Digestión y cerebro

Digestión y cerebro

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Digestión y cerebro.

El sistema digestivo tiene un fascinante recorrido de los alimentos desde la percepción inicial del sabor hasta su eliminación como desechos. Comienza con la experiencia gustativa en la lengua, que cuenta con 10,000 botones gustativos capaces de detectar sabores. La activación de estos receptores envía señales al cerebro a través de nervios específicos, desencadenando una respuesta emocional en áreas límbicas como la amígdala y el hipocampo. Un claro ejemplo de esta reacción es el fenómeno proustiano, donde un sabor o aroma puede evocar recuerdos intensos y emociones.

Proceso de Digestión

Después del sabor inicial, el alimento se convierte en un bolo alimenticio que pasa por la faringe y el esófago hacia el estómago. En el estómago, el bolo se mezcla con jugo gástrico, y mediante contracciones, se transforma en quimo, una pasta que pasa al intestino delgado. A lo largo de los 6 metros del intestino delgado, el quimo se mezcla con bilis y jugos pancreáticos, permitiendo la absorción de nutrientes a través de pliegues y vellosidades que amplifican la superficie de contacto. Este órgano cumple también una función protectora al impedir que sustancias dañinas entren en el torrente sanguíneo.

Los nutrientes que no se absorben en el intestino delgado pasan al intestino grueso, donde se reabsorben agua y vitaminas. Este intestino alberga una gran cantidad de bacterias que participan en la digestión y la producción de gases. Las heces, compuestas principalmente por fibra y otros restos, llegan finalmente al recto y son expulsadas mediante la acción del esfínter externo cuando el cuerpo está en una posición adecuada.

La Importancia de la Postura y el Ejercicio

El proceso digestivo se ve influenciado por factores como la postura y el ejercicio. Posturas adecuadas, masajes abdominales y actividad física regular ayudan a promover el movimiento peristáltico que facilita el tránsito intestinal, evitando problemas como el estreñimiento. Los estudios sugieren que la postura y la práctica de disciplinas como el yoga y el masaje abdominal pueden ser aliadas en la salud digestiva.

Conclusión

El sistema digestivo no solo extrae nutrientes vitales, sino que conecta con el cerebro a través de un proceso complejo y sincronizado, desde el placer del sabor hasta el arte de la eliminación. Cada fase de la digestión destaca la intrincada relación entre cuerpo y mente y subraya cómo una buena postura, ejercicio y atención consciente al proceso pueden mejorar la salud digestiva y el bienestar general.

La microbiota.

La microbiota es el conjunto de microorganismos que habitan en nuestro cuerpo, especialmente en el intestino grueso, y desempeña un papel clave en la salud física y psicológica. Estos microorganismos, incluidos en la microbiota intestinal, cutánea, oral y urogenital, forman un ecosistema complejo que influye en funciones metabólicas, defensivas y en los sistemas endocrino, inmune y nervioso.

Origen y Evolución de la Microbiota

La microbiota se adquiere inicialmente durante el parto, ya sea de manera natural, en cuyo caso el bebé hereda la microbiota vaginal y perianal de la madre, o a través de la cesárea, donde el recién nacido se coloniza con bacterias del entorno hospitalario. En algunos casos, los bebés nacidos por cesárea son expuestos a la microbiota vaginal de la madre para equilibrar su microbioma inicial. La microbiota continúa evolucionando durante la infancia, influenciada por la alimentación, la interacción social y el ambiente.

Tipos de Microbiota

  1. Intestinal: Reside mayormente en el colon, donde las condiciones favorecen la proliferación bacteriana. Tres tipos principales de bacterias son Firmicutes, Bacteroidetes y Actinobacteria, y su equilibrio afecta la salud digestiva y mental. La dieta es un factor crucial, ya que alimentos ricos en hidratos de carbono pueden aumentar Firmicutes, mientras que verduras y legumbres regulan Bacteroidetes.
  2. Cutánea: Protege la piel, especialmente en zonas húmedas, y es influenciada por el uso de productos de higiene y el ambiente. Las bacterias cutáneas ayudan a evitar infecciones al crear una barrera defensiva.
  3. Oral y Respiratoria: Desempeña un rol protector frente a bacterias patógenas que entran por la nariz y la boca. La saliva regula el pH y permite la adhesión bacteriana beneficiosa. Esta microbiota también está relacionada con la salud neurodegenerativa, subrayando la importancia de su equilibrio.
  4. Urogenital: Influye en la salud reproductiva y se ve afectada por factores como la dieta y el estrés. Durante el embarazo, la microbiota de la madre contribuye al desarrollo inmunológico del feto.

Impacto en la Salud Mental y Física

La microbiota intestinal juega un rol importante en la salud mental y el bienestar, ya que su desequilibrio (disbiosis) puede desencadenar problemas como ansiedad, estrés y enfermedades autoinmunes. Estudios han mostrado que el ejercicio físico regular beneficia la microbiota, aumentando su diversidad y promoviendo la presencia de bacterias beneficiosas.

