Neville G. tu propósito

Neville G. tu propósito

Neville Goddard tu verdadero propósito

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Neville Goddard enseñaba que el verdadero propósito de cada individuo es reconocer y manifestar su propia divinidad. Para él, nuestro objetivo principal no está en los logros externos ni en las ambiciones mundanas, sino en despertar a nuestra naturaleza divina y creativa. Goddard consideraba que todos somos, en esencia, extensiones de la «Imaginación Divina» y que la vida es el escenario donde cada uno de nosotros debe darse cuenta de su capacidad de crear su realidad desde su interior.

1. El Despertar a la Propia Divinidad

Según Goddard, el verdadero propósito de cada ser humano es darse cuenta de que es una expresión de Dios, o lo que él llamaba «Yo Soy». Para él, el «Yo Soy» es la presencia divina que todos compartimos y que subyace en cada ser humano, más allá de su identidad personal o roles en la vida. El despertar a esta verdad, al “Yo Soy”, es reconocer que somos co-creadores con un poder infinito, y es este reconocimiento lo que nos permite vivir una vida plena, consciente y alineada con nuestro propósito divino.

2. La Imaginación como Herramienta Creativa

Goddard veía la imaginación como el canal directo de nuestra divinidad y el medio por el cual podemos manifestar nuestro propósito. Para él, nuestra capacidad de imaginar y visualizar no es solo una función de la mente, sino una herramienta sagrada que conecta al individuo con el poder creador del universo. Por tanto, el propósito de la vida también incluye aprender a usar la imaginación de manera consciente, enfocándola en experiencias que estén alineadas con nuestros deseos más profundos.

Al manifestar aquello que imaginamos con fe y convicción, experimentamos lo que él consideraba el poder divino en acción, demostrando que cada uno de nosotros es un creador de su mundo.

3. El Propósito Interno vs. El Propósito Externo

Goddard diferenciaba entre los propósitos externos (metas personales, profesionales o materiales) y el propósito interno (el despertar de la divinidad interior). Aunque las metas externas pueden ser importantes y satisfactorias, él enseñaba que su verdadero valor radica en su capacidad para servir como herramientas que nos lleven a profundizar en nuestro propósito interno.

Por lo tanto, nuestro propósito externo, en el sentido goddardiano, debería reflejar nuestro propósito interno. Cuando nuestros deseos y metas externas están alineados con nuestro sentido de unidad y de creatividad divina, vivimos en armonía y experimentamos satisfacción genuina.

4. Experimentar el Amor como Propósito Supremo

Neville Goddard veía el amor como la esencia de la divinidad y el objetivo máximo de nuestra existencia. En sus enseñanzas, afirmaba que, al despertar a nuestra verdadera naturaleza, experimentamos un amor profundo e incondicional hacia nosotros mismos y hacia el mundo. Este amor no se basa en relaciones humanas pasajeras, sino en una conexión fundamental con todo lo que existe.

Para él, vivir desde el amor divino es, en sí mismo, vivir en propósito. Significa reconocer y tratar a todos como una extensión de uno mismo, viendo la unidad subyacente en todas las cosas.

5. Ser el Creador Consciente de la Propia Realidad

El propósito según Goddard no solo es descubrir nuestra divinidad, sino expresarla activamente en el mundo. Esto se logra al convertirnos en creadores conscientes, moldeando nuestras experiencias de vida de acuerdo con los principios del «Yo Soy». Al practicar el poder de la imaginación y vivir con la certeza de nuestra identidad divina, somos capaces de manifestar una vida plena, llena de propósito y significado.

La vida, en la visión de Goddard, es una aventura en la que el ser humano descubre su poder creador, aprende a usarlo conscientemente, y se transforma en una expresión viva de su propósito divino.

6. Tener Fe en la Divinidad Interior como Clave del Propósito

La fe, para Goddard, es una confianza absoluta en el poder del «Yo Soy» y en la capacidad de manifestar aquello que deseamos desde el interior. Creer firmemente en nuestra capacidad de crear y transformar la realidad, sin importar las circunstancias externas, es fundamental para cumplir con nuestro propósito.

Esta fe nos mantiene conectados a nuestro poder interno y nos ayuda a superar las limitaciones y desafíos, recordándonos que nuestra esencia es divina y que tenemos el poder de trascender cualquier circunstancia a través de la conciencia y la intención.

Resumen: Tu Propósito Según Neville Goddard

En conclusión, el verdadero propósito según Neville Goddard es despertar a la propia divinidad, manifestar el poder de la imaginación, y vivir en un estado de amor y unidad. Este despertar transforma nuestra vida, permitiéndonos vivir con propósito y ser creadores conscientes de una realidad que refleje la esencia divina que reside en cada uno de nosotros.

TU VERDADERO PROPÓSITO

Dios se convirtió en ti tan completamente, que se olvidó de que Él era Dios. Al hacerse hombre, Dios alcanzó el límite de la contracción y la opacidad. Dios olvidó totalmente que Él es Dios para convertirse en Su creación, el hombre, y animarla.

Dios, entonces, pasa a través de todas las experiencias conociendo el bien y el mal e incluso la muerte, en la confianza de que el hombre finalmente despertará de este sueño de la vida para saber una vez más que él es Dios. Sólo existe Dios en el universo, fragmentándose a Sí mismo como la humanidad, y Dios juega todas las partes en este sueño de tiempo-espacio.

Tu propia maravillosa imaginación humana es Dios en acción. YO SOY es Cristo en ti (tu salvador). Y Cristo es el Poder de Dios y la Sabiduría de Dios.

Dios nos habla a través del deseo, impulsándonos a alcanzar más altos y superiores niveles de conciencia. Ejerciendo su propia maravillosa imaginación humana para lograr estos deseos, el hombre realmente está experimentando a Dios en acción. A través de la fe en su imaginación, el hombre finalmente concluirá que Cristo (el Poder y la Sabiduría de Dios) está dentro de él como su imaginación. Al final de este fabuloso viaje o sueño de la vida el hombre despertará para recordar que él es Dios, el Padre, mejorado por las experiencias a las que se expuso, cuando olvidó que Él era Dios. El único propósito del hombre es experimentar las escrituras (todos los estados de conciencia personificados como hombres en la Biblia).

La meta del hombre es alcanzar el estado llamado Jesucristo. Entonces sabrá que él es realmente el Padre y que Su hijo es Cristo. El hombre puede tener muchas metas mientras tanto – acumular posesiones, volverse poderoso, ser famoso o expresar cualquier cosa que él desee. Al final, el hambre de conocer a Dios vendrá sobre él, y tendrá entonces las experiencias que son necesarias para traer a su recuerdo que él es verdaderamente Dios, el Padre.