en que ya eres o tienes lo que deseas es la única manera de llegar a experimentar tus deseos. Ninguna limitación se impone a lo que puedes tener a excepción de que falles en asumir la posesión de la cualidad o cosa deseada.