Conclusión

El equilibrio de la microbiota es esencial para mantener la salud física y mental. El estilo de vida, la dieta y la actividad física influyen en su composición y función, y conocer nuestro microbioma puede ayudarnos a tomar decisiones más informadas sobre nuestra salud.

Del intestino al cerebro y del cerebro al intestino.

La comunicación bidireccional entre el cerebro y el intestino a través del sistema nervioso, en lo que se conoce como el «eje intestino-cerebro». El sistema nervioso autónomo, que incluye al sistema entérico (o «segundo cerebro»), coordina los movimientos y la digestión de manera independiente del cerebro, regulando el flujo sanguíneo, la secreción de bilis y el proceso de absorción. Sin embargo, eventos de estrés pueden activar el sistema simpático, lo que lleva a síntomas digestivos como diarrea o pérdida de apetito. Estudios sugieren que actividades como la danza y la meditación pueden ayudar a fortalecer las vías parasimpáticas y mejorar el equilibrio gastrointestinal.

La Influencia del Intestino en el Cerebro

El sistema digestivo también influye en el cerebro, principalmente a través de la microbiota intestinal. Investigaciones han demostrado que la composición de la microbiota afecta el desarrollo cerebral, el comportamiento y el estado de ánimo. Un estudio del Instituto Karolinska en Estocolmo mostró que ratones sin microbiota presentaban problemas de aprendizaje y alteraciones en el comportamiento, asociadas con cambios en el hipocampo y la amígdala, estructuras clave para la memoria y la motivación.

Impacto de la Dieta en la Microbiota y la Salud Mental

La microbiota de una persona está influenciada por su alimentación desde antes de nacer. Un proyecto liderado por la investigadora Felice Jacka evidenció que una dieta no saludable durante el embarazo y la infancia aumenta la probabilidad de problemas de salud mental y conductuales en los niños. Los antibióticos y otros factores ambientales también afectan la microbiota infantil, lo que resalta la necesidad de una alimentación saludable durante los primeros años de vida.

Conclusión

La relación entre el cerebro y el intestino subraya la importancia de cuidar la salud digestiva como parte fundamental de la salud mental. Actividades como el ejercicio y la meditación, junto con una alimentación equilibrada desde la infancia, son prácticas clave para mantener una microbiota saludable y un equilibrio emocional óptimo.

La microbiota intestinal y la psicología.

La influencia de la microbiota intestinal en la psicología humana, es muy importante. Las bacterias en el intestino impactan en el cerebro, en el estado de ánimo y el comportamiento. La neuro gastro enterología surge como un campo que estudia la conexión entre alteraciones digestivas y estados psicológicos. Según investigaciones, la microbiota se comunica con el cerebro a través del eje intestino-cerebro, enviando señales a estructuras cerebrales clave como la amígdala y el hipocampo, lo cual influye en la memoria y en la gestión de emociones.

Microbiota y Estrés

Estudios demuestran que algunas bacterias en el intestino, como los lactobacilos, pueden mejorar la respuesta al estrés, ya que sintetizan el triptófano, precursor de la serotonina, un neurotransmisor fundamental para el bienestar emocional. La microbiota intestinal afecta directamente al eje HPA (hipotálamo-pituitario-adrenal), que regula la respuesta al estrés mediante la liberación de cortisol. Un desequilibrio en la microbiota puede perpetuar respuestas crónicas al estrés, como el síndrome de colon irritable. En estudios, se observó que el equilibrio bacteriano en ratones estresados mejoraba al controlar el crecimiento bacteriano, lo que sugiere que una microbiota saludable podría moderar la respuesta fisiológica ante el estrés.

Impacto de la Dieta en el Comportamiento Social y la Salud Mental

La dieta es fundamental para la diversidad y estabilidad de la microbiota. Estudios en humanos y en animales muestran que el consumo de probióticos y alimentos naturales puede mejorar el estado de ánimo, especialmente en personas que presentan estados de ánimo bajos. La Universidad de Cambridge estudia cómo las diferentes gastronomías influyen en la diversidad de la microbiota, lo cual tiene un impacto cultural y psicológico. La globalización ha homogeneizado la microbiota de muchas culturas, disminuyendo su diversidad, en comparación con comunidades tradicionales como los pueblos Hada en Tanzania y los cazadores del desierto de Chihuahua, que tienen una microbiota más diversa y robusta.

Conclusión

La relación entre microbiota y psicología subraya la importancia de un enfoque holístico en la salud mental y emocional. La alimentación equilibrada y el mantenimiento de una microbiota diversa no solo influyen en la salud física, sino que también mejoran la resistencia al estrés, el bienestar psicológico y la interacción social.